CAPITULO 23

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NICHOLAS

El domingo llego como un cohete andante, toda la semana la había pasado con mi hermana. Hicimos muchas cosas juntos y disfrutamos de la simpleza de la vida, no pensé en Amelie desde que el lunes su amiga Leah se presento en mi oficina. Había ido a dejar unos papeles para que los utilizaran en mi ausencia y cuando llegue a dejárselos a mi secretaria, me había dicho que alguien muy insistente esperaba verme.

-¿Leah?-pregunte cuando llegue a la sala de espera y vi a Leah sentada repiqueteando sus pies. Ella elevo la mirada hacia mí y me sonrió sin que le llegase a los ojos.

-Perdona que haya venido hasta aquí ¿tienes cinco minutos?-pregunto mientras se paraba y se acercaba a mí.

-Si, pasa a mi despacho-le indique que me siguiera luego de parpadear unas cuantas veces ¿que necesitaba Leah de mi?

Le abrí la puerta de mi despacho luego de decirle a mi secretaria que solo estaba por esto y que luego me iría, que no recibiría a nadie mas. Me sentí en mi silla y Leah se quedo parada en el medio del despacho.

-Linda oficina...-giro su cabeza y observo el cuadro de mi hermana- Que bonita es tu hermana y que Linda fotografía ¿puedo preguntar por qué la de al lado esta vacía?

-Gracias ¿cómo supiste que era mi hermana? no me molesta, esta vacía porque todavía no tengo que o quien lo ocupe, ya llegara sola-dije señalándole la silla para que se sentase

-Que bonito. Amelie me la describíos una ves y solo tuve que ver la foto para deducir los rasgos-sonrío tímidamente

-¿Qué paso? ¿Necesitas ayuda con algo?-pregunte tranquilo mientras apoyaba mis codos en el escritorio. Leah pareció titubear pero luego se relajo

-Te quería dar las gracias-me dijo con una sonrisa sincera

-¿Las gracias? ¿qué hice para merecer eso?-pregunte sin entender su punto

-Desde que apareciste en la vida dé Li, ella dio un paso enorme. Antes no podía siquiera nombrarla sin tener un ataque, y el domingo tuvo el valor para contarle a su familia toda la historia. Incluso admitió que tu tuviste que ver con el cambio y que le enseñaste que podía recordar a Angeles sin que sea trágico-se paro y camino hasta el ventanal- pudo decirle la verdad a sus padres e incluso permitirse imaginarla a esta edad

Me miro mientras se abrazaba a si misma y me sonrió con tristeza, yo me pare me deje caer sobre la pared de enfrente a ella.

-Li es una mujer muy valiente, no necesitaba de mi para darse cuenta-dije guardando mis manos en los bolsillos delanteros

-Es valiente, no todo el mundo puede superar una tragedia como la que ella vivió. Por muchos meses tuve que guardar el secreto de su embarazo y hasta ayer tuve que guardar el de su violacion. Tu solo le marcaste la dirección

-Es lo menos que podía hacer por una mujer como ella, merecía poder dejar que Angeles descansara en paz y que ella encontrase paz consigo misma. No creía haberla afectado de tal modo con todo lo que nos dijimos el sábado

-A veces necesitamos un balde de agua fría para poder darnos cuenta de lo que en realidad debemos hacer.

-Eres una gran amiga Leah-dije sincero. Ella me miro, negó con su cabeza y volvió a mirar por el ventanal

-Una gran amiga no se va del país luego de que hayas vivido algo así. Pero tuve que hacerlo ¿sabes? haber escuchado que mi amiga fue violada y luego que su hija haya muerto fue fuerte, desde el momento que tuvo que entregar a Angeles de sus brazos para que la metiesen en el ataúd ella dejo de ser Leah. Intente todo, la lleve a bares, la lleve a que gritase, incluso a un lugar para romper cosas, pero solo quería quedarse mirando la única foto que tiene con su hija.

SERENDIPIA [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora