Capitulo XVII

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Las chicas al salir del salón, se despidieron y tomaron diferentes caminos, Karui tenia clase de español, y tenten iba a la cafetería a verse con su hermana Mitsuri. Neji no hablaba mucho, pero parecía estar interesado en conocerme a pesar de tratar de demostrar lo contrario. Resultó ser la persona más agradable que había conocido este día.

Pero cuando íbamos a entrar al gimnasio me preguntó:

-Oye, ¿le clavaste un lápiz a Sasuke Uchiha, o qué? Jamás lo había visto comportarse de ese modo.

Me sobresalte al instante, osea que si se llamaba Sasuke. Oh Dios Tierra, trágame, pensé. Al menos no era la única persona que lo había notado y, al parecer, aquél no era el comportamiento habitual de Sasuke Uchiha. Decidí hacerme la tonta.

-¿Te refieres al chico que se sentaba a mi lado en Biología?- pregunté sin malicia

-Sí- respondió -Tenía cara de dolor o algo parecido.

-No lo sé -le respondí -No he hablado con él. ¿Lo conoces desde hace tiempo?

-Es un pariente lejano.... Vine hace poco con mis primas a Forks y estamos por el momento viviendo con su familia. Es un tipo raro -Neji se demoró a mi lado en lugar de dirigirse al vestuario -Si hubiera tenido la suerte de sentarme a tu lado, yo sí hubiera hablado contigo.

Le sonreí antes de cruzar la puerta del vestuario de las chicas. Era amable y estaba claramente interesado, pero eso no bastó para disminuir mi enfado. Neji había dicho que "vivía con su familia" eso quería decir que lo conocía íntimamente. Al menos ya encontré a la persona que puede aclarar mis dudas.

El entrenador Maito Gai, el profesor de Educación física, me consiguió un uniforme, pero no me obligó a vestirlo para la clase de aquel día. En Paris, sólo teníamos que asistir dos años a Educación física. Aquí era una asignatura obligatoria los cuatro años. Forks era mi infierno personal en la tierra en el más literal de los sentidos. Contemplé los cuatro partidillos de voleibol que se jugaban de forma simultánea. Me dieron náuseas al verlos y recordar los muchos golpes que había dado, y recibido, cuando jugaba al voleibol.

Al fin sonó la campana que indicaba el final de las clases. Me dirigí lentamente a la oficina para entregar el comprobante con las firmas. El viento era más frío y soplaba con fuerza. Me envolví con mis propios brazos para protegerme. Estuve a punto de dar media vuelta e irme cuando entré en la cálida oficina. Sasuke Uchiha se encontraba de pie, enfrente del escritorio. Lo reconocí de nuevo por el desgreñado pelo negro azabache. Al parecer, no me había oído entrar.

Me apoyé contra la pared del fondo, a la espera de que la subdirectora pudiera atenderme. Estaba discutiendo con ella con voz profunda y agradable. Intentaba cambiar la clase de Biología a otra hora, a cualquier otra. No me podía creer que eso fuera por mi culpa. Debía de ser otra cosa, algo que había sucedido antes de que yo entrara en el laboratorio de Biología. La causa de su aspecto contrariado debía de ser otro lío totalmente diferente. Era imposible que aquel desconocido sintiera una aversión tan intensa y repentina hacia mí.

La puerta se abrió de nuevo y una súbita corriente de viento helado hizo susurrar los papeles que había sobre la mesa y me alborotó los cabellos sobre la cara. La recién llegada se limitó a andar hasta el escritorio, depositó una nota sobre el cesto de papeles y salió, pero Sasuke Uchiha se irguió y se giró "su agraciado rostro parecía ridículo" para traspasarme con sus penetrantes ojos llenos de odio. Durante un instante sentí un estremecimiento de verdadero pánico, hasta se me erizó el vello de los brazos. La mirada no duró más de un segundo, pero me heló la sangre en las venas más que el gélido viento. Se giró hacia la subdirectora y rápidamente dijo con voz aterciopelada:

Claro De LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora