Volteaste tu mirada, al parecer la que había pegado tan repentino grito era la mujer gato, había pegado un fuerte golpe a la mesa al igual que se puso de pie, para luego girar su cabeza en tu dirección y dedicarte una mirada de furia.
Cuando viste que comenzó a caminar en tu dirección supiste que no era buena señal, te levantaste de donde estabas sentado, no sabías lo que pasaba exactamente, pero en el fondo sentías que no pasaría nada bueno si te quedabas para averiguarlo.
No supiste en qué momento llegó hasta donde estabas parado, tampoco supiste en qué momento te levanto y te arrojo por la ventana del lugar, lo único que sabías era que estabas enojado y bastante adolorido, con unos cuantos trozos de vidrio en tu piel.
—¡¿Pero qué demonios te pasa?! -le reclamaste a la felina por sus actos.
—¡No te hagas el inocente! -te grito la peliblanca saliendo del restaurante- ¡te voy a hacer pagar por lo que le hiciste a mi amiga!
No estabas seguro de lo que estaba hablando, en ningún momento habías lastimado a nadie, pensaste en la chica con el peluquín dienton que habías conocido hace un rato, pero técnicamente no la dañaste, ya que el mismo ser que se encontraba tras su cabeza la protegió de todos tus ataques, en realidad ellos fueron los que te habían atacado a ti.
Luego pasó por tu cabeza la idea de que si hubieras lastimado a alguien, después de todo no recordabas nada anterior al momento en el que despertaste en aquel callejón.
No tuviste tiempo de seguir pensando ya que un fuerte puñetazo proporcionado por la mujer te devolvió al plano terrenal, luego de eso se dispuso a darte tremendos zarpazos que te hicieron profundos rasguños en el pecho, aunque por suerte estos rasguños se cerraban rápidamente, pero eso no quitaba el hecho de que dolieran.
En un momento terminaste tirado en el suelo, ella aprovechó este echo y se montó encima de ti para evitar que te escaparas y así seguir golpeandote como a un saco de papas.
Tras cada golpe, patada y rasguño que te proporcionaba te soltaba algún grito o insulto, expresandote así la furia que sentía.
—¡Muerete de una vez maldito monstruo de mierda!
Ahí estaba, la felina acababa de usar la palabra que tanto te molestaba, tus ojos se tornaron de un intenso color rojo y al igual que la contraria entraste en un arranque de ira, por lo cual no te pudiste contener e igualmente le diste una fuerte patada en el abdomen, haciéndola caer sobre unos cubos de basura.
Eso te hizo calmarte de repente mientras tus ojos volvían a la normalidad, nuevamente tus emociones e impulsos te habían hecho dañar a alguien, incluso si ella te había lastimado antes no pudiste evitar sentirte mal por lo que acababas de hacer, después de todo no estabas tan enojado como cuando el soldado te atacó.
Quisiste disculparte con ella por tu comportamiento, pero en eso la mujer gato hizo algo que te dejó atónito, en un veloz movimiento hizo añicos la gabardina que tenía puesta, revelando así múltiples cicatrices y costuras en la mayor parte de su cuerpo, y eso porque la mujer vestía como si de una bañista se tratara.
Se lanzó hacia ti con intenciones hostiles, dando golpes y zarpazos, y en cada movimiento que hacía sus extremidades se extendían para propinarte golpes certeros, al parecer las partes de las costuras se separaban dejando expuestas las fibras musculares, permitiéndole asi hacer movimientos que ni los mejores contorcionistas podrían igualar.
Obviamente tras recibir aquella tremenda ráfaga de golpes y zarpazos la ira no tardó volver a hacerse presente dentro de ti, tus ojos otra vez se tornaron rojos y nuevamente trataste de dañar a la felina, pero te era imposible, dado a la velocidad y "elasticidad" que tenía lograba evadir tus simples y predecibles puñetazos con suma facilidad.
La pelea había durado unos cuantos minutos, con ella teniendo la ventaja aparentemente, de no ser porque las heridas de los zarpazos se cerraban al instante ya te hubieras muerto por desangre.
