Lilit.
Me remuevo incomoda en la pequeña cama de la celda, mi espalda y mi cuerpo están adoloridos a causa de lo dura que es esta cama.
—Maldita cama de humanos—Susurro.
Son casi las 7 de la mañana y no e podido dormir debido a la incomodidad del lugar.
—Señorita, preparece que en veinte minutos ña llevaremos con el teniente— Informa uno de los policías.
Me levanto de la cama y empiezo a arreglar un poco mi cabello. Observó los platos de comida que yacen a un lado se mi cama, Ethan tuvo el costo de ir hasta el convento y traerme un poco de comida.
—Que patetico— Pienso.
Veo de reojo a la drogadicta de anoche, aún no a muerto pero la deje en un estado de limbo que no le permite ni vivir completamente ni morir.
—Señorita, es hora— Dice el oficial abriendo la puerta de la celda.
El se acerca a mi y yo no me muevo de mi lugar, se lo que va a hacer, pero debo de comportarme lo mas humana posible.
—De espaldas— Dice.
Me doy la vuelta en señal de rendimiento y el coloca unas esposas en mis muñecas.
—¡Ay! Que brusco—Le digo con coquetería.
El se sonroja pero quita la mirada rápidamente y vuelve a meterce en su papel de policía.
—Sigame— Dice.
Nos encaminamos hasta la oficina del teniente que ya esta en su escritorio con cara de pocos amigos.
—Lilit, tus pruebas están listas— Informa.
—Bien, entonces lealas— Le digo.
El pasea sus dedos por el borde de los resultados, me mira fijamente y yo le sostengo la mirada.
—Puedo preguntar ¿Cómo es que estas confesando un crimen y estas tan tranquila?—Dice.
—En primer lugar, ya lo pregunto. Y en segundo lugar, no me arrepiento de lo que hice.
—Si no te arrepientes, ¿Por qué te entregas?—Insiste.
Sonrió y me inclino un poco en la silla, las esposas siguen en mis manos, molestan un poco pero no demuestro la molestia.
—Porque quiero que todos sepan que una mujer mato a esos tres malditos violadores, que disfruto sentir su sangre en mi cara y cuerpo, y que amo verlos rogar y suplicar por sus vidas.
El me mira sin expresión alguna, pues debe de estar acostumbrado a este tipo de casos.
—Esto cambia todo tu testimonio de ayer.
—¿Usted cree?— Digo.
—Si, tu pena no será reducida, pues los asesinaste conciente.
Mantengo mi expresión neutra, y con un pequeño truco me desago de las esposas en mis manos y se las enseño como premió.
—Y ¿enserio cree que van a creerle a usted y no a una pequeña damisela con traumas por un intento de violación?— Le digo moviendo las esposas de un lado a otro con mis dedos.
—Soy un hombre intachable, me creerán siempre a mí —Dice con seguridad.
—Oh, ¿en serio?— Digo — ¿Quiere probar su suerte?
—No voy a probar nada, porque simplemente me creerán a mi ¿O crees que le creerán a una chiquilla recién aparecida en el pueblo?
—Chiquilla que esta respaldada por el sacerdote.
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¿Caer en tentación? +18 (Editando)
FantasíaEl era el Sacerdote más amado por el pueblo, el ser más fiel al cristianismo que pudo existir en su época, ¿pero que pasará cuando el Demonio de Lilit reciba la orden por el mismísimo lucifer de acabar con su pureza y fiel creencia en Dios?