CONFUSED [GOHAN]

C22. Sacrificio.

[...]

Dalem

—¡Dende, cuida de Ten!

Fue la única orden que solté para luego desaparecer junto al Señor Goku usando la teletransportación, nos esfumamos del lugar tan rápido que ni siquiera Buu se había percatado. Al instante nos dirigimos hacía dónde se sentía el ki de Vegeta, nos tomó solo una fracción de milisegundos llegar hasta él, descubriendo que estaba con Uranai Baba.

—Vegeta, ¡estupendo!—soltaba Goku con mucha alegría—Estábamos seguros de que eras tú.

—¡¿Kakaroto?!

—¡¿Goku?!

Las voces de Vegeta y Uranai Baba respectivamente me hicieron practicamente observarlos a ambos, los dos estaban totalmente sorprendidos por la presencia de aquel hombre de cabello alborotado aquí porque se suponía que aún estaba muerto.

—¡Hola!—saludaba Goku con una sonrisa.

—Oye dime...¿qué estas haciendo aquí?—Uranai Baba comenzaba a llenarlo de preguntas, ella se veía muy confundida—Se supone que ya no puedes regresar más a este mundo, No puede ser posible, ¿Que significa esto?, la aureola que tenías en la cabeza desapareció.

—Sabandijas, ¿No se supone que ambos estaban muertos?—la pregunta de Vegeta me hizo reaccionar, reconociendo que él me observaba a mi y al señor Goku con mucho enojo. Sin embargo, no pude responder nada porqué el ki maligno de alguien se acercaba hacia nosotros con rapidez—¿Majin Buu no los había asesinado?

—Después les contaremos todo lo que sucedió, Majin buu viene acercándose a una gran velocidad—interrumpía Goku con rapidez—Uranai Baba tienes que irte de aquí cuánto antes.

—Si, tienes razón, hagan su mejor esfuerzo—soltaba Uranai Baba dispuesta a retirarse—Ya saben que los estaré apoyando desde el otro mundo.

—Vegeta pensé que habías desaparecido en el infierno pero mira nada más—Goku volvió a hablar y por un instante sentí nerviosismo, estaba malgastando el tiempo—Enmadaiosama fue muy listo al haberte dejado con vida, por lo que veo a él también le gusta arriesgarse.

—Se está acercando—avisé con rapidez intentando callarlo y hacer que su atención se centrara en el villano que nos perseguía—Dígaselo a ahora.

—Es cierto, no hay tiempo que perder—reconocía kakaroto y observaba al hombre que estaba frente a él—Vegeta no pongas peros y colócate este arcillo en la oreja derecha.

—¿Para qué?—cuestionaba el otro.

—Si te pones este arcillo podrás funcionarte conmigo en un instante.

—¿Fusionarme?

—Así es, si unimos nuestros poderes nacerá un guerrero con habilidades jamás comparadas.