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Maratón 3/3

NARRA TN

Me desperté aturdida, ya no me dolía casi nada. Pues aún la cabeza me palpitaba un poco. Al extender mi vista, pude divisar a Teresa, con una toalla en la mano, mientras la mojaba. Al acabar la acción, se dirigió a mi, y me regalo una sonrisa tierna. Yo la vi, sin expresión alguna.

- Me alegra que ya hayas despertado cielo - Me dijo, mientras me ponía una toalla en la cabeza, y me acariciaba el pelo con la otra mano.

- ¿Qué me paso? - Dije algo confundida, pues después de la cachetada que le di a James, de la cuál, nunca me olvidaría, me olvidé de todo lo demás. Fue épico.

- Digamos que usted tenía un ataque de ira, la razones son desconocidas señorita, lo que si se, es que se levanto con un odio por los Gallagher, después fue con ellos y les pidió amablemente que se vayan, pero, no se fueron, siguen aquí. Su padre les dijo que no había necesidad de irse, hasta después de la boda.

- Ellos harán algo malo Teresa, lo sé, lo presiento, y tu sabes que nunca me equivoco cuando tengo un presentimiento - Le dije con lágrimas, cerca de salir.

- Lo sé, señorita. Esa familia nunca trae algo bueno. Hay muchas sospechas con ellos de anteriores Reinos. Nunca han sido buenos en ese aspecto, por más de que se muestran amables por fuera.

- ¿Tu sabes algo de ellos, que yo no sepa? - Le dije curiosa. Teresa lo captó y negó con la cabeza, ya sabía que iba a hacer.

- No le puedo decir nada señorita Tn, usted siempre comete locuras con cualquier información que se le de, y menos con una de estas. Se guió en instintos, como para darle una cachetada al señor James.

- Pero esta vez no lo haré Teresa, se que algo malo pasa aquí, y no voy a rendirme hasta averiguarlo. Tuve un sueño, ellos mataban a todo el pueblo. No se como demonios detenerlo, pero si no te tengo a ti, de mi lado, no podré hacer nada.

- Eso es terrible señorita Tn, ¿usted cree que serían capaces de hacer eso? - Dijo Teresa horrorizada.

- Por eso mismo te lo digo Teresa, debes decirme lo que sabes. Ellos harán algo, y estoy segura de que no es nada bueno para nosotros. Por ahora, debemos fingir no saber nada de esto. Se que son capaces de esconder cualquier información, ¿puedo confiar en ti? - Le dije, con un tono de ruego en mi voz.

- Lo haré.

- Estamos viviendo con el enemigo Teresa y enserio muchas gracias, ahora me voy a mi habitación - Me paré y fui hacia la puerta, Teresa se quedó viendo fijamente a la cama - Y por cierto - Me regreso a ver - Cuídate, por favor - Y salí de allí.

Ahora, era raro salir de nuevo. No tener esa confianza de que vas a estar bien, tranquila. No era lo mismo. Me sentía vigilada con cada paso que daba. Tal vez suene dramático, pero que sentirías, si de la nada, una familia de extraños, viene a tu hogar, para decirte que te vas a casar con uno de sus hijos, y además de eso, pasen cosas extrañas con sus presencias.

También me he dado cuenta, que los padres de los hermanos, nunca dicen nada, son solo espectadores , solo siguen el paso de sus hijos. Siempre la misma acción, la misma expresión, ¿que tienen que ver ellos con esto?

No puedo preguntarselos, pues bien, puede ser un papel que están actuando aquí, y estén de acuerdo con sus hijos, los apoyen. Sería raro acusarlos en frente de ellos, y peligroso claramente.

Todo pasaba en cámara lenta para mí. ¿Dónde estaba Ryan? ¿Dónde estaba James? ¿Dónde estaba Isabella? ¿Dónde estaban los padres de los hermanos? Se sentía como si estuviera en un atentado, donde un paso en falso, y explota la bomba.

Mis padres, también estaban desaparecidos, pero me sentía tranquila. No cualquiera le da la mano de su hija, a un extraño. O al menos eso esperaba. Seguro y pensaban que este era otro de mis juegos estúpidos, como lo llamaba mamá, mis berrinches. Si supiera que nunca había hablado más enserio.

Ahora, debía comportarme como normalmente lo haría, una persona con acciones repetitivas, con pensamientos estúpidos, una combinación para nada normal. Pero así de rara era mi normalidad.

Tenía hambre, siempre que me estreso, busco algo de comer. Y cuando lo encuentro, no paro hasta que sienta que mi barriga va a explotar.

Fui a la cocina, encontrandome con algunos trabajadores del castillo. Ellos vivían su vida normalmente, una rutina. No pensaban en que pasaría después, solo se sentían agradecidos de tener trabajo y comida para mantener a sus familias.

Pedí algo simple, pero enorme, para comer. Espere unos minutos, hasta que me lo dieron, un poderosísimo sandwich, lo mejor de este mundo. Salí feliz, porque ya tenía que comer, ya no sufriría más por eso. 

Subí las mil escaleras hasta llegar a las habitaciones del tercer piso, pase algunas, pues mi habitación estaba al final del pasillo, hasta que de pronto, de una salió alguien que no pude ver bien, así tirando mi comida al piso. Y esta vez, si me daban ganas de llorar. Es inevitable, no querer llorar, cuando arruinan tu comida. Hice un mini puchero, al alzar la cabeza, pude ver quien había tirado, lo más preciado de mi vida.

Era Ethan...

- ¿Qué te sucede? - Dije mientras veía mi sandwich en el suelo, tan bonito, tan delicioso, pero desperdiciado.

- Perdón, perdón Tn, perdóname, por favor, no me di cuenta de que estabas ahí, ¿quieres otro? Te puedo traer otro si quieres - Hizo una sonrisa apenada.

- Ya no quiero nada, gracias - Seguí hacía mi habitación, pero al acercarme, se pudieron oír sonidos extraños, provenientes de esta, mire de reojo a Ethan, indicándole que venga.

- ¿Que pas...? - Lo interrumpí tapándole la boca con la mano.

- Cállate y escucha - Dije en un susurro.

El se acercó lo más que pudo a la puerta, pude ver su expresión, mostrando la mayor confusión de su vida. Pues todos sabían que estaba prohibido entrar a mi habitación, sin mi permiso. Nos regresamos a ver.

Mierda.

...

Hasta Que La Vida Nos Separe... (Ryan Gallagher)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora