Capítulo 32

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Paris

Después de un arduo día de trabajo, bajo los escalones del parlamento de Londres haciendo sonar sus altas zapatillas y abrió su sombrilla para cubrirse de la lluvia londinense.

Movió su rojo cabello atrayendo miradas masculinas y se cubrió con su abrigo para no sentir frío.

El camino hasta los jardines del palacio de Kensigton esta bordeado de rosas de diferentes colores traídas desde París, son tan preciosas y desprenden un olor tan especial que estos jardines es el lugar perfecto para los enamorados.

Lo era para Christian y ella, ahora lo será de ella y de su bebé.

Tomó asiento en una banca de madera cerca del estanque y soltó un suspiro.

— ¿Ay... Paris y tu cuento de hadas en que quedo? — Se dijo a sí misma — Quedé sin un príncipe, sola y embarazada —

Le dio el primer mordisco a su panecillo con toda la tristeza del mundo, se siente tan mal, pero tiene tanta hambre que eso la hace querer llorar más.

— ¡¿Y si Christian no regresa jamás que haré?! — Volvió a decir mientras se lamenta y come con ansiedad — ¿Bebé tú crees que tu papá algún día regrese? —

Soltó una carcajada como si estuviera loca, porque es imposible que un bebé, aun dentro de su vientre, le responda.

— Si, digamos que algun día él volverá y vendrá por nosotros,  solo que ahora esta muy ocupado buscando tesoros en Egipto — Terminó en un suspiro — Pero tu y yo, cuándo nazcas claro, nos tomaremos un tiempo en Francia, oh ya hasta he soñado la casa, pequeña, de piedra y llena de flores, como en un cuento de hadas —

Cerró los ojos imaginándose una pequeña casa en el sur se Francia o quizá en la Provenza para que el bebé se enseñe a ser perfumes

De repente dejó de masticar solo para pensar una cosa.

¿Y si el bebé no se parece a ella?

Es muy injusto que después de cargarlo nueve meses el bebé se vaya a parecer a su papá, claro que Christian es muy apuesto, pero después de todo lo sucedido, lo correcto es que el bebé se parezca a ella.

Aww, lo imagina con rizos rojizos, pequeño y adorable y claro, con mucho amor a su mamá.

Sólo de pensar que para un pequeño ser, ella lo será todo hace qué su corazón se infle de orgullo y amor.

— Cuando nazcas iremos a comer a todos los restaurantes de Londres, oh dios, nos divertiremos mucho, espero que te guste la comida como a mi —

Se entretuvo comiendo de nuevo, aun sin abrir los ojos, pero por él embarazó sus sentidos están muy agudos, por eso, respiró ese perfume del hombre que se sentó a su lado.

— Déjame decirte que la gente te está viendo hablar sola — Comentó con burla esa voz masculina — En los juzgados todos te conocen como la mujer más dura, yo creo que eres la más dulce de todo Londres —

Paris paró de masticar su panecillo, se limpió el cocholate de sus labios y giró su rostro con incertidumbre para mirar a Connor sentado a su lado.

Ese abogado lleva un abrigo gris que cubre gran parte de su cuerpo, con es perfecto cabello castaño y esos ojos verdes llenos de brillo, dejo su maletín a un lado y le dejo un pequeño muffin sobre sus piernas.

— Soy mas dulce cuándo estoy sola, y no me dejan más comida ¿Me quieres ver más gorda? — Le preguntó seriamente — Si me perdonas... —

Connor la miró a los ojos y sonrió ampliamente

— Lamento si te incomodó mi obsequio, lo vi y pensé que sería delicioso para ti — Dijo recargandose en la banca — Además, no deberías esconder tu embarazó, no debería darte pena tener un bebé —

Paris abrió los ojos sintiendo cómo su cara se torna roja por la molestia.

— No me da pena, no me avergüenza, me gusta estar embarazada — Con cierta molestia comenzó a tomar sus cosas con prisa — ¡Lo que no me gusta es que la gente entrometida venga y me pregunte donde esta el papá de mi bebe, es nefasto! —

Connor la tomó de la mano y la obligó a sentarse de nuevo.

— Te veo todos los dias en el parlamento, tú llevabas vestidos provocativos y ahora te ocultas bajo abrigos, no tengas miedo de mi, no voy a preguntarte nada, sea quien sea él papá, se perdió de algo magnífico —

— Lo se, es un tarado

Connor sonrió llenó de alegría y la miró directamente a los ojos

— Pues me alegro que sea un tarado, gracias a eso puedo decirte esto, vamos a darnos una oportunidad Paris — Dijo seriamente mientras su cabello castaño se mueve con el viento, ni siquiera le importa que la lluvia moje su costoso abrigo —
No vengo aquí a decirte que nos casemos, comencemos como amigos, déjame cortejarte, dejame pedirle permiso a tú padre para salir contigo —

— Pero estoy embarazada — Replicó en voz baja.

— ¿Y eso que? Eso no es un problema, cuándo nazca el bebé le pediré permiso para salir con su madre — Connor la tomó de las manos con dulzura — Escúchame, no planeó ser el padre del bebé, ese es un lugar planeado para alguien qué volverá en algun momento —

Con todo atrevimiento, Connor se acerco para darle un suave beso en la mejilla, cómo un caballero tratando de conquistar a su damisela.

— Déjame hacerte entender Paris,  que el amor es precioso, que no se sufre, déjame hacer que te enamores de mi — 

Nota de la autora

Awwww, todas nos merecemos un hombre que nos enamoré poco a poco como Connor.

Y Paris se merece mucho más disfrutar de un buen embarazo, jajajajajaja de todos modos con su tía, sus hermanas y su madre nos sacará muchas risas.

🤪😜🤪😜🤪😜

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Una Rosa De París (Saga Las Perfumistas Parte 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora