Afortunadamente para él la puerta conduce a un dormitorio justo como pensó.
Tadashi se sentiría aliviado sí tuviera él tiempo de procesar el tamaño de la enorme cama.
"¿Cuantas personas se quedarán aquí?" pregunta y luego se arrepiente, quiso haberse mordido el labio por lo estúpido que sonó preguntando.
// estúpido, estúpido, estúpido // se repite.
La risa del rubio sella su destino.
"Me temo que solo yo". Tsukishima está jodidamente cerca que puede sentirlo contra su espalda, Tadashi no se atreve a respirar.
"Por ahora", agrega por alguna razón, y hace que todo sea mucho peor por que las vibraciones de sus palabras envían escalofríos a su columna vertebral que amenaza con sacudir su cuerpo y los restos de dignidad restante.
" Yo-... " comienza, pero se detiene.
"Mis disculpas"
Sus ojos regresan a sus zapatos, de regreso a su lugar seguro.
Recuerda el Protocolo, // maldita sea quédate mientras puedas //
"¿Necesita más ayuda señor?" pregunta, en parte, por que tiene que hacerlo y sobre todo por que realmente quiere salir de allí.
"No, por el momento no" responde el rubio.
Es una respuesta que le permite irse, pero en cierto modo hay una insinuación balanceandose en la declaración que hace que a Tadashi le den escalofríos con una extraña emoción y miedo.
Asiente y se gira sobre sus talones, pero nunca mira a Tsukishima. "Sí hay algo que necesite llame a recepción" finaliza.
Tsukishima lo mira desde arriba, no puede ver su mirada pero puede sentirla de todos modos .
"Lo sé" dice simplemente, probablemente lo sepa por que lo ha hecho un millón de veces.
Tadashi asiente de nuevo. // corre, corre, corre // le grita su mente y da un paso hacia la puerta cuando una mano lo detiene por el hombro y eso lo congela.
"Aquí, toma" dice
Está confundido, está confundido por que Tsukishima está jodidamente cerca y su mano es jodidamente grande y su perfume huele jodidamente bien y ,Oh Dios, lo está mirando.
Una mano se acerca a su pecho y lo saca de sus pensamientos. Sólo entonces se da cuenta que Tsukishima acababa de deslizar algo en su bolsillo delantero, distrayendolo de su pequeño pánico gay, y apenas logra balbucear un "gracias", antes de salir por la puerta como un animal asustado.
