Las Promesas Se Rompen (hija de Gustabo)

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Gustabo y Horacio estaban preparando todo para su misión. Solo quedaba un día para que fuesen a Marbella y comenzase todo. Estaban bastantes nerviosos ya que con que solo fallase una pequeña parte del plan todo podría salir mal. Todos confiaban en ellos y no podían liarla.

-Vale Gustabo vamos a repetir otra vez el plan.-dijo Horacio mientras caminaba por la sala de una lado al otro.-Volkov lleva ya una semana infiltrado en la mafia y todos confían en él, a si que cuando lleguemos allí el nos dirá donde se encuentra cada uno, tú iras a por Toni y yo a por Carlo y cuando terminemos con ellos nos iremos de allí lo más rápido posible es decir que no tenemos tiempo para encontrarnos en ningún sitio y tendremos que venir aquí directamente por separado.-explicó.

-¿Y que pasa con los otros miembros de la mafia?-quiso saber Gustabo.

-No te preocupes por ellos, ahora mismo no nos son relevantes solo necesitamos a los Gambino y en caso de que cuando los tengamos la mafia haga algo tendremos que ir a por ellos también.

-Vale.-dijo el rubio un poco triste.

-¿Gustabo estas bien?, desde el día que nos asignaron esta misión te comportas de una manera un poco extraña.

-No te preocupes Horacio, solo estoy un poco asustado, me da miedo de que pase algo y no pueda volver aquí con Andrea. Ya sabes que lo ha pasado muy mal y ahora que todo parece que le esta saliendo bien no quiero estropeárselo.-mintió 

-No te agobies Gustabo todo va a salir bien. Volveremos a los Santos y celebraremos el cumple de Andrea todos juntos.

-Gracias Horacio no se que haría sin ti.

-El que te tiene que las gracias soy yo a ti, desde que soy pequeño me has ayudado. Si no fuese por ti ahora mismo yo estaría muerto pero no es así ya que tú decidiste hablarle a ese pequeño niño que estaba solo en medio de la calle. Te debo muchas cosas Gustabo. Aunque es verdad que muchas veces me has tratado muy mal por el tema de Pogo pero sé que en verdad tienes un gran corazón.

 Gustabo se quedo callado y le dio un abrazo a su hermano.

-Te voy a echar de menos Horacio.-susurró Gustabo.

-¿Has dicho algo?

-No no he dicho nada.

-A vale es que me había parecido escuchar un ruido pero habrá sido fuera.

-Si seguramente.-mintió.

Eran ya las seis de la mañana. Los chicos estaban apunto de irse solo les faltaba preparar unas ultimas cosas.

Sara, Conway y Andrea estaban esperando a que llegasen para despedirse de ellos. Andrea no paraba de llorar, tenia mucho miedo de que a su padre le pasase algo y no lo volviese a ver. Esas últimas semanas Gustabo las había aprovechado al máximo con su hija ya que sabía que iban a ser las últimas que pasaba con ella.

Seguidamente llegaron Gustabo y Horacio con unas cuantas bolsas. Las subieron al helicóptero y fueron a donde estaban los demás.

-Bueno es hora de irse.-dijo Horacio.-Os iremos informando de como vamos para que no estéis muy preocupados por nosotros, intentaremos hacerlo lo mejor posible y si todo sale bien estaremos aquí en cuatro días.-añadió.

Andrea comenzó a llorar más.

-Cariño no llores.-dijo Gustabo acercándose a ella para darle un abrazo.-Vamos a estar muy poco tiempo, nos iremos y en un abrir y cerrar de ojos estaremos otra vez todos juntos.

Andrea se quedo callada todavía entre los brazos de su padre.

-Gustabo nos tenemos que ir ya.-dijo Horacio rompiendo ese bonito momento.