Claro De Luna

Capitulo XI

Hinata camino hasta quedar al frente de Itachi, sus miradas chocaron y se quedaron en la misma posición varios segundos, ninguno de los dos decía nada, lo único que hacían ambos era detallar los ojos del otro. Itachi se concentraba en los perlados de la chica mientras que ella miraba el color negro de él, tratando de conseguir palabras por medio de ellos, como si sus ojos pudieran explicar todo mejor que sus bocas.

-Ita...Ita...Itachi-kun- hablo primero Hinata, rompiendo el silencio entre ellos. Al escuchar el aludido su nombre dentro de ese pequeño tartamudeo que tanto la caracterizaba, diciendo aquel sufijo que hace mucho tiempo no escuchaba, lo hizo tensarse de tal manera que sintio los músculos de su cuerpo contraerse bruscamente, sintiendo algo de dolor por la presión que el mismo producía en su cuerpo.

-Sabias que venía, no es así, Hinata?- le dijo con total seriedad, manteniendo su mismo porte tranquilo de siempre, aunque por dentro estuviera todo lo contrario a esa palabra. "Tranquilidad" se repetía una y otra vez en su cabeza, pero desde cuando él se dejaba dominar por las emociones? Eso se preguntaba mientras la miraba de arriba hacia abajo, detallando cada parte de ella, buscando algo diferente en la Hyuga, pero no encontró nada distinto, estaba igual que la ultimas vez que la vio. "Pero como era posible?" Se preguntaba, ya que habían pasado varios años de su último encuentro, y parecía como que si el tiempo se hubiera detenido para ella, mostrando una apariencia de 19 años de edad cuando en realidad debería de tener más, muchos años más.

-Por qué piensas eso Itachi-kun?- le respondió con otra pregunta, poniendo en sus labios una pequeña sonrisa mientras que al mismo tiempo cerraba sus ojos.

Itachi se quedo mirando por unos segundos su sonrisa, tenia tiempo que no la vía sonreír. La ultima vez que hablaron el rostro de la Hyuga estaba hinchado y rojo de tanto llorar, pero ahora le estaba sonriendo y se veía feliz. "Acaso estaba feliz por haberlo visto", se preguntaba mientras lentamente abrió su boca para responderle -Hanabi te dijo que iba a venir, estoy seguro de eso- pauso un momento para continuar hablando -Y Hinata, no me llames así, mi nombre es Itachi... nada mas Itachi, estamos claro?- advirtió con la mirada, levantando una de sus cejas.

La sonrisa de la Hyuga desapareció rápidamente en el momento que escucho estas palabras. Respiro hondo -Como tu digas Itachi-k... Itachi- le dijo poniendo toda su atención en el mayor de los Uchiha -Como sabes que Hanabi me dijo que venias? Acaso lees mentes? Pensé que ese poder le correspondía a tu hermano menor- finalizó con un tono burlesco en su voz.

-Te conoz..

-Pero miren a quién tenemos aquí, no es la princesita Hyuga?- interrumpió Sasuke al Uchiha mayor, ganándose la mirada de ambos -Pensé que cuando te fuera a ver me iba a conseguir con una mujer de 69 años de edad, pero no has cambiado nada, te ves igual de hermosa que cuando salías con mi hermano...... Mmm que interesante no?- terminó por decir, haciendo a la chica fruncir el ceño notablemente.

-Sasuke que lastima que no pueda decir que es un placer volverte a ver, pero me alegra saber que estas bien.

-Hmmp y por qué no lo estaría.. Prin-ce-sa- le dijo arrastrado la última palabra.

-Pienso que deben de estar pasando por algo muy grave, para que tu hermano haya tomado la decisión de venir a verme.

-En eso tienes razón Hinata- hablo Itachi logrando volverse el centro de atención -Pero después hablaremos de eso, por ahora tengo que llevarme a Sasuke al hotel.

-No te preocupes por mí hermano, se cuidarme solo, además yo me voy a ir al hotel con aquella linda rubia- le hablo mientras que apunta con su dedo la barra del bar, mostrando a una bella mujer de piel blanca, muy alta y con una figura voluptuosa, con unos hermosos ojos celestes y pelo rubio, cortado de tal forma que enmarcaba su rostro a la perfección -Porque mejor no acompañas a la princesa a su casa? No querrás que ande por ahí sola a estas horas... No queremos que le pase algo a su majestad, cierto hermano?- concluyó mirándolo entretenido, como si de un juego se tratase.