Sin rumbo

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Cuando Jules abre los ojos lo primero que visualiza es a John, quien está a su lado.

El mundo del matrimonio con John se había desmoronado por completo, aunque Jules tenía la sensación de haber vivido una vida completa durante aquella sesión de sueño.

¿Cuánto tiempo ha permanecido dormida?

El tiempo es tan relativo.

Últimamente, Jules está comprobando la profunda dimensión y veracidad de esta frase.

Ha vivido una larga temporada en aquel sueño. En este se puso de novia, se casó, tuvo hijos. Ahora siente que vio completa la película Breakfast Club. La recuerda como si recién hubiera terminado de verla. Escuchó varias canciones de Queen. Vivió una vida entera. Aunque siempre en la quietud de los 80.

Y toda esa vida sucedió en un corto lapso de tiempo, pues las nubes que se separan dejan ver estrellas y cielo nocturno. Aún es de noche.

A oídos de Jules llega la voz de David Bowie

Television man

is crazy, saying

we're juvenille

delinquente

wrecks

Esta vez no es un sueño, no es el recuerdo de la canción, esta vez es la canción, y también la voz del conductor del programa nocturno:

-Lamento tener que interrumpir esta hermosa canción... oh, mierda, qué irónico es esto. Pero debo dar un boletín de última hora denunciando a dos delincuentes juveniles. Se trata de una pareja... el macho siempre protegiendo a la hembra, ya saben. Dejen que el maldito David siga sonando de fondo, es lo más indicado...

All the young dudes

(hey, dudes)

Carry the news

-Estos delincuentes se robaron una maldita ambulancia y se dieron a la fuga. Ilusos... creen que van a salir de Huanacoc. El boletín cierra con un maldito pedido a los pueblerinos. Cualquiera que vea a una pareja desconocida, él, morocho (rapate o tiñete el pelo, amigo), ella rubia al estilo Arquette (tiñete tú también, aunque sería un pecado), reporten a las autoridades. Yo solo espero que no los atrapen.

De a poco Jules recobra la consciencia. A un costado de ella se encuentra John, sentado, pensativo. Frente a ella, la ambulancia con las luces apagadas. La radio sonando.

-¿Donde estámos, John? ¿Seguimos en Huanacoc?

-Velo por ti misma.-John señala el gran edificio, el dios de Huanacoc, El Hospital.

La lluvia ha cesado y la energía parece haber vuelto a Huanacoc. Un poco más allá de donde está Jules pueden verse algunas gradas. La ambulancia está en medio de un campo de Fútbol y ellos a un costado. Jules nota que debajo suyo hay un colchón.

-He dado varias vueltas, Jules. Tratando de salir de Huanacoc. Pero es como si estuviéramos dentro de una de esas esferas navideñas. Siento que en cualquier momento la purpurina caerá sobre nosotros. Salí a la ruta pero los caminos se cierran. Todo vuelve a Huanacoc.

-Lo intentaremos al amanecer. Así como llegamos tenemos que salir.

-No lo sé, Jules. Me parece que no se trata de que los caminos estén cerrados. Creo que hay algo en nuestras mentes que nos cierra esos caminos. Creo que de algún modo estamos actuando como alguien quiere que actuemos.

-Yo quiero entender, John, y quiero saber quien soy, y quiero escapar. No creo que alguien esté manipulando mi mente. Tal vez tu tratamiento esté avanzado.

I love 80'sWhere stories live. Discover now