CAPITULO 38

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AMELIE

Luego de una semana interminable por fin podia poner un punto final a mi pasado, Marcus obtuvo una sentencia de cadena perpetua y a Charles le otorgaron cinco años de prisión. Cuando la editorial tomó noción me enviaron cartas y su apoyo para poder pasar la situación de la mejor manera.

Hoy nos iríamos a la casa de mis padres para festejar la noche vieja y nos quedaríamos a dormir para mañana festejar la navidad, y el miercoles por la noche iríamos a la presentación de la galeria de Nathan. Mi cumpleaños era el sábado siguiente por lo que mis padres ofrecieron su casa para la celebración, seria chica rodeada de mi familia; y en año nuevo la empresa de Nicholas daría una celebración, por lo que la pasaríamos los tres solos, Nicholas decidió que ya era hora de presentar a Anastasia y aclarar las confusiones que surgieron respecto a nosotros.

-¡Ey! Pequeña-dijo Nick regresándome a la conversación, parpadee para situarme en mi despacho y recordar que tenia a Nicholas en el teléfono.

-¿Que decías?-pregunte

-Te preguntaba si quieres mantener a Dan o no-me explico con paciencia.

-Nono, ya no lo necesito. Mantendré su contacto por si necesito algo, pero no necesitare mas que me siga a todos lados-le conteste mientras volvía a enfocarme en la hojas que tenia delante

-Ok ¿te paso a buscar cuando termines?-preguntó

-No, tranquilo. Traje el coche, me iré temprano para comenzar a recoger cosas de mudanza y veré si me pongo a buscar apartamentos

-Ok, te paso a buscar a la noche para ir a lo de tus padres

-Esta bien ¿Hablaste con Ana ya?-pregunte tanteando el terreno

-Si es sobre lo de fin de año, si. Si es sobre lo otro, no, no quiero verla ni en figurita-dijo un poco cabreado

-Ok, luego lo charlamos mejor-dije con sutileza

-No Amelie, no esta a discusión. La quiero lejos de mi vida y la de mi hermana-dijo enojado

-Cuando te calmes charlamos, Adios campeón-finalice cortando la comunicación.

Con los meses aprendí que hay ciertos temas, como el de sus padres, con los que Nicholas se cabrea muy fácilmente. Siempre que discutíamos lo hacíamos de forma pacifica, con hechos, pero otras veces nuestros temperamentos explotaban y aprendimos que era mejor cortar la discusión y enfriar en ambiente que continuar a un pozo sin fondo; aprendimos la lección de no seguir cuando nos dijimos cosas hirientes en uno al otro.

Trabaje hasta que el reloj marco las tres y media de la tarde y salí de mi despacho con la intención de irme a mi apartamento para terminar mi trabajo y comenzar a guardar cosas en cajas.

-Hannah, me voy. Anota las llamadas y si es urgente envíame un texto, terminare las cosas en mi casa-dije cuando cerre la puerta

-Ok, nos vemos el lunes entonces. Felices fiestas

-Felices fiestas-finalice yendo al elevador.

Subí al elevador vacío y baje hasta el subsuelo, me monte en mi coche y me fui a mi casa sin escala. Nada mas al llegar, me cambie con ropa mas cómoda y comencé a empacar cosas; lo usual seria buscar un apartamento, pero no tenia ganas de ponerme con eso en ese preciso instante. Comencé por guardar todo lo que había en la habitación de invitados, me llevo mas tiempo del planeado, y cuando termine con esa habitación me fui a trabajar a mi despacho.

La editorial estaba yendo muy bien, teníamos bastantes pedidos para despachar a distintas partes del mundo. También comencé a tomar pequeños negocios de White-Massachusett Empires y mi padre se puso tan feliz que me despejo en su misma planta, un despacho. Anote en mi lista de pendientes pasarme por allí y conocer al personal, y también ambientar el despacho para poder trabajar. Mi ordenador tenia muchas cosas, como mi mente, tenia el calendario abierto, las aplicaciones para gestionar pedidos, contratos, papeles de la empresa; significaba un montón de trabajo. Hice una llamada con mi psicóloga para explicarle mi ausencia los últimos meses y le agradecí su labor pero que no continuaría mas y ella lejos de enojarse, me felicito por tanto progreso. Todo lo que viví me sirvió para darme cuenta que cuando abres un poco tu corazón y dejas a las personas entrar, no te ahogas en tu propio vaso de agua, solo tarde veinticuatro años en darme cuenta.

SERENDIPIA [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora