Capítulo 9

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ㅡ Y con este último coche, acaba mi colección ㅡ dijo el emiratí con orgullo ㅡ Al menos la colección que tengo aquí.

ㅡ ¿Quieres decir que tienes aún más coches?

ㅡ Obvio, estos 68 modelos no son todos los que tengo. Aunque últimamente he pensado en que será mejor ampliar mi colección de motocicletas; las 43 que tengo, que vergüenza, son muy pocas.

En ese momento en lo único que pensaba México era en "el rico siempre humillando al pobre".
Claro, le impresionaban los lujos que el árabe tenía, pero, a la vez le hacía sentirse demasiado miserable, ver tantos lujos, tanta riqueza, cielos, era como un balde de agua fría que le hacía recordar que probablemente jamás tendría ese tipo de cosas tan caras.

ㅡ ¿Y ahora que parte de mi casa quieres ver? ¿Qué quieres que te enseñe? ¿Quieres ver mis rubíes? No, ya sé, ¡te muestro mis diamantes! ㅡ el emiratí se mostraba como un niño pequeño emocionado al mostrar sus juguetes.

Mostrar las riquezas y lujos que tenía era algo para mostrar su estatus e impresionar al mexicano (pues siempre le dijeron que así era como se debía mostrar ante otros, en especial si aquel significaba mucho para él)

ㅡ De hecho... me gustaría descansar un poco ㅡ dijo México ㅡ El viaje fue muy largo, y realmente quisiera dormir un poco.

ㅡ Oh... claro ㅡ tomó de la mano al latino ㅡ Te llevaré a la habitación de huéspedes, pero dime, ¿que cama te gustaría? ¿Quisieras dormir en un colchón o en una cama de agua? ¿De que tamaño, individual, matrimonial, king size?

ㅡ Eh... y-yo...solo quisiera algo sencillo.

ㅡ ¿Sen...ci...llo? No lo entiendo, ¿quieres dormir en el suelo acaso? Si es así, ¿qué tipo de suelo quieres?

ㅡ Dormiré en la cama que sea que tengas en la habitación de huéspedes y después te mostraré que es algo sencillo.

ㅡ Bueno, está bien.

Ambos entraron a la casa, sin "notar" que iban tomados de la mano.

Al día siguiente

México bajó al comedor (después de haberse perdido por un rato en aquella casa tan grande). Lo primero que vio fue una enorme mesa llena de mucha comida.

ㅡ Buenos días México. ¿Descansaste bien?ㅡ preguntó Emiratos apareciendo de repente a un lado del latino.

El mexicano dio un pequeño brinco al asustarse por ello.

ㅡ S-sí ㅡrió un poco nervioso ㅡ Pero... ¿no es mucha comida?

ㅡ Bueno, estuve en la madrugada leyendo en internet que ustedes los latinos suelen comer demasiado, así que busque los mejores ingredientes en grandes cantidades para que desayunes bien.

México agradecía el gesto, y se le hacía tierno el hecho de ver al emiratí esforzarse por entender una cultura diferente, aunque no lo hiciera del todo bien.

ㅡ Ya que te has tomado las molestias ㅡ el latino se sentó y comenzó a mirar entre todo aquello que había ㅡ Creo que probaré esto.

ㅡ Perfecto, yo iré a alistar las cosas para llevarte a conocer todo lo que hay aquí.

ㅡ Espera wey, ¿tú no vas a desayunar?

ㅡ Eh... yo ya lo hice. Así que, iré a alistar todo. No es por ser mal educado ni nada, es solo que, pues hay que ahorrar tiempo, y-yo alisto las cosas y tú desayunas, ¿si?ㅡ se fue casi corriendo de allí.

México nuevamente miró la mesa y suspiró pesadamente.

ㅡ Bueno, espero no morir en el intento de terminarme todo esto.

Mientras tanto, al otro lado del mundo.
El harem de México iba en camino a la casa del latino, pues pretendían llenarlo de regalos, en un tonto intento de hacer que se fijara en alguno de ellos y no en el emiratí.

Pero, al llegar y entrar por la ventana, notaron que no había nadie.

Comenzaron a inspeccionar la casa en busca de pistas, y fue cuando...

Guys... I think it's to late ㅡ dijo Canadá al encontrar algunos papeles ㅡ Mexique is with him...

Poción de amor [México] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora