Prólogo

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ㅡ Y con una sola gota, podrán ser capaces de enamorarlo ㅡ terminaba de explicar el haitianoㅡ ¿Quién la comprará?

Estaban en una junta normal de la ONU, en el descanso que se solían tomar. Haití (como solía hacer de vez en cuando para ganar un poco de dinero) ofrecía a varias naciones una poción (esta vez de amor), con la cual las naciones presentes ahí pretendían enamorar al mexicano, porque ya estaban muy desesperados, ninguno de sus intentos anteriores habían funcionado.

ㅡ ¡Yo la quiero! ㅡ gritaron las naciones presentes en esa venta.

Ahí se encontraban Estados Unidos, Rusia, Alemania, Canadá, Brasil, Austria y Escocia, ofreciendo su dinero para obtener aquello. Se empujaban entre ellos, aumentaban la cantidad de dinero que ofrecía, hacían de todo por ser quien se llevará la famosa poción.

ㅡ Tranquilos, tranquilos. Tengo una idea ㅡ aclaró su garganta y prosiguió ㅡ Yo pondré una gota en la botella de agua de México, solo se tienen que encargar de a cual de ustedes verá primero. Recuerden que se enamorará del primero que vea. Así todos tendrán la misma oportunidad para enamorarlo.

ㅡ A mi me parece un trato justo, será fácil hacer que Mexico se fije en mi ㅡ dijo de manera presumida el rubio estadounidense.

ㅡ Claro, él te verá porque ocupas mucho espacio ㅡ respondió Rusia, haciendo alución al peso del norteamericano.

I'm not fat, I'm big bone!

ㅡ Claro, cerdo capitalista.

ㅡ Chicos, chicos, no comiencen a discutir aquí, mejor díganme, ¿están de acuerdo con mi propuesta? ㅡ mencionó Haití.

Todos asintieron.

ㅡ Perfecto, pues ya tenemos un trato ㅡ extendió la mano para que le diesen el dinero.

Unas cuantas horas después, la junta había terminado. México, como siempre, era de los últimos en quedarse (pues según él, tampoco es que tuviera mucha prisa por irse), este era el escenario perfecto para aquellos que competían por su amor.

Hello Mexico ㅡ el estadounidense decidió acercarse ㅡ Hace mucho calor, ¿no crees?

ㅡ Sí, hace calor. Pero no tanto como allá en mi casa ㅡ respondió, un tanto extrañado por las palabras del otro.

Mexique, deberías tomar agua, podrías deshidratarte con este calor ㅡ el canadiense empujó a su hermano, para estar a la vista del mexicano.

ㅡ Gracias por preocuparte wey. Eso iba a hacer ㅡ sacó su botella de agua.

Se detuvo, pues observó como el alemán empujaba a Canadá, y de ahí, llegaban más naciones que se empujaban entre si. El hispanohablante dio unos cuantos pasos hacia atrás, era bastante extraño lo que estaba aconteciendo.

ㅡ Hoy están muy raros.

Y entre la pelea que había, México comenzó a irse, mientras caminaba tomaba el agua.

ㅡ ¡No, México, mírame a mi! ㅡ comenzaron a correr hacia el mexicano.

Pero.

Muy tarde.

México ya había visto a otra nación.

Una completamente diferente a él.

Una nación con la que jamás había convivido antes.

Los pretendientes del mexicano no hicieron más que morir internamente al ver como acababan de arruinar su oportunidad de oro.
Y si que lo habían arruinado a lo grande.

Poción de amor [México] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora