-No creo que este sea el adecuado.
-Yo creo que si lo es.- me gire para ver a Jasmin.
-¿Que haces aquí?.
-Supuse que tendrías una crisis existencial por no saber que ponerte, así que vine.- levantó las llaves que le di de mi casa.
-Pues supones bien.- suspiré.- no sé qué ponerme Jasmin.- tire el vestido que tenía en mis manos es la cama.
-¿No te sientes conforme?.- miró mi cama.- ya veo que no.- sonríe.
-No vayas a comenzar con tu joda Jasmin que no te ganas de eso ahora.- ella levantó sus manos en forma de inocencia.
-Está bien.- se acercó a mí cama.- la cena es en su casa, así que es probable que no uses tanta ropa.- la mire molesta.- esta bien, esas no son tus intenciones.- me sonríe.- ponte algo sencillo.- tomó uno de mis pantalones negros y me lo lanzó.- eso se te verá lindo con esta blusa.- me lanzó una blusa de tiras blanca.- y para completar, utiliza el blazer negro que te preste y que aún no me devuelves.- sonreí ante eso.
-Te la voy a devolver, cuando me regreses mi ropa interior de Victoria Secret que jamas pude utilizar.- ella entrecierra sus ojos mirándome.
-Deberías agradecerme que me los haya llevado, sino se los hubieses dado a LaLo.-puse mis ojos en blanco, porque si, ella tenía razón.
Tomé la ropa que ella escogió para mí y me metí al baño a vestirme, la ropa no era ni tan formal, ni tan casual.
-Se te ve bien perra.- abrí mi boca.- ¡Me Encanta!.- sonríe feliz.- utiliza tus zapatos Sneakers blancos.- le asentí.
-Eres buena para esto.- ella asiente feliz.
-Si, si, lo que digas, ahora corre que vas tarde.- mire mi reloj de muñeca.
Tome mi cartera y las llaves del Porshe Cayenne GT, que me regalo mi mamá.
-Nos vemos.- me despedí de Jamin.
-Voy a dormir aquí.- la mire raro.- tengo que esperarte.- ella miró su reloj.- tienes que estar aquí antes de las doce hija.- sonríe.
-Eres una idiota.- beso su mejilla.- cierra cuando te vayas.- baje las escaleras.
Fui directo al garaje, me subí al coche y revisé la dirección que me había pasado hace unos minutos Delphine.
-Veamos.- susurre.- dijo puerta 512.
Comencé a ver los números de las puertas de ese piso hasta que encontré el de ella, toque un par de veces.
-Hola.- me miró de pie a cabeza.- estas muy guapa.- sonreí.
-Hola.- la bese.- Gracias.- la mire fijamente.- te ves hermosa en ese vestido negro.- ella bajó su cabeza, ocultando, que se sonrojo.
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La chica de las flores
RandomAria una chica que a la vida siempre le ha sonreído, con una vida que muchos desearían, con unos padres que siempre estuvieron pendiente de ella, con una economía más que perfecta. Al fallecer su padre por un accidente de avión ella se convierte en...