CAPÍTULO XI

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Llegamos a mi casa. En todo el viaje, Soul al fin abrió los ojos. Creo que lo hizo para memorizar dónde vivo. Ella se baja y estaciono la moto frente a la cochera. Como sé que mi mamá y Alice están en casa, puedo abrir la puerta sin problema.

Bienvenida a la maravillosa residencia Brady —presumo ante ella con sarcasmo

En serio se llama así? —pregunta. No captó el sarcasmo, a lo que yo río

Que va. Yo exagero a veces —le dije abriendo la puerta—. Mamá! Alice! Ya llegué! —grito para que sepan que entré. Alice es la primera en recibirnos y se sorprende al ver a Soul

Vaya Cookie, hasta que al fin traes visitas a casa —dice con un tono burlona. En ese momentos me dan ganas de matarla por llamarme Cookie enfrente de Soul—. Bienvenida a casa, amiga —la abraza

Gracias Alice —responde Soul—. Guao, su casa es hermosa

Gracias, aunque no es tan bonita como la tuya —dice ella

Las dos se ríen. Soy el único que ni entiende lo que están diciendo. Cosas de chicas, quién las entiende?

Bueno, subiré a cambiarme —intervengo

Espérame —dice Soul

Qué? Acompañarme a mi habitación. Está loca esta chica o qué? Aunque siendo sinceros, yo entré al suyo cuando fui a su casa ayer. Cómo yo acepté entrar al suyo, ahora quiero que acepte que entre al mío. Qué cosas, no?

Ehmmm —dudo—, okey. Vamos —aún dudo

Subimos las escaleras. Mi cuarto era el último. Aún se aprecia las señales de advertencia de que no entraran. No recuerdo si había ordenado mi habitación... Gracias a Dios, sí lo hice. Entramos y le ofrezco un banquillo pequeño.

Perdona que te dé esta —me excuso—. No acostumbro tener visitas en mi habitación

No te preocupes —dice ella sin sentarse aún. Ella se dedica a apreciar el espacio.

Observó varios carteles que tengo de algunas de mis bandas favoritas. Green Day, Simple Plan, Oasis, Nirvana, entre otras bandas punk. Algunas frases tristes que escribo en mi pared. Las paredes tenían un color azul intenso y negro. A diferencia del suyo, yo no tenía balcón.

Está bien cómoda tu habitación —dice ella

Te puedo preguntar algo —le digo sin prestarle atención a lo que dijo

Sí, claro —dice

Por qué a mí —digo—. Hay muchos chicos y chicas a quien puedes conocer y juntarte. De todos ellos, por qué a mí?

Ví algo en ti —responde—. Sé que sonará loco, pero fuera de ese chico gótico, por dentro hay un chico pidiendo ayuda. Nadie te pone atención, y eso me duele. Pero debes aprender, Evan, a pedir ayuda. No todos podrán leer tu mente y saber que estás mal. Debes motivarte a hacerlo.

Vaya chica. Pareciera hija de Salomón. Pero sus palabras me llegaron a mi podrido corazón. Comprendí lo que quiso decir. Pero no era fácil hacerlo, no cuando soy tímido. Me quedé pensando. No podía responder. Aunque quería decirle muchas cosas.

Bien, Soul —le respondo—. Lo haré

Promételo —pide

Lo prometo —le digo levantando mi mano derecha—. Oye, quieres conocer mi lugar especial? —le pregunto. No sé por qué se lo dije. Solo esperaba que dijera no.

Que no habíamos ido ayer? —pregunta confundida

Ehmmm, no —corrijo—. Es otro lugar.

La tomo de la mano y salimos de mi habitación. Juro que casi tropiezo con mi pie en las escaleras. Me imagino el escándalo que habría hecho mi mamá. Yo tenía las llaves de la tienda, así como de la casa. Mis padres sabían que me gustaba ir al ático cuando quería.

Me despido de mi mamá y de Alice, no sin antes recibir un guiño de parte de ella. No le hago caso y nos dirigimos a la moto.

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Llegamos a la tienda, pero estacioné la moto en la zona donde recibían los productos. Entramos por la puerta de atrás. La cocina olía a dulces, y aún había algunos dulces que no se habían vendido. No hará daño si agarro dos, cierto?

Me dirijo hacia la puerta del ático que está en el techo y la abro, dónde automáticamente bajan las escaleras.

Damas primero —digo cortésmente

Que caballero —dice y luego se ríe. Sube las escaleras y llega arriba. Le sigo y cierro la puerta—. Así es tu "lugar especial"?

Paciencia. Aún falta lo mejor. Solo espera aquí, ahora vuelvo —le digo y me retiro. Empiezo a acomodar un poco el pequeño espacio. Enciendo las luces y abro la ventana—. Listo! Puedes venir

Ella se acerca y se queda con la boca abierta. Se quedó observando atónita el lugar. No era la gran cosa, pero por las luces, que por cierto eran luces de Navidad, le encantó.

Evan, es hermoso —dice encantada

Que va. No es gran cosa —digo mientras lanzo una risa

Pues para mí, sí lo es —dice alegre

Enciendo el reproductor y pongo música. Es de mi playlist, entonces solo es, como yo digo, música sad.

Falta pocos segundos —aviso

Para qué? —pregunta

Para... —cuento 1, 2, 3— esto

Quería que ella apreciara el atardecer que se ve desde el ático. Ella se acerca a la ventana y entre abre los labios. Al verlo, saca una lágrima y lanza una sonrisa. El rostro de Soul siendo impactada por los débiles rayos del sol, la hacían ver más hermosa.

Es... es hermoso —logra decir después de un largo rato en silencio

Casi siempre lo aprecio cuando subo acá arriba —le digo. Sentí algo. No sé qué era. Era algo nuevo para mi. Cuando estou a lado de ella, me dan sentimientos de paz y tranquilidad. Pero en esta ocasión, era otra cosa. De repente suena en el reproductor Scars to Your Beautiful.

Esa canción... —se voltea Soul y apunta hacia el equipo acercándose a él— La tenías?

La descargué después de estar en tu casa y me hiciste sufrir con esa —respondo seguido de una risa—. Pero me está gustando

Otro abrazo. Me había enamorado de sus abrazos... O me había enamorado de ella? Dios. No podía negarlo. Esa chica me está ayudando. Quiere salvarte, idiota. No sé en qué momento, pero empezamos a bailar la canción. Se sentía bien estar con ella.

Evan —llamó

Sí? Que pasa? —pregunto. Me preocupé un poco

Perdón por lo que haré —dice sin medir palabra

Que quieres d... —me interrumpe con un beso

Juntó sus labios con los míos. Esa sensación no la había sentido antes. Al principio me confundí, pero terminé con corresponderle el beso. Sentía como un millón de mariposas en mi estómago. Su lengua rozando mi lengua hizo que se erizara mi piel. Nos separamos lentamente. Supe que sentía lo mismo.

Tengo miedo —le confieso en voz baja

De qué, cariño? —pregunta

De que algún día te canses de mi y te aburras —le digo con la cabeza agachada y con ganas de llorar

Eso no va a pasar. Evan, mírame —levanto el rostro hacia ella—, no te dejaré. Lo prometo

Termina dándome otro beso. Podría besarla y nunca soltarla. Ella era mi sol en mi oscuridad, una luz en mis tinieblas. Un ángel traído del cielo.

Mi Perdición [TERMINADA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora