Summary: Había pasado medio año desde que Stolas, príncipe del infierno y comandante de 26 legiones de demonios, se divorciara de su esposa. El castillo gigante en el que vivía se había sentido completamente solo y vacío en los últimos meses.
Entonces, cuando Vox se le acercó con la idea de un programa de citas, el Príncipe accedió con entusiasmo a la oportunidad
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Capítulo 18 : preparativos
—¿Sabes qué es lo bueno?— Ángel preguntó a su contraparte.
Sir Pentious enarcó una ceja en cuestión. —¿Qué es?— preguntó.
—No puedes pisarme accidentalmente los pies— se rió la araña. Actualmente estaban en el salón de baile, tomando lecciones de baile. Los candidatos de licenciatura se habían emparejado entre sí.
Al otro lado de la habitación, Blitz estaba bailando con Damien y maldiciendo por la diferencia de altura. Era casi imposible hacer girar al otro demonio, y mucho menos llegar a sus hombros.
—¡Oye, lo estás haciendo muy sexy!—, Lo animó el íncubo. —¡No hay necesidad de poner esa cara fruncida!
—Me gustaría verte intentar levantar a alguien del doble de tu tamaño— espetó el diablillo, claramente al final de su paciencia. Como si alguien fuera a bailar con él en ese estúpido baile. Esto fue una completa pérdida de tiempo.
—Tal vez podríamos intercambiar, ¿me dejas tomar la iniciativa?— sugirió el alto hijo de puta de color bronce.
—No.— Blitzo dijo malhumorado. Últimamente había estado de muy mal humor, aunque no estaba seguro de por qué. Todo iba muy bien, ¿no?
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Tuvieron un breve descanso, después del cual continuarían con más lecciones de baile. Ugh genial.
Estaba sentado en el suelo masticando unos sándwiches con Angel Dust y, para su consternación, Sir Pantyhose.
—Parecías que estabas luchando un poco diablillo.— Dijo la serpiente, reuniendo al pequeño demonio con todos sus ojos. Era molesto que el imbécil victoriano pensara que solo porque ahora era amigo de Angel, podría actuar como un amigo de Blitzo también. El diablillo no había olvidado la forma en que había actuado la serpiente al comienzo de este esfuerzo.
—No es asunto tuyo, fideos cojos— ladró, junto con unos pedazos de pan rallado que salieron volando de su boca. Satanás, por favor, deja que ese idiota se calle.
—Sí, cariño, te veías bastante triste ahí fuera–, coincidió Angel, mordiendo su sándwich. —¿Quizás podrías bailar con el pequeño huevo de allí?— sugirió, masticando.
—¡Buena idea!— Pentious intervino. —Está más cerca de tu tamaño que cualquiera de nosotros.
Al lado derecho de la serpiente, huevo boi nr. Los ojos de 13 se abrieron como platos. —¡Oh! ¡Siempre quise aprender a bailar, jefe!— la pequeña mierda se animó con entusiasmo, aplaudiendo con sus pequeñas manos.
—Oh, vete a la mierda— dijo el diablillo y se puso de pie para ir a sentarse en otro lugar. En el camino, agarró una escoba del suelo.
—Iré a bailar con este tonto palo, es menos molesto que cualquiera de ustedes— anunció, alejándose.
—Eh, no le hagas caso, Penty, ha estado de mal humor recientemente.— Dijo Ángel, tragándose lo último de su almuerzo. Luego le sonrió al señor del borde. —¡Sigamos practicando ya 'fideos flacidos'!— se rió y agarró la mano de la serpiente, llevándolo de regreso a la pista de baile.
