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Alaska era hermoso, quería quedarme aquí por siempre.
Prendí la chimenea para después sentarme en el sofá y continuar leyendo en espera de Jasper quien había decidido ir a cazar.
Nos estábamos quedando en una casa de Carlisle, era de costumbre tener casas en medio del bosque.
Realmente era divertido estar en Alaska, rara vez había sol y podíamos salir casi siempre para ser nosotros mismo. Claro que Jasper conocía el lugar a la perfección mientras que yo me emocionaba por cualquier cosa.
Bella llamaba a veces para contarme sus aventuras de luna de miel, a veces era triste escuchar como me contaba que Edward la rechazaba pero fuera de eso la pasaba bien.
—¡Volví!
—¡Al fin! Ya casi terminaba el libro—dramatice observando al rubio quitarse su abrigo.
—No tarde tanto—defendió sentándose a mi lado para después dejar un beso en mis labios.
—Jas, extraño tus rizos—susurre acomodando su ya no largo cabello.
—Volverá a crecer—afirmó antes de volver a juntar nuestros labios, sin darme cuenta ya me encontraba a horcajadas de este. Me aleje repentinamente al sentir una fuerte presión en mi pecho—¿Estas bien?
—Algo pasa con Bella—avise comenzando a correr por toda la casa en busca de mi celular—¿Bella esta todo bien?
—Justamente iba a llamarte, estoy a punto de volver a Forks.
—¿Que? ¿Paso algo malo? Creí que...
—Estoy embarazada—el celular se resbaló de mis manos y antes de que impactara en el piso Jasper logró rescatarlo.
—Parece que los vampiros pueden quedarse en shock. Iremos a Forks lo antes posible.
—Debemos volver ya—susurre aún sorprendida mirando al rubio.
—Haré las maletas, estaremos ahí pronto—aviso antes de irse corriendo a la habitación, sin dudarlo llame a Alice la cual me confesó que ya no veía el futuro de Bella.
Afectada por ambas noticias me adentre a la habitación observando a Jasper hacer las maletas.
—Tengo miedo, ¿Que pasa si Bella no sobrevive? Alice me dijo que tal vez no...
