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Horacio

Volkov sonrió un segundo, antes de verme al borde de un acantilado. Él ya sabía que yo estaba allí, pero verlo con sus propios ojos le causó escalofríos. La sonrisa desapareció de su cara, y salió del patrulla tras Conway.

—Eh, Horacio —me saludó el superintendente.

—Jack —saludé.

Iba a morir, que más daba ya que le llamase por su nombre.

—No puedes acabar con todo así... ¿como quedará Gustabo? —intentó hacerme entrar en razón.

—Gustabo quedará tranquilo sabiendo que el asesino de Greco está muerto —dije serio.

—No, Horacio, le harás daño... Gustabo es como tu hermano —dijo Conway.

—Déjelo, Conway. No hay marcha atrás —dije— Ven a darme un abrazo, papu.

Jack se acercó y me abrazó. Suspiró mientra una lágrima recorría su mejilla.

—Has sido como un padre para mí, Conway. Nunca olvide lo mucho que le apreciaba —miré a Volkov— Víktor...

—Horasio... puedo... ¿puedo abrazarle? —pidió el ruso.

—Sí, Volkov —Volkov se acercó y me abrazó con fuerza.

Entonces Volkov cayó en cuenta de que no podía dejarme ir tan fácil.

—No me dejes, Horasio... —sollozó el ruso— No puedes dejarme... Ya lo hizo Ivanov, no soportaría que... tú... Horasio... Porfavor...

—Eh, Volkov... —le obligué a mirarme a los ojos— Gracias. Te quiero, ¿sí? Pero la decisión ya está tomada.

—N-no... Horasio yo... —sollozaba— Le apresio tanto... No puedes irte...

—Ya, me aprecias... —dije decepcionado.

—Hora- horasio... Yo le quiero... —susurró— Le- le quiero tanto...

En ese momento Volkov se derrumbó. Cayó al suelo arrastrándome consigo, y me abrazó, negándose a soltarme.

—No puedo dejar que lo hagas... No puedo, Horasio... —decía— Ya te perdí una vez, no quiero que pase de nuevo...

Y entonces dejé de sentir indiferencia. Me partí en mil pedazos al ver a Volkov así. Tan triste, desolado...

—Lo siento... Perdón, perdón... —dije acariciando el pelo gris del ruso.

—Vol-volvamos a casa... porfavor... —dijo Volkov— Vámonos... a salvo... ¿sí?

——Sí... V-vale... —dije al borde de las lágrimas.

Sin separarse, Volkov volvió al patrulla junto a mi. Me senté en el copiloto y me abracé las piernas. Volkov me llevó de vuelta a mi casa.

Una vez en casa, tras una ducha y un cambio de ropa, alguien llamó a la puerta.

—Me voy, Horasio. Le dejo a solas con Gustabo, quiere verte. Si se va, llámeme y vengo a quedarme con usted —dijo Volkov.

—¡Horacio! Dios mío, Horacio —Gustabo se acercó corriendo a mi y me atrapó entre sus brazos— Menos mal que no lo has hecho... Pequeño, nunca me habría perdonado perderte a ti también...

—Gus-gustabo... No hace falta que disimules... Está claro que me odias... Te arrebaté a Greco —sollocé— Soy un asesino, lo siento tanto... Todo esto es mi puta culpa...

—Tú no tienes la culpa, Horacio —dijo Gustabo abrazando al de cresta con fuerza— Han sido ellos, esos hijos de puta te obligaron.

—Pero yo apreté el gatillo, Gus —explicó— soy un monstruo... Y me llamaba a mí mismo héroe, no sé que me creía...

—Sigues siendo un héroe Horacio... Los héroes también caen...

Horacio empezó a llorar, y Gustabo también se dejó llevar por sus emociones. Lloraron abrazados un rato hasta que... Gustabo se separó.

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Subí este capítulo antes de tiempo porque si no soyfi me mataba 🥺😭😭

La quiero en verdad JAJSJA

•Cu4tro

Horacio Pérez. Los héroes también caen. (Volkacio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora