CAPÍTULO IX

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Soul seguía apretándome las costillas. Esta chica de verdad le asustaba montarse en una moto, y más si yo conducía, supongo.

Entro a Sunny Village, me dirijo a su casa y la estaciono al frente. La habían terminado de decorar. Habían sembrado algunas flores, de las que puedo ver rosas y girasoles. No soy gran fan de las flores, pero aquello se veía bonito. Nada mal.

Ya llegamos? —pregunta con los ojos cerrados

Sí Soul, llegamos. Ya puedes bajar de la moto... Por favor —digo con una educación fingida

Abre los ojos, se quita el casco y baja de la moto. Ahí procedo a regresarle su gorra. No me había dado cuenta lo mucho que la había sudado. Hizo mucho calor como para mojarlo así?

No vas a venir? —pregunta ella dirigiéndose a la puerta de su casa

Quería aprovechar su caminata a la entrada para acelerar hacia mi casa. Quería hacerlo, pero ella me estaba esperando. Ya estaba tolerando su insistencia y su apego de repente en mi. Entonces apago la moto y me bajo. Camino hacia ella. Tenía un pequeño sendero hecho de piedras, tenía un césped limpio con un gnomo metido en una pequeña huerta. Tenía zanahorias, pimientos y calabazas. Bueno, eso supuse.

Tus padres no se enojarán si admites a un extraño? —le interrogo. Y es que no sabía si se espantarían al verme.

Solo está mi madre. Mi padre y mis hermanos se fueron de campamento —responde sin abrir todavía la puerta

Tienes hermanos? Cuántos? —pregunto algo curioso

Tres revoltosos hermanos, Sean, Sam y Steve. Son trillizos -dice con total calma y luego abre la puerta.

Al entrar, todo pareció un estilo retro, cómo de los años 50 más o menos. No conocí al abuelo de Soul, pero tenía un buen gusto el viejo. La chica me pidió que me quitara los zapatos, ya que todos los hacían. Dudo por un segundo, pero decido quitármelos. Cuando me los termino de quitar, Soul observa que mi calcetín izquierdo tenía un hoyuelo en el dedo gordo que sobresalía y otro en el talón. Soltó una pequeña risa, lo que hizo que su nariz sonara como el de un cerdo. Me sorprendí ante el ruido, pero se veía adorable.

Mamá, estás aquí? —pregunta alzando la voz en la casa

Sí. Estoy en la cocina, mi amor —la oigo a lo lejos, precisamente en ese lugar.

Ven, quiero presentarte. —Me jala de la mano y yo intento frenarme, pero esa chica era fuerte- Traje un amigo conmigo

La mujer voltea. Sentía los nervios hasta en las venas. Me estaba analizando de pie a cabeza. Supongo que estaba decidiendo si era buen chico o no. La mayoría de las personas al verme, empiezan a juzgar mi manera de ser y vestirme. Se alejan. Aunque eso ya me daba igual, me lastimaba. Y esta mujer hizo una mueca, supuse que de desaprobación.

Cómo te llamas? —fue lo primero que preguntó

Brady... Evan Brady, señora Harmon —respondí nervioso. Mis ojos bajaban y subían a cada rato. La miraba a ella y al suelo. Tenían piso de madera? No me di cuenta.

Pues mucho gusto Evan Brady —me dice educadamente—. Yo me llamo Delilah, espero que te gusten las galletas de mantequilla.

También hace galletas? —pregunto levantando las cejas

Las hago desde que era niña —responde mientras suelta una carcajada—. Le enseñé todo lo que sé a mis hijos, en especial a Soul.

Mamá —dice Soul avergonzada y sonrrojada. Su madre se ríe a lo bajo—. Voy a cambiarme, te llamo cuando termine, ok? —me dice soltándome la mano. Me dejará solo con su madre? Dios, ten misericordia de mi, por favor.

La mamá de Soul saca una bandeja del horno. Ya estaban listas las galletas, y me ofrece una. Estaba caliente, así lo agarro con la punta de mi mano (la que no tenía las heridas en mis nudillos). La soplo para enfriarlo un poco y le doy el primer mordisco. Eran las mismas que Soul me había dado en el instituto.

Mmmm. Están riquísimas señora Harmon —digo mientras mastico

Que bueno que te gusten —dice ella. Luego se acerca un poco a mi, como dos metros más menos—. Cómo vas con las clases, Evan?

Su pregunta no era la que esperaba. Creí que me preguntaría qué intenciones tengo con su hija.

Bien, van muy bien —miento

Que bueno —dice ella. Se creyó lo que dije—. Y qué piensas estudiar después de graduarte?

Su pregunta me dejó pensando. La verdad, no había pensado mucho eni futuro después de la escuela. Me gustaba el arte, era mi modo de expresar. Pero, y si nadie lo valora? Y si trabajo en un ambiente laboral, cómo me defenderé? Me sentía muy inseguro respecto a qué haré. Menos mal que Soul me llamó, así por lo menos esquivaba su pregunta.

Me retiro y subo las escaleras. Su habitación era la primera. Su puerta tenía decoraciones de Ariana Grande, sus canciones y otras figuritas como estrellas y cosas así. Muy diferente al mío, que tenía advertencia sobre no entrar a mi habitación y de DO NOT DISTURB. Por lo menos hacían caso.

Entro y veo todo ordenado. Tenía un ordenador a lado de su cama, una mesita con sus cosas de maquillaje, un balcón y un baño. Estaba pintado de anaranjado y olía a pinos. Tenía una guitarra acústica encima de su cama.

Tocas? —pregunto

Sí, un poco —dice metiéndose las manos en sus bolsillos—. Siéntate aquí en este silla.

Me siento y ella enciende unas cornetas inalámbricas, supongo que pondrá música. Ojalá no sea ópera. Colocó una canción que también escucha mi hermana, Scars to Your Beautiful. Esa que te hace levantar los ánimos y a valorarte a ti mismo. Yo nunca me he considerado hermoso, y no es por ser orgulloso y querer presumir, solo que estoy tan destruido que no me siento así.

Escucho la letra de la canción. Soul no dice ni una sola palabra. Solo veía cómo prestaba atención a cada partitura. Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos.

Perdón si te hice llorar, Evan —me dice arrepentida

No te preocupes. Es solo que eres cruel al poner esa canción —suelto una risa en medio de las lágrimas. Debería subirme el ánimo esa canción, pero me tiré al suelo de rodillas y comencé a llorar, pero me incorporé lentamente—. Perdóname tú, por llorar así. Es que... soy débil

No lo eres Evan —se agacha de frente—. Eres fuerte, y más de lo que te imaginas.

Y cómo se supone que lo soy? —pregunto secándome las lágrimas

Porque lo fuiste al contarme tus problemas, y te admiro por eso. Y créeme que saldrás de esto, juntos lo haremos

Por primera vez en mi vida, doy la iniciativa de darle un fuerte abrazo, y ella me lo correspondió. Lloré de nuevo, y no porque me sentía mal. Me sentía bien al lado de ella. Sonará infantil, pero con ella me sentía seguro. Decidí en ese momento no perderla, no podía perderla.

Mi Perdición [TERMINADA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora