El Pasado Esta A La Vuelta De La Esquina [2]

14 Capitulo

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Mark: Sobre tu embarazo, se que has sufrido mucho por eso. Ruggero me lo contó todo.

Por segunda vez en el día, me quede paralizada. Ósea yo, ¿embarazada?

No me lo imagine ni como seria, quería tener mini Ruggeros pero todavía no. Estaba muy joven, tenia que terminar la preparación para ser modelo, si ya se. Mi padre no me dejaría pero es que a mi que me importa, seré modelo me deje o no. Volviendo a la realidad, no pude pronunciar ninguna palabra, ahora sí que me había cogido de sorpresa.

Ruggero entro a la habitación de la sala, ya estábamos en México, en Mazatlán, para ser mas exactos. Y Ruggero estaba junto con nosotros. Muchos se preguntaran y ¿cómo pudo quedarse? Fácil, mi padre y él hicieron un trato, Ruggero podía ser mi pareja a cambio de que tenia que trabajar con mi padre, fue algo arriesgado pero lo aceptó.

Ruggero: Mark, ¿ya te tomaste las pastas? - pregunta un tanto acelerado.

Mark: No, de razón mi dolor de cabeza. ¿En dónde están? – se dirigió hacia la cocina acompañado de Ruggero pero antes de salir de la sala. Rugge se devolvió y dijo:

Ruggero: Es mentira, tuve que mentirle porque descubrió que un cantante estaba desaparecido y que sus hijos eran de apellidos contreras.

Karol: Pero ¿qué tiene que ver eso con mi supuesto embarazo? – cuestione peor de perdida. Ruggero cerro la puerta de la sala, no sin antes revisar que mi hermano hubiera salido rumbo a la cocina.

Ruggero: Que escuchó una conversación que tuvo tu padre con tu madre – respondió mirando a los antes mencionados – Donde decía; Mark no puede saber eso, y ese eso es el embarazo. O eso fue lo que quise que pensara – finalizo.

Todos relajamos nuestras miradas, ya me estaba preocupando. No era un buen momento para tener hijos, necesitaba hacer que Mark recordara o todo se iría por la borda. Mire mis pies por un largo tiempo, estaba muy pensativa, los pensamientos no abandonaban mi cabeza. Mi padre se levanto del sillón y hablo.

Alex: Duérmanse temprano porque mañana vamos a salir – dijo para despues abandonar el living. Mi madre, Marcia Harris, es una mujer muy bonita, el cabello rubio y los ojos azules oscuros.

Marcia: Yo me iré a dormir, mañana tenemos muchas cosas que hacer – aviso y salió de la habitación de la sala. Tarde un poco en reaccionar pero todo hizo click en mi cabeza, "Mañana tenemos muchas cosas que hacer" Joder. El reencuentro de Rod con Dome. Me levante tan rápido del sillón, que tuve que frenar por el leve dolor en mi cien causado por el mareo.

(....)

Escuche un ruido afuera de mi cuarto, sonaba como si alguien o algo se hubiera caído. Me senté en el borde de mi cama y frote mis ojos con la palma de mi mano. Me asegure de pararme cuando viera todo claro.

Alex: ¿Ya están listos? – grito mi padre por el pasillo, ¿qué si ya estábamos listos? Hasta ahora me había levantado, agarre mis cosas y me dirigí al baño, tome una ducha muy corta y me vestí con un jogger rojo, una camiseta negra con un poco de escote, tenis blancos y unos aretes dorados con un collar a juego. Termine de retocar mi maquillaje, me gustaba el modo natural.

Sali de mi habitación decidida a ir con dirección a la cocina, mi estomago rujía y mi garganta estaba seca.

Mark: Que bueno que no soy el único que se despierta temprano – si supiera que me desperté hace unos minutos – Antonia esta preparando arepas, corre antes de que mi padre baje –

Asentí y me dirigí a la cocina, Antonia era como nuestra nana, ella siempre estuvo para nosotros, de hecho ella fue quien nos crio junto con sus nietas Manuela y Daniela, son menores que nosotros pero son buenas chicas.

Antonia: Hola mi niña, ¿qué se te ofrece? – pregunto mientras recogía el desastre de harina que había hecho Noah – No, déjame adivinar. ¿Vienes por arepas? – asentí moviendo rápidamente la cabeza de arriba abajo, en un gesto tierno ella tomo mis cachetes y los masajeo – Entonces ya te las paso – volví a sentir y salí de la cocina al comedor.

Mark: Y ¿cómo te fue? Si había arepas o se las comió el perro – mi cara se puso roja despues de que el recuerdo invadiera mi mente, lo golpe en la espalda con mi mano y el se quejo como un niño chiquito – Oye, tu pegas duro –

Karol: Madura – le dije y me levante de la silla para tomar una arepa, que minutos antes Antonia había dejado en la mesa. Mordí un trozo gigante, pero no pensé que estaría caliente entonces me queme. Saque la arepa de mi boca y comencé a jadear del dolor.

Mark: Cuidado están calientes – dijo burlón, echándose el último trozo de arepa a su boca – Me voy – le di una mirada de pocos amigos y riéndose de mí, se retiró del comedor.

Apenas salimos de la casa, respire aire fresco íbamos de camino al centro comercial donde por obvia razones Dome ya estaba juntos con los niños. El camino al lugar se convirtió en un silencio eterno, con mi Rugge a veces nos mirábamos, Ruggero estaba nervioso, yo estaba nerviosa. Vi por la ventanilla del carro como aparecía el centro, los guardaespaldas parquearon el coche en el sótano del centro y esperamos la señal.

Narrador anónimo

Dome. Hijos, ¿qué hace falta? – cuestiono su madre, pero Mia perdió la mirada en otro lado

Mia observaba muy detenidamente un almacén que estaba rodeado por hombres con trajes y gafas negros. Parecían escoltas.

Se parecen a los que tenía mi padre, pensó la pequeña.

Después entro un hombre de una edad mayor a la de su madre al almacén acompañado de dos hombres pero uno era más joven e hiba con la mirada al suelo y el otro apenas tenía unos quince años. Mia se le hacía conocido pero no recordaba con claridad a quien. Así que lo dejo pasar.

Minutos antes con Mark

Axel: ¿Está todo listo? – dice con la voz más fría que se podría a ver escuchado, mientras presiona el auricular en su oreja.

Guardia-Murray: Si señor, el almacén ya está rodeado

Axel: ¿A observado algo extraño? – volvió a cuestionar mi padre, este asunto me estaba aburriendo.

Guardia-Murray: No señor, hay unas cuantas personas. Pero ahora que lo pienso hay una niña con su mirada fija hacia nosotros. Nos ha visto desde que llegamos.

Axel: Llévala a dentro del almacén – dijo mi padre, yo no sabía quién era. ¿Y si era una mujer que mi padre quería que yo me casara? Aleje esos pensamientos, no gracias estoy bien, agradecía que mi única compañía era mi arma de oro que mi madre me había regalado cuando era chico.

Guardia-Murray: ¿Con la madre y los demás niños? – cuestiono, esta vez su voz sonó preocupada.

Axel: Agh... si – dijo pero sonó como si fuera rogado, y a él que a nadie le ruega. A mi madre a ella sí.

Nota

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Chau ^^