La clase de matemáticas de la señorita Kirby no estuvo tan mal. Sí, saqué un 0, cómo siempre, pero disfruté ver a otros reprobar también. Y es que, seamos francos, nadie entendió la clase.
Suena la campana. Al fin era hora de receso. Iba saliendo del salón cuando la maestra me llamó.
Joder
Evan -me llamó con voz agradable. Ella era muy amable y comprensiva, mejor que los otros maestros. Estaba consciente de mi condición. Lo retraído que era y lo difícil que era entender la cosas. Creo que la respetaba por eso-, últimamente tus calificaciones han bajado. Entregas tus trabajos a medias o ni las haces
Lo sé señorita -sone infantil al llamarla así, que inmaduro sou-. La verdad tengo muchas cosas en mente, y no he estado concentrado últimamente
Era cierto por un lado y por el otro no. Es verdad que tenía muchas cosas en mente, pero de estar concentrado últimamente... Eso es desde mucho antes de que fuera diagnosticado con depresión crónica.
Creeré en tu palabra Evan -bajo la mirada para ordenar unas hojas que no sé qué eran- No has pensado en tener a alguien que te ayude con las tareas?
Oh no! Preferiría ir a la sala de castigo o recuperar las materias a tener a un nerd sabelotodo ayudándome con la tarea -le dije con una sonrisa falsa- No quiero, y no lo haré
Evan... -no terminó la oración porque me marché de ahí, dejándola plantada en el salón
////
Ya eran las cuatro y treinta de la tarde. Ya me veía saliendo de la sala de castigo, en dónde nada más estábamos yo y un chico que ni conocía.
Empecé a correr hacia la salida para llegar a mi moto. Aún seguía ahí. Gracias a Dios. Me monté, lo encendí y me largué de ahí.
El frío golpeaba contra mi rostro, lo cual era agradable, aunque sabía que tendría la nariz tupida por eso. No llevaba casco. Me incomodaba mucho, porque era cabezón. Hoy llegaré tarde a casa, de nuevo. Siempre suelo llegar a las 9 o 10 de la noche. Es donde ya todos están dormidos y así me evito los sermones de papá.
Conduzco mi moto hacia el callejón dónde estaba Comrade. No traía comida, así que solo me lo llevé a una plaza cercana, que ya estaba casi vacío. Dejé mi moto estacionado a un lado. Tomé un palo que estaba en el suelo y lo lancé al aire para que Comrade lo buscará y me lo trajera, y repetir la misma acción.
Me senté en una banca. Se veía limpia. No estaba manchado de caca que sacaban las palomas. Saco mi celular y mis audífonos. Me los pongo al oído y empiezo a escuchar mi banda favorita, Simple Plan. En especial la canción Welcome To My Life. Dios, cómo me encantaba escucharla. Se volvía mi himno. Era yo dentro de esa canción.
De repente, mi disfrute de mi música se interrumpió por una mano que me sacudió el hombro. Despierto y trato de analizar lo que veo. Una chica blanca, pelo negro y suelto, ojos celestes y delgada. Traía consigo su celular a mano y un bolso de mano color negro.
Y esta...?
Ehmmm, disculpa que te interrumpe -habla la chica toda inocente-, sabes dónde queda Brady's Cake?
Era la pastelería de mis padres. Ellos dirigen esa mini empresa. Pedidos a domicilio o por encargos. Trabajé ahí por un tiempo, hasta que hubo un problema con la contabilidad. Creyeron por un momento que yo les había robado, cuando en realidad era que no supe sacar bien las cuentas. Sí soy pendejo, no?
Ehmmm sí -respondi fastidiado-. Cruza esta calle de al frente y sigue derecho hasta la otra esquina, ahí hay un letrero, esa es.
Ay, te lo agradezco en serio... -hizo una pausa. Supongo que quería saber mi nombre
Evan -dije en seco
Gracias Evan -dijo ella con una sonrisa que incomodaba y, me daba asco. Todas las sonrisas que veo, son asquerosas. No me gustan
Sí, cómo sea -me levanto de la banca para irme en dirección a mi moto
Oye! Es de mala educación responder así y dejar plantada a las personas -alzó la voz, que a decir verdad, sonaba hermoso
Sí, sí, cómo sea -repeti despidiéndome levantando la mano en forma de V y sin voltear hacia ella
Comrade apareció de la nada. Lo acaricié por unos minutos, luego lo llevé al callejón. Encendí mi moto y arranqué hacia mi casa. Creo que hoy sí llegaría temprano después de todo. Gracias por nada, chica desconocida
No sé qué pasaba por mi mente. Lo que hice fue aparcar la moto en una gasolina y me dirigí a los baños. Me apoyé sobre el lavamanos y me miré al espejo. Me sentía frustrado e impotente. No por la chica que me interrumpió mi momento, sino por todo. Me sentía una mierda. Quería descargar usa frustración e impotencia con alguien... o algo. Me jalé los cabellos y di un suspiro. Tenía ganas de llorar ahí mismo.
Mis manos se llenaron de fuerza y el puño se dirigió al espejo del baño. Lo golpeé tres veces. Rompí el espejo. Mierda! Pero veía mis nudillos sangrar. No dolía. Ya el dolor era parte de mi. Abrí la llave del lavamanos y me quité la sangre. Ardía, sí. Dolía, no. Saqué una pañoleta que tenía en mi bolsillo casualmente, y me vendé la mano. Despejaba mi mente haciendo esto.
Dios, Evan Brady. Eres una mierda! Lo eres y lo serás siempre!
Esa maldita vocecita en mi cabeza... Quería sacarlo de allí, pero no quería. Al final, tenía razón. Soy y seré siempre una mierda.
ESTÁS LEYENDO
Mi Perdición [TERMINADA ✔️]
RomanceEvan Brady no era el típico adolescente como todos lo eran. Era retraído, torpe, descalificaba en algunas materias y no tenía amigos. Solía espantar sin querer a los demás con su estilo emo. Sufría de depresión y ansiedad. Su destino era acabar solo...