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Corrí, literal para ir a su oficina que estaba un poquito más lejos que el escritorio de Mary, toqué la puerta, y apenas escuché el pase, entré.

- ¡Papitooooo! 

- ¿Qué pasa ahora Tn? - Espera, ¿está bien? Porque no se ustedes , pero a mi siempre me ignoran, cuando más los molesto.

- Oh si, todo está de maravilla, ahora necesito hablar de un tema sumamente importante contigo, y con mamá - Tengo miedo...

- ¿Bueno? Ahora la llamo, pero enserio, ¿Es algo sumamente importante? Porque como podrás ver, tengo mucho trabajo que hacer aún.

- No, tranquilo papá, es algo común, mmm... ¿Normal? Pero bueno llámala rápido, tengo también algo que hacer.

- Claro, ahora mismo, abre la puerta por favor, y dile a Mary que pase.

- Bueno, espera aquí.

Salí un momento a tomar algo de aire, se que lo que diría, no sería algo fácil de hacer, pero el punto es que fui al patio del Castillo. Ahí vi a Teresa, quién estaba regando algunas flores, no es su trabajo, pero ella siempre insiste en que le gusta. Al final los jardineros no hacen nada.

- Señorita Tn.

- Teresa, pero que gusto tenerla aquí.

- Lo mismo digo, Señorita Tn, ¿Cómo fue todo allí dentro? - Como te parece casarte con un psicópata Teresa.

- Todo normal, no hay nada fuera de lo común - Dije nerviosa.

- Todo el Castillo sabe lo que paso Señorita Tn, no son muy discretos en ese tema, si así se puede decir.

- Se a lo que te refieres, y sinceramente, pienso exactamente lo mismo. No hay que ser muy listo como para darse cuenta de eso.

- ¿Usted se quiere casar de verdad, o solo lo hace por la tensión de sus padres, y de todo el Reino en sí?

- No me quiero casar, soy muy joven para eso, pero no puedo decírselo a alguien, es difícil encontrar a alguien con quién compartir secretos, por suerte te tengo a ti.

- Usted es como mi hija, y si no lo quiere, yo creo que al pueblo, no tiene porque importarle, ¿o no es así?

- Claramente creo que es así.

- ¿Entonces? - Se a lo que se refería con eso.

- Encontré a alguien más.

- ¿Para casarse? - Obviamente Teresa, esas cosas que preguntas.

- Si Teresa, pero hay un pequeño problemita con eso.

- Todo lo que usted considera pequeño, siempre termina siendo totalmente grande, así que, no pierdo nada preguntando, ¿cuál?

- Es el hermano de James, me parece un poco más agradable, que él, solo que si algún día se cambia de príncipe, James se volvería loco, y con eso me refiero, a más de lo que ya está.

- ¿Usted se refiere al Joven Ryan, no?

- ¿Lo conoces?

- Es demasiado conocido, solo que no por cosas buenas, no creo que le convenga Señorita Tn.

- Pero si él, fue muy amable conmigo. Me salvó del idiota de James.

- Le daré un consejo, que le servirá para todo la vida - Sonrió.

- Te escucho.

- No todo es como parece, bien. Las personas pueden llegar a ser demasiado superficiales. Por afuera, pueden parecer lindos y caballerosos, pero por dentro... por dentro pueden llegar a ser una persona sin control.

- ¿Crees que Ryan, es ese tipo de persona?

- Solo digo, que antes de que tome una decisión precipitada, lo conozca, y piense un poco más las cosas.

- Pero, se supone que tengo que conocer a James, no a su hermano.

- James no avanzará, eso es claro, tiene dos opciones, escapar o Ryan, sinceramente, se que usted y yo, sabemos cual es la mejor.

- Gracias Teresa - La abracé.

- De nada Señorita, ahora debo irme, a mi lugar de trabajo, me faltan muchos años más aquí, para aconsejarla, facilíteme el trabajo.

- Gracias de nuevo Teresa - Reí nerviosa.

- Que tenga buen día - Dijo mientras pasaba por la puerta del jardín, hacía la cocina.

- Igualmente - Dije viéndola irse, por mi hombro.

Cuando ya se fue, fui a uno de los tantos columpios, que habían fuera del castillo. Recuerdo bien, como de niña, siempre salía a jugar, en ese tiempo, solía tener un amigo imaginario, pero con el tiempo se fue. Es difícil ser hija única en un lugar tan grande, como es el Castillo.

El atardecer se veía maravilloso, con sus colores, que pueden llegar a alegrar un mal día, con tan solo verlo. Eso es lo que hacía conmigo. Una fría, pero rápida brisa, se sintío, mientras me despeinaba, empezaba a hacer frío.

Me sentía observada, eso era algo muy incómodo, revisé por cada centímetro, pero no había nadie, hasta que en la silla, que estaba junto a mi, se sintío una presencia.

Era Ryan.

- ¿Me acosas ahora, o solo es un pasatiempo? - No me atrevía a observarlo aún, por eso, el atardecer, era una excelente excusa, para no hacerlo.

- Puedo decir, que llego a ser demasiado silencioso algunas veces, tal vez ser más observadora te ayudaría con eso.

- Supongo, aunque no me falta vista, si crees que soy ciega - Reí.

- No lo dije yo, es una conclusión, que sacaste por si sola - Ahora si lo ví, pero mi sorpesa fue más, al darme cuenta de que él, ya me estaba observando.

- ¿Que pretendes hacer ahora?

- ¿Que quieres que pretenda hacer ahora?

No dije nada más. Giré mi cabeza de nuevo, hacia el paisaje, sentí como el, hacia exactamente lo mismo.

- ¿Consideraste el cambio de Matrimonio? - Como le explico que lo intenté, pero no lo conozco realmente, así que me tomaría el tiempo de hacerlo.

- Lo hice, si, pero no creo que sea un tema, el cual se deba tomar a la ligera - Le respondí.

- No digo que sea así.

- Me parece bien, ahora si me disculpas debo irme - Me levanté de la silla, pero antes de poder siquiera pensar en dar otro paso más, me tomó de la mano, para que no me vaya.

- ¿Tan rápido? - Me preguntó con una sonrisa burlona.

- Si, perdón, pero debo hacerlo, mis padres me están esperando.

- Y yo, te esperaré aquí, cuando quieras.

Y así, sin más, tomé mi camino de nuevo al Castillo, todo me daba mala espina, sobretodo la Familia Gallagher y sus dos hijos.

...

Hasta Que La Vida Nos Separe... (Ryan Gallagher)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora