- Eres la primera chica a la que invito a cenar. - Me dijo sonriendo-
- A veces no te entiendo.
- Ya, lo sé. No me entiendo ni yo, pero no te pido que me entiendas, te pido que por lo menos lo intentes.
- Lo único que no quiero es que juegues conmigo, Ben.
- No tengo esas intenciones porque si quisiera hacerlo no estaría en un restaurante caro diciendo cursiladas, créeme.
- Me gustaría saber por qué me besaste. Lo que te impulsó a hacerlo.
- Me di cuenta que no estaba haciendo lo que quería por miedo a no hacer lo correcto cuando si lo es. Yo siempre digo que uno tiene que hacer lo que desea y lo que quiere sin importar nada más y así hice. Hay que aprovechar cada momento de tu vida, ¿recuerdas? Y pienso que besarte es una de las cosas que más he deseado hacer. - Hizo una pausa- Ninguna chica como tú se había enamorado de mí de verdad.
- ¿De verdad?
- La gran mayoría de chicas se enamoran primero de lo que ven y no les interesa conocer lo de dentro. - Me miró- Tú me has visto equivocarme más veces que cualquiera de ellas y sigues aquí cenando con un tío como yo.
- La mayoría de las chicas se enamoran de lo que ven porque no les da tiempo a conocerte mejor si solo os dedicáis a estar en la cama y fardando de lo buenos que estáis con vuestros amigos.
- Sigues pensando que soy un cabronazo.-Afirmó sin saber mi respuesta-
- Es la imagen que intentas dar, pero yo sé que dentro de todos esos músculos y esa sonrisa pícara hay un Ben totalmente distinto al que estoy empezando a conocer. El camarero llegó con un plato que es bastante raro de definir pero que estaba realmente bueno y un vino que, si os soy sincera, fue el primero que probé en toda mi vida y no me sentó bien.
Cuando terminamos de cenar estaba tan borracha que iba descalza por la calle y gritando lo mucho que quería a Ben mientras él pasaba su chaqueta por encima de mis hombros y trataba de calmarme.
Me cogió en sus brazos hasta que llegó el coche y empecé a hablar de cosas que no recuerdo.
Creo recordar que eran las 3 AM cuando llegamos al colegio.
Al día siguiente, no desperté en mi cama.
Desperté en la de Ben.
Y os juro que por un momento quise llorar porque no recordaba nada y creí por un momento que había pasado algo.
Me levanté como una loca y eran las 7 AM. No recordaba nada y me dolía la cabeza tan fuerte que hasta creía que me mareaba.
Ben hizo que me sentara y me explicó que lo único que había pasado es que me había quedado dormida y él estuvo a mi lado todo el tiempo por si vomitaba, hasta que se quedó dormido también.
Y en ese momento le quise más que nunca porque en mis condiciones podía haberse aprovechado de mí y no lo hizo.
Y me cuidó cuando peor estaba.
Y estuvo ahí.
ESTÁS LEYENDO
¡TE ODIO!
RomanceUn chico nuevo en el instituto con el que todas las chicas están obsesionadas, un chico nuevo que lo único que hace es dar problemas a Cris.