Capitulo 31

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Paris

Dos meses después

— ¿Seguras que los bebés necesitan tanta ropa? — Preguntó en voz baja admirando esas piezas pequeñas de ropa delante de ella — Porqué comprando esto ya casi llevo la mitad de mi sueldo, este bebé me dejará pobre

London soltó una pequeña risa, parece más alegre que hace unos días, ahora sus pálidas mejillas tienen un toque rosado que la hace ver alegre y llena de vida, su cabello rubio cae cómo una cascada y su traje de médico pediatra la hace ver adorable, pero le arrojó una nueva prenda de ropa de bebés en sus vrazos.

— Adoro a los bebés, a mi hijo lo cambiaba hasta tres veces al día, son muy tiernos, lo bueno es que tú bebé tiene muchas tías porque su mamá es medio tacaña con el dinero, ah, la tía London lo consentirá mucho — Dijo con una amplia sonrisa llena de felicidad — No te preocupes por la ropa Paris, se gasta más en los pañales, bueno, eso gastaba yo. ¿Quieres mi ropa? Me quedaron muchas cosas de mi hijo — 

Su mamá frunció el ceño mientras se acercó, fácilmente podría hacerse pasar por su hermana mayor, y es que su madre siempre ha tenido esa cara de niña, ojos brillantes y piel tersa que la hace ver más joven

— Pero no sabemos si será niño o niña —

Paris soltó un suspiro y se miró en aquel espejo que adorna la tienda de bebés, se miró de frente y de lado admirando esa pequeña protuberancia en su vientre. 

— Será niño, lo presiento —

Nadie comento nada más, de todos modos su madre y su madre estan muy divertidas escogiendo ropa y no es que ella no lo esté, sólo que le gustaría estar comprando ropa acompañada del papá del bebé, así como las demás mujeres que vienen con sus parejas, ella bueno, prefiere guardarse las lágrimas para el parto, pero por dentro, su alma llora al igual que un bebé.

Pero eso no quiere decir que no este emocionada, está tan feliz que a veces se siente ridícula al tomarse fotos del vientre como una loca ¿Un bebé? Era lo que menos se hubiera imaginado en su vida, ella quería viajar, pelearse con jueces y descubrir el mundo, aunque ahora no lo hará sola, porque de ser necesito llevará a su bebé en portabebé pero siempre irá con ella.  

Cuándo llegaron al pequeño café favorito de su madre, en una esquina multicolor de una zona hippie de Londres, lo primero que sintió fueron mariposas en el estómago, así que le dio un mordisco a su bizcocho y cerró los ojos emocionada mientras se recarga en su asiento.

— ¿Y ya le dijiste a Christian sobre tu embarazo? — Preguntó su madre trayendola a la realidad con su voz — Él pobre ha estado llamando a la casa todos los días, él quiere saber de ti, necesita hablar contigo antes de que su viaje lo llevé a zonas remotas del mundo, pero tú no quieres contestarle —

Simplemente se cruzó de brazos y negó con la cabeza.

— No le diré nada mamá, tendré al bebé sola —

Su mamá y su hermana casi tiran sus tazas de café sobre el mantel blanco que cubre la mesa.

— ¡¿Estas mal Paris?! — Protesto si mamá alarmada — Es nieto de los reyes, si ellos se enteran ardera troya —

— ¿Y eso qué? — Contestó con desinterés, como si el tema no la afectará — Él bebé podría ser nieto hasta de dios, pero es mío, mio, mio y de nadie más y yo decido sobre él 

Pero al sentir la mirada de ambas carraspeo algo nerviosa.

— Claro que si le dire a Christian, pero mas adelante, quizá dentro de unos años, él no está aquí y yo quiero disfrutar de este momento, sólo con mi bebé y yo

Ya por la noche, después de qué todos la llenarán de su comida por sus antojos, se miró delante del espejo de su habitación de nuevo.

— Diablos, mi pijama no me quedara pronto — Dijo para si misma — Dejaré abierta la ventana por si tu papá regresa para buscarnos —

Bajó las cortinas y dejó que el suave aire entre por la habitación, apagó las luces y se recostó en su cama mientras el televisor le otorga la luz suficiente para redactar una carta.

Después de terminar de escribir, rocío la corta con unas gotas de su perfume y comenzó a doblarla para guardarla en el sobre.

Le enviará una carta a Christian porque quizá su travesía es tan emocionante que ya está en alguna zona no descubierta del mundo y no tiene señal de celular, pero sabe que uno de sus asesores le hará llegar esta carta.

Y así se dará cuenta que será padre. 

Pero el televisión comenzo a llenarse de imágenes insólitas de Christian en una velada romántica con la hija del primer ministro, porqué al parecer son la nueva pareja de moda en el mundo.

¡Maldita mujer!

Así que llena de coraje, comenzó a hacer pedazos la carta y se recosto entre sus almohadones llena de celos y coraje

— ¡Te juro maldito Christian, que sufritas por esto! — Después se cubrió la boca asustada, se levantó la blusa y se tocó el vientre — Hey bebé no escuches las locuras de mamá, ¿Verdad que solo quieres a mamá? Porqué siempre seremos tú y yo contra él mundo —

Nota de la autora

Creo que todas en algún momento hemos sido Paris. Vamos, los celos son algo natural.

Solo espero que Paris deje esos sentimientos de lado, y piense en el bebé.

🥰😍🥰😍🥰😍

Vamos, realmente no tiene porque pasar sola este momento.

Jajajajajaja pero ya saben que yo amo el drama.

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Una Rosa De París (Saga Las Perfumistas Parte 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora