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Zhan caminaba hacia la salida del establecimiento con sus ojos llenos de lágrimas y sujetando con fuerza sus regalos,z cuando llegó al vehículo se dió cuenta que el castaño no lo seguía, y provechó ese momento para sacar las últimas lágrimas que derramaría por ese idiota que decía que lo amaba.

A los pocos minutos, Yibo llegó con una cajita de tazas de café, al ver el estado del pelinegro corrió hacia él, dejó la caja sobre el techo de su auto,  abrió la puerta trasera y le quitó los peluches para meterlos en el auto. Zhan solo derramaba lágrimas mientras veía las acciones del castaño.

Yibo cerró la puerta y se sacó su chaqueta para colocarla sobre los hombros de Zhan.

— Está haciendo frío... Vas a resfriarte — dijo en tono bajo, acomodándole la chaqueta.

Tomó la cajita, sacó uno de los vasos y se lo entregó para después limpiar los restos de lágrimas con sus pulgares de una manera muy delicada.

— Todo estará bien ¿Sí? — dijo con una pequeña sonrisa y Zhan asintió.

— ¿Me permites llevarte a un último lugar? — preguntó, y Zhan aún con lágrimas en sus ojos asintió.

Abrió la puerta del copiloto y esperó a que el pelinegro subiera para cerrarla.





Yibo condujo hasta estar de nuevo en la ciudad, una vez allí lo llevó a un restaurante muy hermoso y por lo que se veía, muy caro. A petición del castaño, el mesero los llevó a una de las mesas que se encontraban en la terraza del lugar, no había viento dado que todo estaba protegido por grandes láminas de vidrio, dando como resultado un hermoso paisaje nocturno.



— ¿Están listos para ordenar?

— Sí... Me trae, dos órdenes de lomo de ternera con cebollas asadas y salsa de mostaza, con una botella de vino y de postre... Mmm ¿te gusta el chocolate? — miró al pelinegro y este asintió.

— Dos tazas mousse de chocolate por favor, eso sería todo — dijo entregándole la carta.

— El vino ¿Desearía uno en específico? — preguntó el mesero y Yibo volteó a mirara a Zhan.

— ¿Qué dices Zhan? ¿Alguno en especial?

— Mmm... Un Marques Riscal creo que quedaría bien — dijo mirando la carta de vinos.

— Zhan, no pienses en el dinero. Yo te invité, yo pago.

— No, cómo crees. No puedo dejarte hacer eso.

— Un Cabernet estaría bien, gracias.

— Enseguida señor — el hombre hizo una reverencia y se fue.

— Yibo, no voy a dejar que pagues tu solo — puso sus manos sobre la mesa.

El castaño se acomodó en su sitio y puso sus manos sobre las de Zhan.

— Escucha... Yo dije que ibas a pasar uno de los  mejores días de tu vida, déjame compensarte por el mal rato que pasaste. Solo disfruta y no te preocupes más ¿de acuerdo? — sonrió.

— ¿No vas a preguntarme que pasó? — Yibo negó sonriendo.

— Depende de tí si quieres decirme Zhan. Cuando sientas que puedes confiar en mi, cuéntame todo lo que quieras que yo te escucharé, pero si no quieres está bien, de todos modos estaré por si me necesitas.

De acuerdo, escuchar esas palabras ahora, se sentía bien, y raro, pero le alegra saber que vienen de alguien lo protege sin darse cuenta.

Algunos minutos después la comida llegó, sirvieron los platos, el vino y el postre, todo se veía exquisito.

Zhan comenzó a comer y sentía que sus papilas gustativas saboreaba la gloria.

— Esto está exquisito — dijo tapándose la boca.

— Me alegro que te guste — sonrió el castaño.





Unos minutos más tarde ambos habían terminado de comer, y el buen ambiente y la botella de vino, no se iban a desperdiciar.

Ambos se dirigían a la salida, pero algo llamó la atención de Zhan.

— Yibo... Ten — habló quitándose la chaqueta.

— Está haciendo mucho frío, tenla por ahora... Vamos, te llevo a casa.

— Pero también te resfriarás — Yibo tomó la chaqueta y la volvió a colocar sobre los hombros del pelinegro.

Extendió su mano y con una pequeña sonrisa Zhan la tomó.

— Tú, la necesitas más que yo — dijo mientras salía del restaurante.

Como todo un caballero abrió la puerta del auto dejando que Zhan entrara primero. Yibo se subió después y comenzó a manejar.
En el trayecto había puesto música y eso había Sido suficiente para mejor el ambiente de manera fenomenal, pues, ambos se encontraban cantando a todo pulmón 'It's my life'

— No pensé que te gustara esta canción — dijo Zhan con una sonrisa.

— ¿Bromeas? Bon Jovi es una de mis bandas favoritas.

— ¡La mía igual!

— ¡¿Enserio?! — Zhan asintió emocionado.

— ¿Y qué tal Green Day? — miró de reojo al pelinegro.

— ¿21 Guns? — preguntó con una sonrisa.

— ¡Es una belleza esa canción! — dijo emocionado.

— ¡Claro que lo es! — ambos rieron y se sumieron en silencio pacífico.

— Cantas hermoso por cierto.

— Gracias tu también cantas muy hermoso — sonrió.

Un par de minutos más cantando como si en algún concierto estuvieran, y Yibo llegó a la casa donde se estaba quedando el pelinegro. Bajó del auto y corrió a abrir la puerta a Zhan, este bajó y el castaño sacó los peluches que había ganado y se los entregó.

— Gracias Yibo, me divertí mucho contigo hoy... Oh, tu chaqueta-

— No te preocupes, tenla hasta que llegues a la casa, de todos modos... Tengo una excusa para verte mañana — dijo con una sonrisa y Zha rió.

— Mmm... Si estás libre mañana, ¿me acompañarías a buscar un departamento?

— Claro, estoy libre a partir de las doce ¿Te parece si paso por ti?

— Me encantaría, entonces, nos vemos mañana. Y gracias de nuevo por este día — estaba feliz, claro que sí.

— De nada Zhan, me alegra que te hayas divertido hoy. Entonces te dejo para que descanses, debes estar cansado... Hasta mañana — se despidió con una sonrisa y levantando su mano rápidamente.

— Hasta mañana — Zhan se despidió y caminó hasta la casa.

Y al momento de abrir la puerta se encontró con su padre, ZhouCheng y HaiKuan con una tonta sonrisa mirándolo atentamente desde la sala.

— ¿Y a ustedes qué les picó?

— Tienes un panda gigante — habló su padre.

— Tienes la chaqueta de mi hermano — habló Haikuan.

— Tienes una sonrisa de enamorado plasmada en tu cara — dijo su hermano por último para luego los tres gritaran emocionados acercándose al pelinegro.

— ¡¿Fue un caballero?!

— ¡¿Te compró comida?!

— ¡¿Te besó?! — preguntó su hermano emocionado.

— Oigan yaa, están más emocionados ustedes que yo.

— Hijo. Como tu familia tenemos derecho a emocionarnos por tí así que, cuéntanos todo.

Su familia era única, los amaba, y sabía que siempre podía contar con ellos.























IMPERFECTLY PERFECT ▪︎ [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora