AMELIE
Nicholas salió por la puerta del despacho y yo me quede petrificada en el mismo lugar donde me había dejado.
Durante la semana algunas veces me permití pensar en Nicholas, la habíamos pasado muy bien y nuestra conversación antes de irse había dejado que desear.¿Era el heredero de Anderson Empires? ¿Era piloto de FORMULA 1?
Cuando lo vi parado no había podido evitar mirar su porte, estaba vestido con un traje azul oscuro que entallaba su cuerpo. Los pantalones le quedaban por los tobillos, dejando un espacio libre entre ellos y sus mocasines marrones. Estaba para comercelo. Nuestra discusión me había prendido, la forma en la que me hablaba, como soltaba esos comentarios sin pudor. No pude evitar cerrar mis piernas y apretarlas para cesar el calor que había comenzado a sentir, pero no podia mezclar negocios con placer. Su propuesta me llamo la atención, pero no podia caer en sus redes, necesitaba mantener mi vida sobre ruedas, y Nicholas parecía sinónimo de descarrilar.
Es lunes. Durante el fin de semana ayudé a Melany con el dormitorio de Isabella y no pude adelantar trabajo por lo que me encuentro muy atareada. En la hora del almuerzo arregle ir a almorzar con mi mejor amigo, Nathan. Nos conocimos en un viaje donde había venido a visitar a mi hermana por un mes, me lo encontré en un bar y pasamos horas hablando. Cuando me adentre al elevador para ir a mi encuentro, en una parada volvió a entrar el hombre de la otra vez.
-Buen día Amelie- dijo con una sonrisa
-Buen día-conteste educadamente. Ojalá se mantuviera callado
-No pude verte en la gala mas que en el discurso, estuvo muy bien por cierto
Mi nuca se erizo y tuve que cerrar los ojos para calmarme
-Si, estuve ocupada- dije mientras miraba como los números descendían
El hombre iba a volver a hablar pero las puertas del elevador volvieron a abrirse en el piso 0. Me apresure a salir y a encontrar a mi mejor amigo
-Hola zorra-me dijo con una gran sonrisa y abriendo sus brazos para abrazarme.
Me metí entre sus brazos y sentí su cariño aunque sentí una mirada en mi espalda no le di importancia, hace una semana no venia a mi amigo. Su trabajo lo mantenía ocupado
-Hola zorro ¿vamos?
Nathan se agarro de mi brazo y salimos del edificio para ir a un restaurante. Cuando llegamos, nos sentamos y comenzamos a leer la carta.
-Bueno ¿que me cuentas? -dijo levantando la vista hacia mi
-No mucho, el fin de semana pasado volví a tener un episodio pero mi familia estaba ahi por suerte-dije sin mucha importancia
Nathan sabia todo mi pasado, una vez presencio un episodio mio y luego de estabilizarme tuve el valor para contarle todo. Confiaba mucho en el, me recuerda a Leah-Que malo amiga-cogió mi mano-un tropezón no es caída. Pero no importa, cambio rotundo de tema
El sabia que no me gustaba meterle hierro al asunto, no me presionaba y eso era lo que mas valioso en nuestra amistad
-El otro día me acosté con un buenorro en un bar-guiño su ojo-la pase muy bien.
Nathan era gay y muy activo. El participaba del grupo de personas que les gustaba ejercer la linea fina entre placer y dolor, el BDSM. Era muy abierto en cuanto al sexo y en contarlo, yo no me animaba a probar eso y vivía la experiencia a través de lo que el me contaba. Un día me mostró su cuarto de juegos, se había inspirado en la decoración en el cuarto de Christian Grey, le había dicho que estaba muy guay y me había dicho que si quisiera usarlo solo debía avisarle y el me daría la llave.
Una relación muy normal entre nosotros por si quedaban dudas.
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SERENDIPIA [completa]
Teen FictionSerendipia 1.f. Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual. Amelie sufrió durante su adolescencia y Nicholas durante su niñez, ninguno esta dispuesto a ceder en el amor pero si a jugar. Sus corazones tienen candados ¿Podrán super...