13.

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Los días pasaban y San evitaba a Wooyoung con excusas para no quedarse mucho tiempo cerca de él, llegaba antes de que él llegara de su hora de almuerzo y se iba en cuanto su turno laboral terminaba, eso comenzaba a molestar al moreno, no entendía que pasaba, se preguntaba si había hecho mal en hablar con los padres de San, pues desde aquella vez, no había podido ver ni tocar a su novio más que como su asistente.

Señor Jung, hoy en la tarde tiene una reunión con su madre. — habló Yeji frente al escritorio de Wooyoung, él no le estaba prestando la más mínima atención, seguía pensando en que podía pasar con San para que lo evitara de tal manera. — la señora Jung me pidió que le dijera que también iba la señorita Joy, para que por favor lleve un presente bonito para ella.

Manda a comprar un ramo de flores, el que sea. — dijo el castaño acomodando su chaqueta. — no estaré en todo el día, así que cancela las citas que tenga el día de hoy y a mi madre...dile que tuve que ir a Busan de ultimo momento.

Pero..— Yeji trató de hablar, pero Wooyoung ya había salido de la oficina, ella salió detrás de él mirándolo asustada, más que nada porque no quería recibir insultos por parte de Solar, ya los había recibido antes. — señor Jung, su mamá me va a matar.

No olvides el ramo de flores, Yeji. — dijo él despidiéndose de la menor, dejándola con la palabra en la boca y el medio inminente de tener que excusarlo por quinta vez ante su mamá.

Wooyoung encendió su auto y condujo hasta la universidad donde San debía estar por salir, en el camino compró un ramo de rosas rosadas esperando que a San le gustara aquel color. Frente a la puerta de la universidad, lo esperaba sentado en el capo de su ferrari negro que combinada con su traje y lentes de sol, muchas personas que salían y entraban en el momento lo miraban con curiosidad y otros con asombro ante aquel auto tan llamativo. Mirando el reloj esperando la hora de salida del rubio, una chica se le acercó descaradamente para hablar con él.

Hola, soy Mía, ¿Tú eres?. — preguntó de manera coqueta, pero Wooyoung se limitó a responderle, sólo la ignoró y continúo con su mirada al frente buscando a San en las personas que salían. La chica sonrió amargamente y volvió a hablar. — ¿esperas a alguien?.

Mira, no sé qué es lo que quieras. — esta vez, Wooyoung le respondió pero sin dejar de mirar la entrada de la universidad. — pero sea lo que sea, estás perdiendo tu tiempo, no estoy interesado.

¿Estás seguro?. — reto la chica logrando que Wooyoung se girara a verla, por lo cual sonrió. — aún no sabes a que vengo.

Ni me interesa, puedes seguir tu camino. — el moreno le sonrió con sarcasmo, haciendo un adeban con su mano indicándole que se marchara. — ahora si me lo permites, estoy esperando a alguien.

¿Tu novia?. — preguntó ella burlona, si que era intensa, comenzaba a colmar la paciencia del mayor. Entre la multitud pudo ver una cabellera rubia y unos hoyuelos que conocía mejor que nadie, San venía con sus amigos charlando quien sabe de qué.

No, mi novio. — dijo antes de alejarse de ella y llegar casi que corriendo frente al menor. — hola.

Wooyoung, ¿qué haces aquí?. — preguntó el rubio sin poder creerlo, le parecía mentira ver aquel hombre parado frente a él en aquel momento. — ¿y esas rosas?.

Una pregunta a la vez, dulzura. — rió el mayor mirándolo. — estoy aquí porque mi novio lleva algunos días evitándome, si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña y las rosas, son para ti.

Sannie, ya nos vamos, recuerda que este fin de semana vamos a Busan. — dijo Yunho quién tomó el brazo de Soobin que se iba a quedar ahí parado como tonto escuchando el chisme. — usted también puede ir señor Jung, San tiene la dirección y todo lo demás.

Mírame [WooSan] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora