El sol comenzaba a salir y el mexicano comenzaba a despertar. Al sentarse a la orilla de la cama lo primero que vio fue al emiratí enfrente del espejo de cuerpo completo que había en la habitación, al parecer estaba terminando de arreglarse; México tomó sus muletas y se acercó a él para decirle buenos días, saludo que fue correspondido, pero, el latino notó algo raro en su invitado.
ㅡ Tienes ojeras, ¿no te deje dormir anoche?
ㅡ No fuiste tú, solo fue que aún no me acostumbro al horario de esta parte del mundo ㅡ mintió a medias, pues, a pesar de que en parte se debió al cambio de horario, también fue por el hecho de que no pudo dejar de pensar que México lo "había olvidado".
ㅡ Chale, es una lastima eso, pero, si quieres en la noche podría darte una de mis pastillas para dormir, eso podría ayudarte.
ㅡ No gracias, ya verás que pronto podre acostumbrarme.
ㅡ Si tú lo dices, pero si quieres una pastilla tú solo dime ㅡ el latino comenzó a sacar la ropa que usaría el día de hoy ㅡ Sabes, tuve un sueño extraño, porque primero era una pesadilla sobre como España me castigaba, pero, después, en ese sueño, comencé a escuchar una voz muy bonita que me tranquilizo, aunque no pude reconocer de quien era.
ㅡ Vaya sueño más curioso tuviste.
ㅡ Y eso no es todo, después comencé a hablar con alguien, pero, tampoco recuerdo quien era ese alguien. Fue una noche muy rara.
ㅡ Si... suena como un rara...ㅡ el árabe se torno un poco más nervioso ㅡ México, ¿puedo preguntarte algo... mas personal?
ㅡ Claro.
ㅡ ¿Realmente me quieres?
ㅡ Claro que te quiero, y te quiero mucho ㅡ el mexicano sonrió ㅡ Sabes que tú eres alguien muy importante y preciado para mi, sabes que mi cariño va más allá de un "te quiero".
ㅡ M-me alegra saber eso ㅡ sonrió falsamente, y el mexicano creyó esa sonrisa ㅡ Bajaré a preparar el desayuno, si necesitas ayuda para bajar después, tú solo dime.
Emiratos salió de la habitación si decir más, con la mirada baja y aún pensando en lo que había pasado durante la noche. Nunca creyó que llegaría a preocuparse por algo así; quizá porque nunca antes había sentido sentimientos tan cálidos por alguien más antes, tal vez era por eso que aquella pequeña charla nocturna le hacía sentir mal ahora.
Mientras, en otro lugar.
ㅡ ¿Estatus de la situación? ㅡ preguntó el estadounidense a los demás pretendientes.
ㅡ Un completo desastre ㅡ respondió el ruso.
Todos los miembros del harem del mexicano se encontraban en casa de Estados Unidos; estaban desanimados, secos de ideas y perdiendo la esperanza de poder regresar a la normalidad a su querido México.
ㅡ Esto ya no tiene caso, hay que aceptarlo ㅡ decía el escocés, el cual estaba acostado en el suelo ㅡ Lo arruinamos el día que decidimos poner en el juego esa estúpida poción. Deberíamos olvidarnos de él, ya no tenemos oportunidad.
ㅡ No deberías precipitarte tan rápido. No hay que rendirnos ㅡ le respondió el estadounidense.
ㅡ Puede que Escocia tenga razón; perdimos ㅡ quien tenía la palabra ahora era Alemania ㅡ México está feliz con el árabe ese.
ㅡ Todos sabemos que no es feliz de verdad, ¡está bajo el efecto de la poción! Tenemos oportunidad aún ㅡ Rusia se levantó del sillón y miró a todos ㅡ Vamos camaradas, ¡no hay que rendirnos!
ㅡ No te refieras a mi como tu "camarada" ㅡ susurró molesto Estados Unidos.
Mientras tanto, en cierta isla del Mar Caribe.
Haití seguía haciendo sus esfuerzos para tratar de conseguir la preciada "poción de desamor" que tanto le exigían.
En sus ojos se podían notar enormes ojeras, su mirada expresa cansancio, incluso ya presentaba dolores de cabeza por la falta de sueño; la situación era como una tortura para él.El timbre se escuchó, eso lo estremeció un poco, pues él pensaba que se trataba de los pretendientes de México; dijo 《¡adelante! ¡Está abierto!》mientras seguía buscando la formula exacta para la poción.
ㅡ Haití, querido, tiempo sin verte.
El haitiano volteó y se sorprendió al ver que no se trataba de los pretendientes, sino que era alguien más, alguien que era muy cercano para él.
ㅡ ¿Q-qué haces aquí? ㅡ un ligero sonrojo en sus mejillas apareció ㅡ Creí que el idiota de España te había prohibido verme.
ㅡ Lo hizo, pero yo no soy colonia de él para que me siga diciendo lo que debo y no debo hacer ㅡ se acercó más a Haití.
ㅡ Tienes razón en eso, aún así, ¿qué pasa si se entera? Yo no quiero ser hombre muerto.
ㅡ No creo que se enteré, está muy ocupado con México.
ㅡ México... él... eh... ¿tú sabes cómo está él?
ㅡ Bueno, en lo último que me quede es que estaba tratando de enamorar a un árabe, creo que a Dubai.
Haití suspiró pesadamente.
ㅡ ¿Por qué te interesa saber eso? ㅡ tomó del mentón al haitiano para que lo viera cara a cara; notó las ojeras y el cansancio de él ㅡ Haití, ¿qué te pasó? ¿Por qué te vez así?
Ya no pudo más. El haitiano abrazó al otro y comenzó a llorar mientras decía 《todo fue mi culpa, no debí proponerles a ellos aquella idea tan estúpida》
ㅡ ¿De que idea hablas?
ㅡ Yo soy la razón por la que México esté enamorado del árabe. Lo que siente no es real, está bajo el efecto de una de mis pociones.
ㅡ ¿La poción de amor?
Haití asintió.
ㅡ Eso explica porque mi hermano se interesó repentinamente de ese árabe ㅡ limpió las lágrimas del otro con ayuda de su pulgar ㅡ Pero, ¿por qué le diste esa poción?
El haitiano tomó profundamente aire para tranquilizarse y contarle todo a su visitante.
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Poción de amor [México]
AcakLos pretendientes de México hicieron uso de una poción mágica de enamoramiento para poder conquistar al mexicano, pero, por culpa de sus desacuerdos, provocan que México quede enamorado de un país con el cual no tiene nada que ver.