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Tú los viste, ¿verdad?. — preguntaba un Soobin desconsolado  en un mar de lágrimas, a su lado había un Yunho abrazándolo y mirando al techo buscando las respuestas a las preguntas que le hacía el menor. — dime si lo viste.

Si, lo vi, vi que estaban tomados de la mano. — no tuvo otra opción más que decirle a su amigo lo que quería y fue una pésima idea, en ese instante, Soobin lloró con más fuerza, logrando así que la puerta de su habitación se abriera dejando pasar un Yeosang irritado y de brazos cruzados.

¿Por qué estás llorando?. — se quejó el rubio viendo a los menores sentados en la cama. — ¿qué te dijo o hizo Seonghwa ahora?.

No me dijo, ni me hizo nada. — respondió el menor limpiando sus lágrimas. — yo lo vi con mis ojos, estaba besándose con el tipo que trajiste, ese tal Hoongjoong y después cuando pasó lo que pasó con San, sus manos estaban entrelazadas. ¿Tú sabías de eso?.

Según yo, no tenían nada. — aclaró Yeosang sentándose a su lado acariciando su cabello. — pero según yo, tú sabes que no puedes esperar nada serio por parte del cabezón de Seonghwa, te lo he dicho muchas veces, no deberías estar atado a un sentimiento que no es correspondido, sé lo que se siente y por eso te lo digo, deja ir ya a Seonghwa, él es mi amigo, pero tú también, y sé que tú mereces algo mucho mejor que lágrimas y cuernos, aunque ustedes dos no sean nada más que un polvo casual.

Oye, no le hables así, suena feo. — dijo Yunho con el ceño fruncido, el rubio levantó una ceja en reproche por lo que el celeste había dicho hace un momento. — ¿tiene el corazón roto y tú le dices esas cosas?, que grosero.

Soobin ya no es un niño, tiene 20 años y lleva más de diez conociendo a Seonghwa, cuando él era un niño, Seonghwa era un adolescente que cada fin de semana se iba de fiesta y llegaba a su casa con una o dos personas, Soobin siempre supo de eso, porque a él le gustaba jugar con Seonghwa y sus padres le tenían miedo, no querían que su bebé fuera corrompido por el asqueroso vecino.

Demasiado tarde. — habló Soobin, limpiando su nariz. — cuando cumplí mi edad permitida para tener relaciones, supe que era mi oportunidad de estar con él y no descansé hasta lograrlo, cuando pasó me sentí en el cielo, era como estar en un cuento de hadas junto a mi príncipe azul, desde ese día no pude ver a nadie más que no fuera él y juro que lo intenté, en la preparatoria me tiraba a cuanto chico me parecía atractivo, pero ninguno le llegaba a los talones a Park Seonghwa, y por eso siempre estuve detrás de él sin importar que me buscara sólo cuando estaba aburrido.

¿Entonces de qué te estás quejando?. — habló Yeosang recibiendo un quejido por parte de Yunho. — sabes que Seonghwa siempre hace lo mismo.

Esta vez es diferente, esta vez es para siempre, Seonghwa está enamorado y eso lo cambia todo. — una pequeña lagrima cayó por su mejilla. — lo vi en sus ojos el día que fuimos al hotel y tú llegaste con él, vi como sus ojos brillaron al verlo llegar y vi también como se miraban y hoy no fue la excepción, sus gritos y reproches no eran más que pequeñas declaraciones, ellos dos están enamorados y no hay nada que yo pueda hacer para cambiar eso....es el final, mi final.

Los chicos se quedaron en silencio abrazándolo mientras sus lágrimas volvían a caer, era un llanto amargo y doloroso, no era el llanto de un niño que había perdido su juguete favorito, era el llanto de alguien quien había perdido el amor de su vida y que había cedido en la batalla. Momentos más tarde Soobin se quedó dormido, por lo que Yeosang y Yunho lo arroparon. Yeosang acarició su cabello y salió de la habitación despidiéndose del celeste quien aún estaba despierto y se marchó a su habitación para descansar. El más alto por su parte, se recostó al otro lado de la cama y se arropó quedando dormido al instante, claramente las fiestas con problemas y corazones rotos no eran su fuerte, pero sus amigos eran más importantes que cualquier otra cosa.

Mírame [WooSan] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora