Karl.

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Bien. Vamos a crear a tu doppelganger. Va a ser una tarea que requiera de toda tu atención, y requerirá también tiempo, así que encárgate de tus tareas pendientes ahora, y vuelve cuando estés listo.
¿Ya? Bien. Comencemos.

Para empezar, cierra los ojos. Concéntrate, no te fijes en los ruidos. Céntrate en tu mente. Ahora, vas a pensar un nombre... No intentes que sea gracioso o estúpido. Dale un buen nombre, uno que te inspire respeto y a ser posible, que te recuerde a alguien malo que hayas conocido en tu vida.
Lo tienes, ¿verdad? Sí, lo tienes... ese nombre sabes que sólo tú lo sabes. No hay nadie más que pueda saber ese nombre además que tú. ¿Karl es el nombre de tu Doppelganger? Está bien. No te olvides de él.
Ahora, comenzaremos en lo físico. Dime, ¿tiene patas? ¿O tiene brazos y piernas? Concéntrate... Tiene brazos, está bien. Y piernas... ¿Cuántas? Muy bien... Dime, ¿ves su ropa? Oh, una camisa... y un pantalón vaquero rasgado... ¿eso es todo?  Bien, supongo. No te tomes ésto a la ligera.
El calzado. Es de montaña, ¿verdad? Unas gruesas botas, que resuenan con cada paso. Oh, no te preocupes por los pasos, tu imaginación es la que los irá produciendo... Su cara. ¿Cómo es? Fíjate bien. ¿Su ojo no está un poco rojo? Y el otro... Es un tanto venoso, ¿no? Venosos y rojos ojos... Y su nariz, bajo ella, una barba... Dime, ¿está manchada de algo? Sí... Lo está... ¿verdad? Es algo... Espeso. Imagínatelo... Una sonrisa en su rostro, ¿se vería extraña no? Pero, espera... Así podemos ver sus dientes. Están un poco sucios, ¿no crees? Y dime... ¿están todos sus dientes? Piénsalo... ¿le faltan dientes? Me parece que, de hecho... le sobran dientes. Torcidos, sucios, y afilados, dientes... Oh, su sonrisa... ¿es de... felicidad? Creo que ya sabes por qué... Al fin y al cabo, tú lo estás creando. Puedes sentir qué es lo que quiere. Pero, ¿dónde lo estás creando? ¿En un bosque tal vez? En tú bosque, ¿no? Oh, ya veo. Ahora, imagínate tu casa en ese bosque. Solo tienes que recordar dónde se encuentra, vives ahí. Estás ahí ahora mismo. Dime, ¿sigues oyendo los pasos? ¿Escuchas las fuertes pisadas? Karl. Repite su nombre mentalmente. Karl... ¿qué está haciendo en el bosque? Camina, ¿verdad? Su grandes botas, hacen crujir las ramas que pisa. ¿escuchas los crujidos? Son muy suaves en la lejanía... dime, ¿Karl es pequeño? Sus pisadas suenan como si... exacto, fuera grande... ¿como te lo estás imaginando? oh, ya veo... su camisa no está bien abrochada porque es un poco... gordo. Entiendo... ¿pero, realmente lo es solo un poco? Suena como si fuera demasiado grande... Tal vez nos falte algo, dime, ¿te acuerdas de su barba? Está manchada y, eso espeso que la recorre... gotea. ¿Dónde gotea? Dime, concéntrate... Esa sustancia... ¿qué es? Lo sabes... y está manchando su camisa también... Dime, ¿esa casa en el bosque, está cerrada? Debiste haberlo comprobado antes de empezar... Pero, no pasa nada si está abierta, no te preocupes... el bosque es grande, ¿verdad? Muy, muy grande... Sólo, en una cabaña del bosque. ¿No hay nadie más aquí no?
Entonces, Karl... Sigue caminando, ¿verdad? Oh, escuchas en la lejanía como las ramitas se rompen. Te parece escuchar unas botas... unas fuertes y pesadas botas... estás sólo en una cabaña muy, muy alejada de nadie... una cabaña abierta, porque, ¿quién iba a entrar? Nadie... Nadie, excepto la única persona que hay en el bosque. Definitivamente, los pasos cada vez se escuchan mucho más cerca... Sigue concentrado en ellos... Casi podrías decir que, sin necesidad de concentrarte, los sigues escuchando...
Bien, creo que tu doppelganger está listo. Karl sigue caminando. Ahora más despacio. Dime, ¿necesitas concentrarte para escuchar a Karl? Creo que ya no.
¿Necesitas concentrarte para oír como la puerta de abajo se abre? ¿O para oír unas botas gruesas pisar la madera del suelo? Ya no te hace falta...
Bien, eso significa que has conseguido crear a tu doppelganger con éxito.

Te deseo suerte con él.

MicrorrelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora