Un Héroe Diferente (Skullgirls X Lector)

VIII

Nada...

No había nada en ese extraño lugar, solamente una inmensa oscuridad por kilómetros y un rotundo silencio que indicaba completa soledad.

Y luego de eso, susurros... muy bajos e ininteligibles, los cuales al cabo de pocos segundos pasaron a ser palabras audibles con algo de eco.

...ya ha sido integrado a su sistema.

Escuchaste una voz femenina hablando a la distancia.

Perfecto, solo uno más y estará completado.

Ahora era una voz masculina la que se hacía notar, aunque esta tenía algo peculiar.

¿Y cómo piensas nombrarlo?

Pregunto la voz femenina.

Simple, a partir de ahora será...

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Lograbas escuchar una voz algo lejana al lado tuyo, te levantaste con dificultad, tu vista se encontraba algo nublada, al igual que un fuerte dolor de cabeza te hacía volver en si, al parecer ese extraño momento había sido simplemente un sueño, o... ¿se trataba de algo más?

—¡Ya está despertando! -dijo la misma voz al lado tuyo, cuando el dolor de cabeza se te paso un poco y tu vista volvió a la normalidad notaste que se trataba de la joven camarera.

—Menos mal -escuchaste una voz ronca aproximarse- por un segundo pensé que lo habías matado Minette.

Viste como un curioso hombre pez se hacia presente, era algo bajo y de color azul con los dientes verdes y unos raros bigotes, vestía con un mandil y tenía en mano un cuchillo para picar carne, lo cual te alarmó bastante.

—Vamos, si yo no pude con él dudo que Minette le pudiera hacer algo -en cuanto reconosiste esa voz te pusiste alerta, era la mujer gato que se encontraba recargada en el marco de una puerta- dime, ¿cómo te encuentras?

—Ehh... ¿bien? -contestaste algo confundido mientras te sentabas sobre la cama en la que aparentemente descansabas, lo ultimo que recordabas era haber estado peleando con esa mujer para después recibir un golpe que te dejó inconsciente, así que te parecía raro que ahora se comportara tan amable contigo.

—Uff, pero que alivio -dijo soltando un suspiro- ¿me podrían dejar a solas con el un rato?

Ambos peces le hicieron caso y abandonaron el lugar, una vez que estos se fueron la felina cerro la puerta, comenzó a acercarse a ti a paso tranquilo para después sentarse al lado tuyo, te ponía nervioso el echo de estar solo con esa mujer, pero tus nervios se fueron calmando de a poco cuando esta hablo.

—Mira, perdón por lo que hice antes -dijo en un tono algo triste mientras se sobaba uno de los brazos y miraba hacia otro lado- me comporte de mala manera, actué sin pensar y bueno... quería pedirte disculpas por lo de hace rato.

—Bueno... supongo que no importa -dijiste calmadamente- perdón por haberte atacado de esa forma.

—No te disculpes conmigo, fui yo la que te atacó, así que en parte me lo merecía.

—Pero luego de eso te detuviste, yo por otro lado seguí peleando por el enojo, debí haberme detenido y en lugar de eso... yo... te arranqué la cabeza y...

Ahora la tristeza era la que tomaba dominio de ti, tu voz se entrecortaba al igual que una lágrima amenazaba con salir, pero en eso la felina te trató de tranquilizar.