Minutos antes del secuestro...
Xiaomi iba conduciendo la camioneta, rumbo al bar donde el comisario Greco siempre tomaba su descanso. Nadando, en el asiento del copiloto, repetía el plan una y otra vez. Llegaron frente al bar, y esperaron al momento indicado.
El momento indicado era, sencillamente, en el que Greco saliera del establecimiento. Ese suceso tampoco tardó demasiado en llegar, y fue cuando Nadando habló por radio.
-"Evo y Diablo, ¿en sus posiciones?" -preguntó.
-"Afirmativo" -sonó Evo por radio.
Nadando le dio un pequeño beso a Xiaomi a través de la máscara, y salió de la fuegoneta en silencio. De un coche al otro lado de la acera, Evo y Diablo salían con disimulo. Cuando llegaron a donde debían estar, se cruzaron con Greco, que los pasó de largo. Todo iba según lo planeado. Dieron media vuelta y agarraron a Greco del cuello, de manera que no pudiese informar del QRR.
Nadando sacó de su riñonera una toalla mojada de un líquido, y se la puso en la nariz y boca a Greco, que en unos insantes dejó de forcejear. Entre los tres, cogieron el cuerpo de Greco y lo metieron a la parte trasera de la camioneta de Xiaomi. Evo y Diablo volvieron a aquel coche, y Nadando se subió al asiento del copiloto junto a Xiaomi.
(...)
-"Ya está todo listo, venid a la ubicación y llamad a los nuevos" -dijo Diablo por radio.
-Lecibido, vamos pala allá. No olvidéis vuestlas posiciones -dijo Xiaomi.
El chino condujo hasta el sitio acordado, donde bajaron del vehículo, sacaron al policía inconsciente y lo dejaron en el suelo.
Después, estuvieron un largo tiempo esperando a que llegase el resto del grupo. En ese tiempo, Xiaomi y Nadando estuvieron sentados en el capó de la camioneta.
-¿De velda sigues sin fialte de Gustabo y Holasio? -preguntaba Yun.
-No creo que sea poca coincidencia el hecho de sólo verles el pelo cuando quedan con nosotros. Nunca nos los hemos cruzado por la calle -explicó.
-Ya, entiendo. Espelo que no nos decepcionen -dijo con toda sinceridad.
Pocos minutos después de esa conversación, ya estaban todos preparados para el momento. Nadando marcó el número de Gustabo y esperó a que lo cogiera.
Al cuarto pitido Gustabo descolgó la llamada.
-Hola, ¿Gustabo?
-Heey -dijo este.
(...)
El subinspector Fred descolgó la llamada.
-Hola, ¿Gustabo? -preguntaba Nadando.
-Heey -dijo él- ¿Qué pasó?
-Ya tenemos la sorpresa, necesito que vengas con Horacio a la ubicación que te voy a mandar -dijo la voz de Nadando a través del auricular.
Y entonces todo cobró sentido. El secuestro de Greco. Las dudas de la mafia. La sorpresa. Todo.
Cada una de los sucesos pasados tomaron su lugar en la cabeza de Gustabo. Como un puzle, las piezas al fin encajaron. Y por primera vez en su vida, Gustabo sintió pánico.
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Buenees.
Espero no haberos hecho llorar de momento porque... aún hay cosas muy intensas que ver. Nos vemos, supernenas.
•Cu4tro.
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Horacio Pérez. Los héroes también caen. (Volkacio)
Fiksi PenggemarMe gustas, ¿te gusto? Cuatro palabras. Una pregunta. Una indirecta muy directa. ¿Cómo podía arreglar aquel error Volkov? Volkov amaba a Horacio. Él fue detenido después del rechazo. Volkov no pudo remediarlo. Horacio fue detenido falsamente, para l...