Se supone que hoy sería un día de romance, de citas y mucho amor. Un día soleado y seguramente con mucha comida y felicidad.
Lastimosamente, nada llegó a ser como lo esperado anteriormente. Hoy es todo lo opuesto y ni siquiera hay una sonrisa en el rostro de alguien.
Ayer en la madrugada, habían comunicado el fallecimiento de Teresa en todo el Reino. Yo lo supe de última, pero eso no evitó que llorara al instante, como nunca antes lo había hecho. Era mi madre, y pensé que eso duraría un poco más de tiempo. Pero, no fue así.
Últimamente, hay muchas lluvias en el pueblo, y más que todo ahora, que el pueblo sufre la caída de una gran persona, como lo era Teresa. Nunca rechistaba al hacerle caso a los Reyes que había tenido como jefes en estos últimos años.
Siempre me atendía, como si fuera su hija, aunque también tenía a Robert y a Ethan, que quedaron a cargo de Teresa, luego de que su hijo y su nuera, murieran en ese fatal accidente de carretera.
Ahora, a quien más los veo sufrir son a ellos, no lo hicieron por sus padres, pues apenas los habían conocido y habían tenido amor de sobra por parte de Teresa.
Todos vestían de negro, lo cual, también me parece ridículo. Entiendo que tengamos que respetar el luto, pero, a Teresa, seguro le habría gustado que todos estén felices, y recordándola de la mejor manera, siendo conscientes de que ella está en un lugar mejor, y verdaderamente que lo estaba.
Yo tenía más ganas de llorar, porque no lograba hacer lo que decía. Dolía tanto, que sentía que martillaban mi corazón y le causaban dolor con cada martillazo. Los demás solo estaban cabizbajos, pues era una gran persona, dudo mucho que alguien no la quisiera tanto como yo lo hice, y todos los demás.
Isabella estaba abrazando a Robert, el cual, estaba a nada de llorar, porque yo se que le dolía mucho más que a mí. Aunque James quisiera matarla solamente con la mirada, lo cual, no es tan bonito.
Ethan solo se limitaba a estar absolutamente serio, no mostraba ni un ápice de sentimientos, aunque por su cara, la cual, solo pone cuando está extremadamente triste y enojado a la vez, sabía que estaba decaído. A mí, no me engaña.
Y yo estaba con un vestido de lo más simple que alguna vez, pude ver. Me lo había regalado mi abuela, antes de que mi abuelo dejara a mi padre como Rey, pues en ese momento si podía vestir un poco más casual que aquí. Tenía un velo negro, algo transparente, que por más que quisiera, no evitaba que se vieran mis lagrimas cayendo por mis mejillas, y haciendo que mi cara parezca más roja de lo habitual.
Ryan me miraba triste, el sabía que yo tenía un apagamiento grande, con la que sería como mi madre, el sabía por lo que estaba pasando, y en su mirada, podía ver que le dolía mucho, verme así.
La Ceremonia había acabado hace minutos atrás, pero la Realeza seguía aquí, por respeto y cariño a Robert e Ethan, y sobre todo, a mí, que parecía que era la que más sufría por esto.
— Voy a tomar algo de aire. Permiso. — Dije con la voz temblorosa y entrecortada, odiaba que me vieran llorando, aunque en este caso era inevitable.
Tomé la punta de mi vestido con una mano, y caminé a lo que parecía un largo monte. No pude llegar muy lejos, porque sentí la mano de Ryan en la mía. La aparté rápidamente, y eso si que le dolió.
— ¿Estás bien, burbujita? — Me preguntó lo más preocupado que alguien había estado por mí, jamás.
— Estoy bien, Ryan. No tienes de que preocuparte, ahora, si me permites quiero estar sola. — Se lo pedí, claramente no estando bien.
— Se que te duele, sabes. Pero, no tienes porque estar sola en esto, yo te puedo ayudar si es lo que quieres y necesitas. Estoy aquí, para ti. — Me vio a los ojos, y otra vez las ganas de llorar se hicieron presentes.
— Ryan, estoy bien, vete. — Le dije a nada de llorar y gritar de la impotencia.
— No estás bien, déjame ayudarte, Tn. — Y... me rendí.
— No era su hora, ella no debía de morir. Ethan la necesita, Robert la necesita... Yo la necesito. — Le dije mientras le golpeaba el pecho, y aunque sabía que no era su hora, me ardía el pecho, me dolía la cabeza y solo quería desplomarme en mi cama, y dormir eternamente. — Yo la necesito... — Dije finalmente abrazándolo.
— Si, está bien, burbujita, seguro — Me dijo acariciando mi cabeza — ¿Quieres dar un paseo? Se ve que es un lugar muy bonito para observar. — Asentí, muchas veces, exageradamente, ya estaba esperando que dijera esto.
Me tomó de la mano, y vimos ese pequeño monte, con unos trigales y algunas flores que hacían el paisaje mucho más bonito. El cielo se aclaró de nuevo.
Pero, eso no quita que siga doliendo como el carajo. Su recuerdo me venía a cada momento, y por mucho que quisiera estar y disfrutar con Ryan, totalmente, cada cinco minutos, venía Teresa a mi cabeza.
Ryan transmitía paz, armonía, y eso es lo que yo sentía cuando estaba con él. Seguro que en el futuro, muchas chicas estarían tras él. Y no las culparía, para nada.
Me gustaría pasar así toda mi vida, acepto que es mucho mejor que estar postrada en una cama eternamente. Pero, estar así, también conlleva estar con James, y así... Y no gracias.
Estoy haciendo todo lo posible para que mis pensamientos de todo, no me perturben, aunque es algo inevitable. Y eso me molesta mucho, ni siquiera cuando estoy de luto, me dejan de molestar, ¡Pensamientos, jódanse!
— Ryan, creo que es hora de volver al Castillo, no queremos que se preocupen por nosotros. — Le dije, fingiendo estar un poco más feliz que antes. Debo de aceptar que eso de la actuación, no va muy bien conmigo.
— Bien, vámonos entonces, espero que haya servido de algo mi compañía. — Le di una sonrisa.
— Créeme que ha servido demasiado.
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Hasta Que La Vida Nos Separe... (Ryan Gallagher)
FanfictionTn White, la princesa y única hija del Rey de Camelot, tiene 15 años. Por obligación, toda hija del Rey debe casarse a esa edad para mantener la unión y mantenimiento entre Reinos. En este caso, el Reino de Asgard debe dar a su hijo mayor en matrim...