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—Bien, empecemos. —hablé en tono firme dando un largo suspiro. Ambos estábamos bien acomodados en el escritorio con varias pilas de libros rodeandonos—Dime, Na Jaemin, ¿cuál es tu puesto escolar?

El chico apoyaba su barbilla con su mano y cuando le hice la pregunta hizo un leve puchero con sus labios y levantó su mirada en forma pensativa.

—Uhm. Tengo el puesto 813. —afirmó deshaciendo su puchero y sonriendo ligeramente.

—Oh, no es tan bajo. ¿Cuantos alumnos hay en el instituto?

—¿813? —respondió con obviedad. Abrí mis ojos al punto de sacarlos casi de sus órbitas. Él rió y se recostó en el respaldar de la silla.

Dios mío, pero si era un burro.

—Ok. ¿Sabes leer? —pregunté esperando lo peor.

Cambio su sonrisa por un rostro serio acompañado de una leve mueca de desagrado.

Solté una carcajada burlona. No era mi intención inicialmente reírme de él o sonar arrogante pero su reacción me causó gracia.

—Ja Ja Ja. —remedo mi risa con un tono de voz demasiado agudo intentando imitar el mio.

—¡No me juzgues! —di una leve palmada a su hombro—Solo estoy despejando dudas.

Y de un momento a otro estábamos bromeando como buenos amigos, y yo no me hubiera percatado de ello si el no lo mencionaba.

Acercó su silla más a mí y aún sonriendo habló.
—Bien, ya estamos entrando en confianza.

Quité mi sonrisa y volví a mí la mirada de profesora seria.

—Na Jaemin. ¿Me puedes decir cuanto es 9 × 9? —realicé una evaluación rápida para salir del momento incómodo y para saber, a la vez, a qué clase de mente me estaba enfrentando.

—¿Para que necesitas que te lo diga si ya lo sabes? —preguntó con cierto tono de ingenuidad e inocencia, pero sentía que a la vez me estaba tomando el pelo.

Me quedé analizando su respuesta. ¿Realmente existía alguien con esa clase de razonamiento?

—Si yo tengo solo tres dulces, ¿podría comerme cinco? —realicé otra pregunta con la puras intenciones de tomarle el pelo y, a la vez, con las altas expectativas a su reacción.

—No. —respondió seguro y sonreí.

—¿Por qué? —pregunté de vuelta esperando con ansias su respuesta final.

—Porque tanto dulce me daría dolor de barriga. —afirmó sonriente y a la vez frotando su estómago.

Mierda. Sí es un burro.

Me iba a sentir estúpida por preguntar si era en serio su respuesta, porque si solo era una broma le daría un premio por tan buena actuación.

Mal, mal Na Jaemin, empezamos muy mal.

No pensé mucho cuando sorpresivamente tomé un libro de una pila a mi derecha y lo estrelle contra su cabeza.

—¡No puedes comer cinco dulces porque sólo tienes tres! —grité. El chico me miró ofendido mientras sobaba su cabeza.

Bien. En matemáticas es un completo desastre.

—Voy a darte otra oportunidad. —hablé dando otro largo suspiró—¿Cuál es el símbolo de la plata?

—Iugh. —respondió haciendo una mueca de asco.

—¡Ag, idiota, Ag! —volví a alzar la voz y, está vez, me golpee yo con el libro.

GENIUS ╭ Na Jaemin ╮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora