Un Héroe Diferente (Skullgirls X Lector)

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Lo que acababas de escuchar te había destrozado por completó, ¿tu familia estaba muerta?, la verdad es que no te era tan difícil creerlo, ese recuerdo que acababas de tener claramente podía indicar que algo malo le había pasado a tu madre, ¿quién dice que no le ocurrió algo similar al resto de tu familia?

La noticia te dejo completamente inpactado, a tropezones te terminaste apoyando sobre una mesa para evitar volver a caer, era demasiado que digerir y obviamente necesitabas tiempo para poder asimilarlo todo, tus tres acompañantes se dieron cuenta de esto y no te dijeron nada, dejaron que te tomaras un momento para pensar tranquilamente.

Solo pasaron unos cuantos minutos, cuando la felina te noto ya más calmado se atrevió a preguntar.

—¿Te encuentras mejor?

—Algo -dijiste como quien no quiere la cosa y la peliblanca no dijo nada más, pasaron un incómodo silencio de unos pocos segundos hasta que volviste a hablar- quiero ir a No Man's Land.

—¿Qué?, ¿para qué quieres ir ahí? -hablo el pez más bajo con duda en su rostro.

—Necesito saber la verdad -dijiste en un tono cortante.

—¿La verdad?, amigo ya te dije que tu familia...

—¡¿Cómo estás tan segura de eso?! -interrumpiste a la peliblanca con un grito que asusto a todos, en especial a la pequeña camarera que casi le da un infarto por el susto, tus jadeos de animal salvaje y tus ojos al rojo vivo dejaban en claro tu enojo, por lo cual todos se quedaron callados hasta que continuaste ya más calmado- no se si realmente están muertos o si se encuentran en alguna parte del reino, quiero averiguar por mi cuenta lo que les paso, no puedo vivir pensando en que podrían estar en algún lugar esperando a que regrese, por eso quiero ir a buscarlos, incluso si están muertos quiero verlo por mi propia cuenta y no solo escuchar la opinión de alguien que ni los conoce, así que voy a No Man's Land ya sea con o sin su ayuda.

Lo que dijiste dejó impresionados a ambos peces, mientras que la felina se mantenía de brazos cruzados observandote fijamente, esta solo interrumpió ese silencio para decir.

—¿Es tu decisión final?

—Por supuesto que si.

—Je... te gusta hacerte sufrir, ¿no es cierto? -dijo en un leve tono burlón mientras soltaba una ligera sonrisa- te ayudare entonces, necesitarás que alguien te tranquilice si es que no te gusta lo que descubras.

—Perfecto -dijiste con una sonrisa- ¿entonces nos vamos?

—Antes que nada debo contarte un par de cosas sobre este lugar.

—Te escucho.

La verdad fue una platica bastante interesante, la felina te contó sobre cosas de la ciudad que no podrías imaginar ni en tus más alocados sueños, te hablo sobre los Parásitos, seres que brindan fuerza y protección a sus Huéspedes a cambio de que los dejen habitar sus cuerpos, (rápidamente pensaste en Filia y ese demonio de cabello Samson), que exitian tanto parásitos internos como externos y que todos eran completamente diferentes; también te hablo sobre las armas vivientes, objetos con inteligencia propia los cuales solo pueden ser empleados por una persona que logre "domarlos", te hablo sobre la Princesa Parasoul, la gobernante actual del reino, también te hablo sobre los Medici, una mafia que controlaba la mitad de la ciudad, no tuvo problemas en contarte que fue a ellos a quienes les robo aquel objeto que le dio vida eterna, y ya que la curiosidad en ti era grande, cuando le preguntaste sobre los habitantes de esa zona te explico que eran Dagonianos, gente mitad pez que vivía normalmente en esos lugares, aunque también era posible verlos en otros lugares del reino.

—Bueno, eso seria lo básico que necesitas saber de este lugar, ¿tienes alguna duda? -dijo observandote atentamente por si algo no te había quedado claro.

—Solo una.

—¿Cuál es?

—¿Por qué las mujeres de hoy en día son tan exhibicionistas?

Los dos Dagonianos no entendieron lo que quisiste decir, pero la felina que sintió como si le arrojaran una piedra te dio una bofetada por tu pregunta.

—U-Uso poca ropa porque me quita movilidad y no me deja hacer uso de mis costuras, t-tampoco que me guste que me vean el trasero constantemente -dijo mientras se cruzaba de brazos y volteaba en otra dirección con un notable rubor.

—Bueno lo siento, pero tampoco era para que me golpearas, ¡carajo! -te quedaste mientras te sujetabas la zona del golpe.

—¿Podemos irnos ya de aquí? -dijo de pronto tratando de olvidar lo anterior.

—Si, quiero llegar lo más pronto posible haya.

Ambos de disponían a dejar el restaurante mientras que el par de dagonianos se despedía de ustedes.

—No lo vayas a meter en problemas Nadia -hablo el dagoniano más bajo.

—Que tenga suerte Mons... ¡digo señor!

Y nuevamente no pudiste evitar molestarte por eso, todos notaron tu enojo por tus gruñidos de animal rabioso y estaban listos por si hacías algún desastre, pero no ocurrió eso, solamente diste un largo suspiro para luego preguntar.

—¿Por qué me tratan así? -aunque la pregunta no iba dirigida a nadie en especifico, la pequeña camarera quería responder.

—N-No era mi intención, es que yo... y-yo... -la joven estaba muy alterada, los ojos se le habían abnegado y parecía que en cualquier momento rompería en llanto.

—¿Por qué? -interrumpiste de nueva cuenta- desde que desperté todo mundo me ha tratado como si fuera una despreciable basura, como si fuera una falla, un error, ¡un monstruo! -todos retrocedieron al ver como destruirte una mesa de un solo golpe- ¿acaso soy algún criminal?, ¿he acabado con la vida de inocentes?, ¡¿qué he hecho yo para merecer este despreció?!, es que no lo entiendo.

Ante lo que acababas de decir todos se miraron con una pizca de duda, la felina (que era la única que podía sobrevivir a un ataque repentino tuyo) se acercó un poco a ti para decir.

—Se que esto te sonará bastante raro pero... ¿te has visto en un espejo amigo?

Y esa pregunta te hizo darte cuenta de algo, haciendo repentinamente "click" en tu cabeza, la sociedad siempre se ha basado en lo que mira u observa para describir las cosas, un animal pequeño y peludo se describe como tierno, un animal enorme con colmillos y garras se describe como peligroso, un hombre sucio y sin educación se describe como pobre, y un hombre bien arreglado con finos modales se describe como rico, y si a un héroe se le describe como un ser benevolente que da su vida por otros, ¿cómo era que se le describía a un monstruo?

Al final la respuesta a esa pregunta que te acababas de plantear estaba más cerca de lo que creías.