ABRAZO

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Estaba inmóvil frente al teléfono, casi me caía de la impresión. En este momento, al otro lado de la línea, en otro lugar, estaba él.

Seguí escuchando atenta el código morse, me lo sabía de memoria, y cada palabra que formaba me daba tanta alegría.

"Soy Ray, logré llegar con Norman, todos están bien, hay más chicos pero nada de que temer".

Pero espera... ¿Cómo saber si de verdad era él? Podía ser algún Ratri que tiene conectada la línea a ésta, y así nos rastrearán.

"¿Cómo sé que eres él?" dije en el mismo código que manejaba.

Sólo hubo un silencio largo...

No dijo nada más, ni yo, empezaba a creer que sí era una trampa de los Ratri. Sabía que no debía descolgar el teléfono. Podemos estar en peligro, y apenas hemos llegado, no puede ser.

Pero... Cambió.

Apenas iba a poner el teléfono en su lugar y romperlo, cuando de pronto escuché algo al otro lado.

No era más código morse, era diferente.

Realmente era alguien quien intentaba como pudiera convencerme de que era él.

Una melodía distorsionada debido a la distancia entre ambos teléfonos... Esa melodía...

Tarareaba a un volumen bajo, como si no quisiera que alguien más la escuchara. Pero por el sonido que había en su llamada, supuse que estaba solo en aquella habitación. No tenía a nadie susurrando o hablándole, y cantaba con total confianza.

Sí, era Ray.

Tapé mi boca de la emoción, realmente no pensaba que él llamaría.

Eso significa que... Oh por los cielos, ¡está con Norman! ¡Y están vivos! Me sentí en el cielo cuando logré entenderlo, mientras escuchaba al pelinegro tararear.

Luego de un rato de disfrutar la hermosa canción, se detuvo, pero no acabó de cantarla, sino que se quedó a mitad de la melodía.

"¿Yo cómo sabré que eres ella?".

Oh, él tampoco confía en que yo sea Emma, qué astuto. Me alegra saber eso, es mejor ser precavidos.

Entonces intenté recordar la vez que me la cantó, cómo el viento de aquella tarde nos abrazaba, mientras yo con mis heridas caminaba hacia la enfermería.

Continué a partir de donde se quedó él, me la había aprendido de memoria, el sonido era agradable. Así supongo que sí confiaría en mí.

A mi mente llegaron tantos recuerdos con él y Norman, unos bellos y otros no tanto.

De alguna forma me sentí como el día que dejé el orfanato, mamá tarareaba la misma canción; esa vez, su melodía parecía triste, pero me calmaba de cierta forma.

Ambos tenían el mismo sentimiento al cantarla. Y aunque no sé el motivo por el cual los conecta, o porqué la melodía es tan triste proviniendo de ellos, me agrada escucharlos.

"Ray, aún recuerdo todo."

"Creí que no".

Y en eso sentí como si soltara una risa, una diminuta, como cuando se burlaba de mis tonterías y me regañaba por algo.

"No mueras, tonta Emma".

"No lo haré, tonto Ray".

Fue entonces cuando la llamada terminó, y rápidamente puse el teléfono en su lugar. Tenía una débil sonrisa en mi rostro, escucharlo cantar nuevamente me dejó en shook. Tantos recuerdos de cuando eramos unos pequeños niños, de cuando vivíamos en una mentira.

Mamá debió sufrir al enviarlos, o eso supongo, dijo que nos amaba, pero no envías a alguien que amas a que lo maten enfrente tuya.

Caí de rodillas al suelo mientras intentaba procesar aquello. Me quedé pensando en tantas cosas, y al mismo tiempo en nada.

Me sentí tan débil, aunque estaba tan alegre. El mundo se vino abajo, pero yo tenía tantas esperanzas nuevas. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué de pronto me sentí así?

—¿Numi?

Voltee hacia atrás y vi a la pequeña de mechas azules cerca de mí. Se veía confundida, y me miraba seria.

Creo que ella notó mis lágrimas, porque con su mano limpió mi mejilla, sentí la cara roja, estaba llorando, y yo no me di cuenta.

—¿Numi?

—No es nada, sólo recordé unas cosas, todo bien, Charlotte.

Y antes de que pudiera decir alguna otra palabra, me rodeó con sus brazos, sus pequeñitos y lindos brazos.

No creo que sepa abrazar, ya que solo me rodeó y no hizo nada más, tenía mi cabeza atrapada. Aún así sentí que era tierno, ese momento fue algo lindo.

—Gracias, Charlotte.

—E...mma, te quelo —otra vez intentaba decirlo. Me sentí orgullosa, triste, y alegre al mismo tiempo.

Me quedé así por un largo rato, y ella también. No se movió ni un poco, estaba quieta, y su respiración era débil, eso me preocupaba.

Miré hacia arriba, y ella se veía bien, parpadeaba, respiraba, me volteó a ver y me palmeó la cabeza.

Solté una pequeña risita, su palmadita me recordaba a las que me daba Ray, aunque las de él eran más fuertes.

—Jefa, la comida ya está lista —Cislo apareció en la puerta, sorprendiendome al verlo vestido como un chef.

—¿Ya? —vaya, qué eficientes.

—Sí, quemamos un poco las cosas, pero son consumibles —sonrió burlonamente, no creo que haya sido capaz de quemar la cocina, ¿o sí?

—Bien, vamos Charlotte, debemos darnos un descanso —me levanté y tomé la mano de la niña, era cálida, por un momento me recordó a Phil.

Y así nos dirigimos hacia la cocina...

Creo que esa fue la última vez que tuve una comida tranquila...

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Fin arco
"El infierno en la tierra"
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¿Qué es?
Palta o aguacate
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Pues sólo quería agradecer que estén tsan entusiasmados con este fanfic, al leerlos me hacen querer seguir escribiendo.

Y pues nada, ya viene la parte más triste de todas.

¿Qué sucederá ahora?

¿Emma irá tras su familia?
¿Los chicos de Lambda vivirán?
¿La cura la encontrarán en alguna plantación?

Recuerden, si alguien los quiere llevar a su casa, asegurense de que sea Yuugo, en él sí pueden confiar.

Bay amorcitos.

LA NUEVA MINERVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora