ㅡ ¡¿Cómo que no hay forma de remediarlo?! ㅡ el escoses tomó de la camisa al haitiano.
ㅡ O-oye, jamás nadie me había pedido una poción para invertir el efecto ㅡ dijo el caribeño.
Ahí estaban, en la habitación del pequeño país caribeño, explicándole todo lo que había pasado con la pócima, el como por un error de acciones y estar en el momento equivocado habían provocado que el mexicano se enamorara del emiratí, aunque, claro, lo explicaban de tal manera que hacía ver al haitiano como el culpable de la situación.
ㅡ Ya suéltalo Escocia, así no resolveremos nada ㅡ le dijo Austria.
El británico soltó a Haití.
ㅡ Bueno, podrías hacer una poción"anti-amor" o algo así, ¿no? ㅡ propuso el canadiense.
ㅡ Nunca lo he intentado, pero, sí, podría funcionar.
Mientras tanto, en el edificio donde solían hospedarse después de las juntas mundiales; México regresaba a su habitación, algo triste por no haber conseguido que su amado saliera de su habitación correspondiente. Al ir con la mirada baja, terminó chocando con alguien.
ㅡ Agh, maldito negro, fijate por donde vas, boludo.
ㅡ No estoy de humor para aguantarte ㅡ dijo el mexicano.
ㅡ Espera, ¿y ese ramo que llevas contigo?
ㅡ Que ti.
ㅡ ¿Qué ti?
ㅡQue timporta.
El argentino sacó su lengua como respuesta infantil a lo que el mexicano le había dicho.
ㅡ Oh, espera un segundo, ya entendí. Te gusta alguien ㅡ una sonrisa de malicia se puso en rostro del sudamericano ㅡ Pero yo sé de alguien a quien no le gustará saber esto.
ㅡ No te atreverías.
ㅡ ¿No me crees capaz?
ㅡ Mira pendejo, juro que si le dices esto te voy a partir tu pinche jeta de culero que tienes.
El argentino empujó al mexicano y comenzó a correr gritando el nombre "España". México se incorporó rápidamente y comenzó a perseguirlo. Argentina le llevaba bastante ventaja al norteamericano, claro, era más que evidente que el sudamericano tenía cierta habilidad para correr cuando se trataba de fastidiar a los demás; le faltaban pocos metros para llegar. Y lo logró.
Tocó varias veces, como si estuviera desesperado. El español abrió la puerta de su habitación.
ㅡ Río de la Plata, ¿qué hacéis aquí?
ㅡ Uno, no me digas así que ya te he dicho que ya no soy una colonia, dos, tengo que contarte algo muy importante sobre México.
ㅡ ¿Sobre mi Nueva España?
ㅡ Sí, sobre tu "querido y preciado" Nueva España.
ㅡ ¿Qué es lo que me tenéis que decir?
ㅡ Él está enamorado, si, así como lo has escuchado, está, enamorado de alguien.
México llegó corriendo, solo para ver al argentino victorioso y a España con una expresión medio extraña que significaba que estaba conteniendo su ira.
ㅡ Nueva España, tenemos que hablar muy seriamente jovencito.
ㅡ Ya me cargo el chahuistle.
Al día siguiente.
México miró el reloj, ya era las siete de la mañana. Suspiró frustrado, no había podido dormir bien, aunque, a decir verdad, ¿quién podría dormir si un español te estaba abrazando posesivamente?Era tan incomodo, tan molesto, el mexicano solo deseaba que esta pequeña pesadilla terminara de una buena vez.
ㅡ Jefecito, ya suéltame ㅡ dijo.
ㅡ No ㅡ respondió adormilado.
ㅡ Ya, no mames España, no estoy para aguantarte ㅡ intentaba liberarse.
ㅡ No. Porque seguramente iréis con quien sea vuestro amado.
ㅡ Bueno, creo que es obvio que iré con él.
ㅡ Entonces tengo una muy buena excusa para no soltarte.
México hacía sus mayores esfuerzos para liberarse del agarre posesivo, pero el ibérico tenía aún más fuerza que el. Parecía que todo estaba perdido para el americano, hasta que.
ㅡ Espanha, prometiste ayudar con...ㅡ Portugal abrió la puerta — ¿Qué esta pasando aquí?
ㅡ Es solo uno de sus tanto ataques de posesividad que le suelen dar al pendejo este ㅡ respondió el mexicano.
ㅡ No te refieras a mi con esa palabra tan despectiva, Nueva España ㅡ pellizcó el brazo del norteamericano.
ㅡ Auch, oye, ya, era broma.
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Poción de amor [México]
AléatoireLos pretendientes de México hicieron uso de una poción mágica de enamoramiento para poder conquistar al mexicano, pero, por culpa de sus desacuerdos, provocan que México quede enamorado de un país con el cual no tiene nada que ver.