Francesilla

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-En serio llegas tarde.- mire a Jasmin, sentada en mi oficina.

-¿Qué haces aquí?

-Te espero.- se levantó de la silla.- ¿Qué pasó anoche?.- camino hasta el mini bar y se sirvió un poco de wisky.

-Me enferme, mientras iba de camino a la farmacia.- me senté en mi cómoda silla, tomé el teléfono para llamar a mi secretaria.- Gianna, por favor traeme todos los documentos que te pedí.

-Ya se los llevo señorita.

-¿Qué más paso?

-No encontré ninguna farmacia por mi casa, así que conduje hasta el otro lado de la ciudad.- le hice señas a Gianna para que entre.- ¿Esto es todo?.- ella asiente.

-Si, estan algunos contratos que debe leer, también está lo de la subasta, que si me permite sugerirle, sería bueno que lo leyera primero.- asentí ante su sugerencia.

-Diablos Gianna.- dijo irritada Jasmin.- tu hermosa jefa, me está contando lo que le sucedió ayer, permitenos.- rodó sus ojos.

-No le hagas caso.- mire a Jasmin molesta.- debes ir a trabajar, luego te contaré.

-¡Ni loca!.- se cruza de brazos, negué con mi cabeza por toda su niñeria.

-¿Algo más?

-No señorita la dejó para que siga en lo suyo.

-Vale, gracias.- ella asiente y se gira.- y disculpa a mi socia.- ella regresa a mirarme.

-No, tranquila señorita, en el tiempo que no estuvo aprendí a conocerla, se como es.- se gira para ver a Jasmin.- ¿No es cierto?.- le dice en un tono raro.

-Si, ¡Ahm!, tiene razón.- frunci el ceño por su nerviosismo.

-Permiso.- mi secretaria salió de mi oficina.

Mire a Jasmin, que estaba más que nerviosa, comencé a reírme por la situación.

-Comentame.- me acomode en mi silla.- ¿De qué me perdí en este tiempo?

-De nada.- camino hasta la puerta.- iré a trabajar.- salió de mi oficina corriendo.

No soy tonta, algo pasó entre ellas, quizás para ambas haya sido cosa de una noche, pero la burla que se lleva Gianna por ellos es increíble. Jasmin suele cohibirse con aquella situaciones, porque no es una persona que le guste hacer ese tipo de cosas.

Luego de aquel suceso, me centre en mi trabajo, leí cada contrato de la subasta, que según recuerdo y es algo que me dijo Jasmin, se había encargado la propia Gianna, cada local que se subasto y que había ganado, estaba muy bien situado, me encanta el trabajo que hizo.

Pero todo se torno raro hasta que llegué a un local que no me parecía apropiado, ¿Por qué lo compró?. Tomé el teléfono y la llamé.

-Señorita

-Venga a mi oficina, por favor.

Ella no dijo nada más, en unos segundos estuvo sentada enfrente de mí, se veía algo nerviosa.

-¿Ocurre algo?

-Si, ¡ahm!.- le pasé cada uno de los contratos que ya había leído y firmado, para que se valide el pago correspondiente.- quería felicitarla por su gran trabajo.- le sonreí.- hizo una muy buena compra, estos locales, me parecen increíbles para futuros negocios.- ella respira tranquila.

-Muchas gracias señorita.- me sonríe.- Realmente me halaga todo lo que me ha dicho.- suspira.- Pero, no creo que por eso me haya hecho venir hasta su oficina.- sonreí, ella siempre fue tan intuitiva.

La chica de las flores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora