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El timbre de casa sonó e impulsada por mi ansiedad no demoré ni 5 segundos en llegar hasta la puerta y abrirla rápidamente encontrándome del otro lado con una resplandeciente sonrisa y esos ojos tan lindos.

— ¿Me puedes explicar qué es esto? —reclamé alzando el libro de gramática con una sola mano.

— Buenos dias Yiyi. —respondio ensanchando aún más su sonrisa— ¿Me extrañaste?

Sí, mucho, pero no te lo diré.

— No me cambies el tema.— reprendí.

Rió y acortó la distancia entre ambos— Eso es un libro. —respondio luego de haberle dado un vistazo.

— Eso ya lo sé. —perdia la paciencia, o al menos eso fingía hacer. Abrí el libro en la página 207— Me refiero a esto.— señalé el garabato que encontré el día anterior.

Achicó sus ojos y se acercó más analizando lo que yo señalaba.
Chasqueo la lengua e hizo una mueca de "ah" entendiendo finalmente lo que le quería decir, llevó la mano a su barbilla e hizo una expresión pensativa.

— Tomalo como una premonición. —giño un ojo y me modeló esa sonrisa picara que solía formarse en su rostro cuando se enorgullecía de hacer algo.

— ¿Quién te dio permiso de garabatear mis libros? —segui con mis reclamos.

Y sin que yo pudiera preverlo, o hacer algo para evitarlo, besó mi mejilla.

— Me tomaré entonces el atrevimiento de entrar. —y pasó por mi lado dejando al paso su delicioso aroma.

Sonreí e inmediatamente eso pasó sacudí mi cabeza.

Miré hacia la calle esperando que nadie estuviera observandome y cerré la puerta.

— Vamos, no tenemos mucho tiempo y aún nos faltan cosas por aprender. —abrace el libro de gramática a mi pecho olvidando el tema anterior y caminé rápidamente con la mirada agachada en dirección al estudio dónde soliamos estar.

Escuché que se reía mientras caminaba atrás mío, pero solo lo ignoré, probablemente si levantaba la mirada se daría cuenta que estaba algo sonrojada y ya no podía poner de excusa el calor, porque el día de hoy el cielo cargaba una nubes más negras que mi alma y un viento frío impedía que la húmedad haga efecto.

Justo cuando estuve por tomar la perilla de la puerta para girarla y abrir, alguien se me adelantó.

— Las damas primero. —abrio la puerta. Alcé levemente mi rostro y nuestras miradas hicieron contacto, ello causó una extraña sensación en mi pecho y tuve que desviar rápidamente mi mirada.

Carraspe mi garganta y agradecí, entré al lugar erguiendo mi postura y fingiendo que para nada su presencia y sonrisa bonita me afectaban.
Oí cómo cerró la puerta a mis espaldas y sin voltearme a verlo, me senté rápidamente y acomodé los libros que había preparado para la clase del día.

— ¿Quieres que ponga seguro a la puerta? —susurró en mí oído.

Reaccioné dando un respingo en mi sitio y girando bruscamente mi cabeza. Mala idea.

Me encontré de nuevo tan cerca a su rostro que mi nariz casi rozaba con la suya. Quedé estática. Ya habia hecho bastante esfuerzo porque no notara mi sonrojo y la sonrisita tonta que me lancé cuando entró.

Sonrió y rápidamente dejó un beso entré la comisura de mis labios y mi mejilla.

Mis ojos casi se salen de sus orbes por lo mucho que los abrí y ahora ya sentía toda mi cara arder.

GENIUS ╭ Na Jaemin ╮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora