O 9

4.6K 524 104
                                    

— Eres una traviesa, ¿acaso piensas drogarme y luego abusar de mí?, ¿vas a hacerme ver películas y darme de comer palomitas hasta tenerme completamente embobado y poder convertirme en tu esclavo? —su rostro estaba peligrosamente a escasos milímetros del mío.

— ¡¿De qué hablas?! —empecé a enfadarme y a intentar sacudir mi cuerpo para librarme de sus fuertes brazos— ¡Estás loco!

Empezó a reír alejando un poco su rostro. Dejé de moverme.
— Si no recuerdas nada es porque ya estabas dormida cuando yo te cargué a esta posición, te veías algo incómoda. Pero no me equivoque, has dormido tan plácidamente, tu carita parecía la de un bebé.

— ¡Na Jaemin eres un odioso! —grité indignada y volví a sacudirme bruscamente buscando liberarme de él pero era inútil, ¿cómo era tan fuerte?

Sus risas no cesaban y parecía sujetarme con más fuerza cada vez.

— Muevete todo lo que quieras, no te voy a soltar. —bajó sus carcajadas y empezó a cerrar sus ojos.

Yo me empezaba a cansar y sentir estúpida, mis esfuerzos eran inútiles y parecía que solo me veía tonta forcejeando como loca, así que para evitar sentir más vergüenza de mi misma me quedé quieta, pero sin quitar mi mirada amenazante de ese bicho.

Jaemin estiró una de sus manos y rápidamente jaló una manta terminando de cubrirnos.

Se sentía tan cálido que inconscientemente me empezaba a dar sueño nuevamente pero no, no debía dormir ahí, no en sus brazos, no al lado de él sintiendome como una damisela indefensa que lo que más anhela es que su príncipe venga por ella.

— Es tarde. —hablé momentos después cuando había pensado en algo que pudiera decir para que él se fuera.

— Son recién las seis, no es tan tarde. —respondió rápidamente con los ojos aún cerrados, parecía que no estaba durmiendo.

— Mi papá llega a las seis. —mentí.

Rió y negó.
— No sea mentirosa. —canturreo— Tú papá llega a las ocho. Llevo tiempo viniendo aquí y, ya te lo he dicho, no soy tan estúpido.

Me callé. Respiré profundo e inconscientemente aspire con mucha fuerza su perfume, que más que una colonia, era un aroma natural de él, suave y sutil; quizás era el jabón con el que lavaba su ropa.

— ¿Por qué no te gusta hablar de tu madre? —soltó de pronto. Levanté mi mirada a su rostro algo incómoda por su pregunta.

— ¿Para qué quieres saber? —pregunté en un tono algo agresivo, no fue mi intensión sonar belicosa pero aquel tema no era común en mi día a día.

— Porque me parece extraño que la única foto que haya de ella en esta casa es la que tienes escondida en lo más profundo y oscuro de tu escritorio. —respondió mirándome con curiosidad.

Tal vez estaría bien contarle. No he compartido con casi nadie aquel tema y me parece que Jaemin conoce muy poco de Yun BaeYi, jamás he respondido ninguna de sus preguntas sobre mí y probablemente estrechariamos lazos más amistosos si nos conociéramos más; quizás eso facilitaría nuestro estudio, obviamente lo digo solo por el lado del aprendizaje.

— Mi madre me abandonó a los dos días de nacida. —respondí luego de un considerable silencio— Ella soñaba con ser una famosa actriz y obviamente mi nacimiento significaba un gran estorbo en su camino.

Pude ver el cambio en la mirada de Jaemin. Ahora me veía entristecido, algo compadeciente diría yo, y eso era lo que menos quería, dar pena a otros jamás había sido mi objetivo si llegaba a contar mis problemas.

GENIUS ╭ Na Jaemin ╮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora