Suena la alarma de mi despertador.
Welcome to my life
Una de mis canciones favoritas. La tengo como tono de alarma.
Joder, joder, joder. Me dije a mi mismo. Era lunes, y odio los lunes. Es el comienzo de todo. Escuela, trabajo... Y hoy tocaba clases. Me levanté a regañadientes. Anoche dormí hasta las 3 de la madrugada. Me gusta leer, sobre todo historias de terror. Lo hacía todas las noches.
Camino hacia el baño. Al verme al espejo, veo a un chico caucásico, pelinegro, con su pollina casi tapando el ojo izquierdo (osea, mi derecha), con espinillas y un grano justo por encima del labio superior. A cualquiera le avergonzaría ir a la escuela así. Pero a mí me da igual. De hecho, todo me daba igual. Aparto la mirada del espejo y empiezo a cepillarme y a lavarme la cara. Ya no se notaba tanto esas ojeras, aunque igualmente todos lo verían. Me ducho y luego me pongo la ropa. Camisa blanca, unos jeans desaliñados, convers negros con blancos y mi chaqueta de cuero negro. Atrás de la chaqueta, se leía I DON'T CARE. Yo la mandé hacer. Tenía un estilo casi de motociclista.
Me pongo mi arete en mi oreja izquierda, termino de arreglarme, agarro mi celular y mi billetera y salgo de mi cuarto. Mis padres y mi hermana están abajo arreglando la mesa. Yo debería ayudarlos, no tenía los ánimos para hacerlo. Desayunariamos lo de siempre: waffles con mantequilla y miel y un vaso de jugo de naranja.
Caramba! -gritó mi hermana, Alice, en tono de sorpresa- Resucitaste de los muertos Cookie
Te dije un millón de veces que no me llames Cookie -respondi enojado
Vaya, buenos días a ti también -dijo con sarcasmo
La verdad detestaba que me llamara Cookie. Le gustaba llamarme así, y ni siquiera sé por qué me llama así, aunque no quiero saberlo.
Retrocedo y me dirijo a la despensa para agarrar un paquete de galletas Oreo, mis favoritos.
No vas a desayunar, Evan? -pregunta mi madre dejando de comer
No tengo mucha hambre mamá -respondi viéndola por el rabillo del oko- Comeré algo en el camino
Evan... -habla papá
Papá, no empieces, si? Solo... déjenme en paz -me retiro sin girar voltear hacia ellos y cierro la puerta de la entrada con dureza. Casi rompo el cristal de la puerta. Dios mío!
La mañana estaba en un tono grisáceo, como si quisiera llover. Pero sé que no lo hará. La temporada de lluvias no llega sino hasta diciembre. Me empezó a gustar más los días nublados que los despejados y soleados.
Abro la cochera para sacar mi motocicleta. Aunque no era el único vehículo que tenía yo. Hace unos años, mi abuelo me regaló en Navidad un Volkswagen escarabajo amarillo. Aunque mis padres estuvieron en contra, por alguna razón quería conducirlo cuando tuviera 16 o 18. Pero últimamente he preferido más la motocicleta que el auto. El amarillo representa la felicidad, no? Acaso yo lo era? Solo estaba ahí, todavía estable pero lleno de telarañas y con una falla en el motor.
Enciendo la motocicleta y me dirijo hacia la escuela.
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La escuela queda como a 10 kilómetros. Algo lejos para mí. Voy 6 minutos tarde, ya que quise dar una vuelta en la ciudad. Creo que se volvió costumbre en mi. No paraba, solo conducía.
Solo me detenía para saludar a Comrade, un perro callejero pastor alemán. Lo mantengo escondido para que no sea llevado devuelta a la perrera. Era mi único amigo, por así decirlo. Le di un plato de carne de pollo que dejé ayer para él. Él solo espera que lo ponga en el suelo. Apenas me aparto, el se acerca y le da un bocado que se veía, estaba disfrutando. Le doy una última acariciada y me retiro.
En el camino, paso por un vecindario vecino al mío. Bajé la velocidad para divisar un camión de mudanzas. Se mudaria alguien aquí? Esa casa estaba abandonada por no sé cuánto tiempo. Aunque no se veía mal. Estaban descargando todos los muebles y demás cosas. Ojalá la pasen bien aquí. Aunque no me detengo a darles la bienvenida. No acostumbro a ser amigable con otros. Aumento la velocidad y me retiro de allí.
Llegó al instituto Culver High School. Estaciono mi moto y me dirijo hacia la entrada. Se notaba que todos estaban ya en clases, y yo era el único que llegaba tarde. No tenía ni cinco minutos de haber entrado cuando una voz que me resultaba desagradable interrumpió mi caminata.
Es bueno verlo de nuevo... señor Brady -hablo con una voz que aparentaba ser amable, y sarcástico- Dígame, cuál es la excusa que usará el día de hoy?
Quería faltar a clase a propósito. Es que odio ver su estúpida cara!
Hubo tráfico en el centro señor Scorch -termine respondiendo; Por Dios, que apellido más estúpido
Y justamente tomó el camino más largo para ir a la escuela, es cierto? -preguntó
Yo solo asentí de mala gana
Pues espero que le guste esta ruta hacia la sala de castigo -me dió un citatorio, yo lo tomé con cara burlona- Y no tome la ruta larga, si? -me da una mirada fulminante y se retira
Maldita sea...
Ya puedo presenciar otro de los sermones de mi padre cuando llegue a casa... hasta más tarde.
Apresuro mi caminata hacia el salón de clases. Llego al aula B. Clases de matemáticas con la maestra Kirby.
No puede ser!!
Matemáticas... lo que más odiaba, aparte de mi vida, de todas las materias.
De nuevo tarde señor Brady? -hablo ella; no respondí- Vaya a su asiento por favor
Ya estaba acostumbrado a ser el raro de la escuela. También acostumbrado a las miradas hacia mi. A todo lo malo... Ya estaba acostumbrado.
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Mi Perdición [TERMINADA ✔️]
RomanceEvan Brady no era el típico adolescente como todos lo eran. Era retraído, torpe, descalificaba en algunas materias y no tenía amigos. Solía espantar sin querer a los demás con su estilo emo. Sufría de depresión y ansiedad. Su destino era acabar solo...