Ethan.
Llegamos al convento junto a una Lilit muy feliz, la reverenda le sigue el paso mientras yo permanezco detrás de ellas.
El recuerdo de lo que pasó esta tarde vuelve a mi mente.
—Se que también lo sientes— Susurro ella.
Tan cerca de mi, tan peligrosamente cerca. Y es que no puedo permitirme sentir nada por ella, yo soy un sacerdote y ella... Ella es la persona que a llegado a darle luz a mi vida.
—Como sabes el pueblo sigue sigue enojado contigo, entonces tendrás que hacerlos cambiar de opinión respecto a ti— Habla la reverenda
—Entiendo, haré lo que me pidan.
Su sonrisa no se borra de su cara, mientras que yo finjo estar distraído y ella me observa de reojo.
—Iré a preparar algunas cosas, mientras puedes hacerte cargo de la distribución del vino en los templos de la iglesia— Propone la reverenda.
—Pero si no se donde esta el vino.
—Que el padre te lleve— Contesta ella.
Siento como un escalofrío recorre mi cuerpo al pensar que volveré a estar a solas con ella, esto es demasiado para mí, para mi autocontrol.
—¿Puede, padre?— Insiste.
—Esta bien— Cedo— Yo la llevare.
Lilit me dedica una sonrisa a la que le correspondo rápidamente.
—Bien, suerte yo iré a hacer mis quehaceres.
La reverenda sale del salón mientras yo me remuevo incomodo y Lilit trata de buscar mi mirada.
—Ethan...
—No lo hagas, por favor.
—Solo te iba a decir que me iré a cambiar antes de irnos— Dice con una sonrisa.
—Ah, sí sí. Esta bien, yo igual me cambiare, ponte ropa cómoda.
—Claro, padre— Dice antes de darce la vuelta y irse dejándome solo en la sala.
—Padre... me dijo padre y no Ethan— Susurro.
Suspiro con frustración y luego me encaminó hasta mi habitación, mi cuarto se ve un poco desarreglado, pues al estar tan ocupado no me a dado tiempo de arreglarlo.
Me meto al cuarto de baño para darme una ducha rápida, me seco y me rocío perfume, me peinó y luego voy hasta mi armario para buscar algo de ropa cómoda.
Busco y busco y en mi armario la mayoría de mi ropa son trajes y sotanas.
—No puede ser, tengo que comprar mas ropa cómoda— Digo.
En uno de los rincones encuentro un buzo de tela negro, se ve bastante cómodo y el lo único que tengo a la mano. Lo saco y me lo pongo mientras me observo en el espejo para ver como me queda.
—Me queda bien— Digo observandome en el espejo.
Me dispongo a buscar una camisa y esta vez si encuentro una rápido, la camisa es de mangas pero de tela suave, su color es azul marino, la camisa se siñe a mi cuerpo dando una buena imagen junto a mí buzo.
—Bien, solo faltan los zapatos.
Busco unos y rápidamente me loc coloco para poder salir, salgo de mi cuarto y me dirijo a la salon esperando a que Lilit ya este allí.
Cuando llegó me encuentro que el lugar está vacío, ya sería hora de que ella estuviera aquí, así que me dispongo a ir a buscarla a su cuarto.
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¿Caer en tentación? +18 (Editando)
FantasiaEl era el Sacerdote más amado por el pueblo, el ser más fiel al cristianismo que pudo existir en su época, ¿pero que pasará cuando el Demonio de Lilit reciba la orden por el mismísimo lucifer de acabar con su pureza y fiel creencia en Dios?