Siguieron así un rato, a un lado de ustedes se encontraban todos los comensales del restaurante observando la pelea con sumo detalle, como si de un evento único e inusual se tratara, los minutos seguían pasando y ahora parecía que tu eras el que dominaba en la pelea, ya que la felina debido al cansancio y el sobre esfuerzo tuvo que cambiar de la ofensiva a la defensiva.
—¡No te rindas! -dijo uno de los hombres pez obviamente apoyando a la felina.
—¡Eso hago! -se quejó la mujer gato- ¡pero este desgraciado monstruo no se detiene por nada!
Esa palabra otra vez, eso solo causó que tu furia aumentara y que atacaras con mayor fuerza y velocidad, lo cual lograba dañar en parte a la felina.
Esta ya prácticamente no podía hacer nada, estaba muy cansada para seguir golpeandote, y el dolor en los brazos por bloquear cada uno de tus golpes se empezaba a intensificar con rapidez, en ese momento se preguntaba si había sido buena idea enfrentarse a un enemigo sin conocer sus capacidades.
Mientras que tu seguías dando constantes golpes y el "público" apoyaba a la mujer gatuna, una joven chica se asomó entre la multitud para llamar la atención de tu contrincante.
—¡Nadia!, ¡¿qué estás haciendo?!
—¿M-Minette?
En ese descuido le diste un fuerte golpe en la cara, para luego de una patada en el abdomen dejarla tirada en el suelo, pero obviamente no te encontrabas conforme solo con eso, y querías asegurarte de que no siguiera respirando.
—E-Espera amigo, todo fue un malentendido, no era mi intención hacerte daño.
Si hubiera querido razonar contigo hubiera sido mejor para ella hacerlo cuando aún tenías esa capacidad, ahora eras un ser sumamente enojado y peligroso, el cual solo quería acabar con ella de una vez por todas.
Te agachaste junto a ella y la tomaste de la cabeza, estampaste su cara contra el suelo más veces de las que ella lograría recordar, y para terminar finalmente con eso pusiste un pie contra su pecho, sujetaste su cabeza con ambas manos y con toda la facilidad del mundo le arrancaste la cabeza.
Dejaste salir un fuerte y aterrador grito mientras sujetabas la cabeza en tu mano derecha por tu rotunda "victoria", todos los presentes miraban en silencio la escena, pero ninguno mostraba señales de miedo o pánico en ese momento, y no fue hasta que escuchaste una voz conocida hablándote.
—¿Ya... t-tuviste... suficiente?
Tras haber reconocido esa voz tomaste la cabeza con ambas manos para verla mejor, tras observar como aun te devolvía la mirada te quedaste en silencio, silencio el cual fue interrumpido por ella.
—¿Crees qué podrías soltarme ya?
Ese echo te pego un susto tan fuerte que te hizo desaparecer el enojo en un segundo, y la única manera en que pudiste reaccionar fue dejando caer la cabeza al suelo para posteriormente darle una fuerte patada que la hizo volar a lo lejos.
—¡Solo me quería disculpaaaaaaaaaar! -dijo en un fuerte grito mientras que el cuerpo se levantó de repente del suelo, para así comenzar a ir en búsqueda de su parte faltante.
Tu cerebro estaba trabajando a 1000 por hora tratando de procesar todo lo que había pasado en ese momento, para ti esto se estaba volviendo muy raro, una chica con una bola de pelos parlante, gente con aspecto de pez y una mujer gato que seguía viva después de que le arrancaras la cabeza.
Hubieras seguido cuestionandote si todo lo que habías visto era real o si solo se trataba de un mal sueño, pero en eso un fuerte golpe en la cabeza te termino dejando inconsciente.
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Un Héroe Diferente (Skullgirls X Lector)
FanfictionCuando eras joven, fuiste testigo de la gran masacre que se vivió con la llegada de la Skullgirl que casi destruye el mundo entero, la Reina Nancy. Al ver como fue posible su derrota, seguiste tu vida con la esperanza de algún día poder ayudar con l...