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—¿Por qué estamos aquí?
—Quería pasar más tiempo contigo, me caso mañana, Bella.
Mi hermana sonrió antes de atraparme en sus brazos, aún recostada nos quedamos platicando mientras sentíamos el sol sobre nosotras haciéndonos brillar.
Aunque no nos importaba, nos hacía sentir más vivas.
Una risa salió de mi boca al escuchar las historias que me contaba mi melliza a la vez que peinaba mi cabello.
—Nunca te di las gracias, Bell—murmure mirándola—Por ser la mejor melliza todos estos años.
—Yo soy la que debería agradecerte, me cuidaste, me apoyaste en mis locuras y a pesar de que a veces no fui tan buena hermana... Seguías ahí—respondió terminando de trenzar mi cabello.
—¿Recuerdas cuando conocimos a los Cullen?
—¿Te das cuenta que escucharon todo lo que dijo Jessica? Que vergüenza.
—Jamás olvidemos el incidente de la camioneta—recordé causando que esta soltara una gran carcajada—"¡Edward detuvo la camioneta con su mano, no estoy loca!"
—¡Yo no hablo así!—grito para ambas reír fuertemente, había extrañado estar así con mi hermana.
Decidimos volver a la residencia Cullen antes de que los chicos se fueran a su improvisada despedida de soltero. Al llegar agradecí que todos estuvieran en la sala platicando.
—Aún no se van, genial—dije dejándome caer en las piernas de mi prometido—Quería hablar con ustedes.
—Que sea rápido, los chicos no tardan en llegar.
—¿Los chicos?—antes de que alguien respondiera el olor a lobo se hizo presente.
Mire confundida a Jasper cuando los chicos de la manada se adentraron a la casa.
—Malditos traidores, creí que ustedes iban a organizar mi despedida de soltera—señale viendo a Sam el cual comenzó a reír.
—En nuestra defensa... Tu novio nos ofreció unos tragos y aceptamos.
—¡Y llevan a Seth! ¿De quién fue idea? —grite, nadie dudo en señalar a Emmett quién comenzó a reír nerviosamente.
—Yo cuidare a Seth—tranquilizó el rubio acomodando un mechón de cabello que caía de la trenza que me había hecho mi hermana.
—Antes de que se vayan, me di cuenta que nunca les agradecí todo lo que hicieron por mi—susurre alejándome delicadamente de Jasper.
—No es necesario, mi niña.
—Si lo es, Esme. No quiero esperar a que otra guardia loca intente matarnos nuevamente. Carlisle, Esme, definitivamente son mis otros padres, me ayudaron demasiado como humana y también ahora—hable observando a la pareja frente de mi.
