Compañeros en el laberinto

Capítulo Tres

Narra Alexandra

¿Qué estoy haciendo? No sé lo que estoy haciendo y no sé por qué estoy aquí con todos estos chicos. Saqué la caja y corrí hacia este árbol con una escalera. Todos empezaron a perseguirme.

"Dejarme en paz" grité corriendo.

"Iros" les grité.

Le tiré mi zapato a uno de ellos y a un niño.

"¿Por qué ha sido eso?" Él gritó.

"Alejaos de mí" grité.

Subí la escalera y luego me escondí en la esquina. Comencé a agarrar cosas y a tirarlas a todos los que estaban abajo.

"Por favor, deja de tirar cosas", le dije a uno de los chicos.

"¿Por qué estás tirando cosas?" Otro chico dijo.

"¿Así son las chicas?" Otro chico dijo.

Mis compañeros le gruñeron a ese chico y le arrojé una cosa que parecía una piedra.

"Vete a la mierda gilipollas" dije.

La mayoría de los chicos se rieron cuando lo golpeó.

"Las chicas son increíbles", escuché decir a una voz joven.

Todos se ponen cosas encima de la cabeza para protegerse de que les arroje cosas. Solo tengo miedo, eso es todo.

"Oye, está bien. Soy tu pareja. Te despertaste en mis brazos. ¿Puedo subir?" El chico con acento británico dijo.

Miré hacia abajo y me sonrió dulcemente. Dejé de tirarle cosas. Lo tomó como su señal y subió la escalera. Me escondí en la esquina y tenía algo de piedra para arrojarle si intentaba algo.

"Oye, oye. Soy tu compañero. No te lastimaré", dijo.

"Toma mi mano y sentirás las chispas, no estoy mintiendo" Dijo.

Lentamente extendió su mano y la toqué sintiendo las chispas que jadeé. Sonreí y me arrastré cerca de él y lo abracé y él pareció sorprendido por un minuto, pero me acercó y me devolvió el abrazo. Me sentí seguro y protegido en sus brazos. Sonreí y me derretí como masilla en sus brazos. Confío en él, es mi compañero.

"Oye, ¿va a bajar?" Un chico dijo.

"No, estamos hablando en este momento, volver al trabajo", dijo mi compañero mirando hacia abajo.

Miré hacia abajo con él y vi a otros cuatro chicos mirando allí. Volví a mirar a mi compañero.

"¿También son mis compañeros?" le pregunté.

El asintió.

"¿Quieres que suban?" Él dijo.

Lo miré y luego volví a bajar para verlos sonriéndome.

"Si no los quieres también, les diré que se vayan", dijo.

Negué con la cabeza.

"Quiero que suban" dije y sonreí.

"Está bien" dijo y besó mi frente.

"Chicos, pueden venir" dijo mi compañero

Los cuatro chicos vitorearon y subieron y luego se sentaron cerca de mí o frente a mí. Me miraron con cariño y les sonreí levemente.

"Probablemente sea mejor presentarnos", dijo mi compañero con el que estaba sentado.

"Soy Newt" dijo abrazándome más fuerte.