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San era bastante responsable y muy puntual, sin duda alguna era lo que más descataba en su perfil laboral. Llevaba cuatro meses trabajando en una multinacional enfocada en la compra y venta de inmuebles, locales y más propiedades que eran vendidas y arrendadas por usuarios. Tenían bastantes propiedades al rededor del mundo, y cada día un proyecto nuevo llegaba a sus manos.

Buenos días señor Jung, recuerde que el día de hoy tiene una reunión a las diez de la mañana en sala de juntas con su padre para cerrar el trato que tienen con los Tailandeses. - dijo mirando la agenda del día de hoy, apenas era lunes y ya estaba bastante colapsada. - al medio día tiene una reservación en el golden hotel, su madre lo estará esperando allí. A las dos, tiene un...

Tranquilo, respira un poco, pareciera que estás en un concurso de rap. - le dijo el moreno mientras le miraba divertido, su aspecto era terrorífico a primera vista, era un hombre alto, guapo, de ojos miel y un cuerpo que te mataba a primera vista, su espalda ancha y sus brazos fuertes que dejaban al descubierto que hacía bastante ejercicio y no iba al gym solo a tomar fotos.

Perdón, es que el día de hoy tiene muchas cosas que hacer. - dijo el menor un poco nervioso, no porque su jefe le diera miedo como a todos los demás, sino más bien porque sentía una fuerte atracción desde el primer día que lo vio y ya habían pasado cuatro meses desde eso. La personalidad arrogante y fría de su jefe le hacía sentir escalofríos, su voz le hacía temblar las piernas y no precisamente de miedo.

Tranquilo, no te vas a demorar una hora contando todo lo que tenemos que hacer. - dijo uniendo sus dedos apoyando sus codos sobre la mesa. - no tengo muchos ánimos de hacer eso el día de hoy, después del almuerzo, cancela todo lo que tenga, no pienso atender a nadie más después de mi madre, mi buen humor no estará presente el día de hoy.

El menor asintió y sin decir más fue hasta su escritorio para comenzar a llamar a los lugares que su jefe tenía que visitar ese día en la tarde. La mañana transcurrió tranquila, por lo que había oído, la reunión con los tailandeses fue todo un éxito y tenían planeado viajar el fin de semana para encontrarse personalmente con ellos y darle un último vistazo a las propiedades pero esta vez directamente en el lugar.

[....]

Era la hora del almuerzo y como era costumbre, la madre de Wooyoung se reunía con él para charlar un poco, hacía un par de semanas que se había marchado a Londres y recién había llegado, quería compartir tiempo con su hijo.

¿Para qué querías verme? - preguntó el moreno en un tono arrogante, la relación con su madre no era muy buena y era por ese motivo que había decidido irse de casa en cuanto comenzó la universidad, su padre le apoyó en todo y por eso se permitía tener todos los caprichos que quisiera.

¿No puedo acaso compartir con mi hijo algunas horas del día? - dijo la madre del contrario, él por su lado continuaba con una actitud de rechazo hacia la mujer.

No me hagas reír, ¿Tú, compartir conmigo? - dijo cruzando sus brazos sin quitar su mirada de la rubia. - no tengo mucho tiempo, así que ve al grano, ¿qué es lo que quieres?.

Siempre a la defensiva, Wooyoung, ¿algún día tú y yo podremos llevarnos bien? - dijo la mujer, quien a pesar de su edad, se veía bastante joven.

No, nunca podremos llevarnos bien, porque gracias a ti mi padre tiene una vida infeliz. - dijo sin más, la mujer lo miró con sus ojos llenos de sorpresa. - puede que mi padre no diga nada, pero yo no me quedaré callado, para nadie es un secreto que llevas más de cinco años acostandote con tu chófer, eres una desvergonzada y una mujer sin cinismo. Mi padre para no tener que enfrentar un escándalo en la prensa, prefiere seguir contigo y fingir que son el matrimonio perfecto, por eso me largué de esa casa, para no tener que vivir la misma mentira que tú obligas a mi padre a vivir.

Mírame [WooSan] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora