El plan de Louis era acostumbrar a Azul a estar sentada allí con todos los ojos puestos en ellos. Repitió la misma estrategia tres veces a la semana.
Faltando 6 días para el recital, Azul aún no lograba dominar la sinfonía, su miedo no le daba espacio para memorizar las notas.
Estaba frustrada, podía sentir la tensión en sus músculos, se sentía agotada mentalmente, deseaba poder escaparse y esconderse, pero una parte de ella quería hacerlo, quería enfrentarse a ese sentimiento que no le permitía respirar, deseaba deshacerse del miedo y liberarse, pero no era fácil.
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Era sábado, Louis buscó a Miranda y a Azul en su auto para invitarlas de nuevo al restaurante.
Miranda vestía más formalmente desde que comenzó a frecuentar ese lujuso lugar, llevaba un vestido ajustado de color crema con escote en la espalda, tenía el cabello liso con ondas en las puntas, su maquillase ligero y natural, para complementar su pinta llevaba tacones altos en juego con su vestido.
También se encargaba de vestir a Azul de la misma forma; elegante y hermosamente. Esa vez llevaba un vestido suelto con volados de color verde agua, el corset era bordado con flores, no muy largo dos dedos más arriba de la rodilla, llevaba medias pantis de color blanco y zapatillas negras, parecía una pequeña princesita de Disney con su cabello largo y extremadamente liso, su piel pálida y ojos llamativos.
Subieron al auto, saludaron a Louis y a Robert quien también estaba en el auto. En el restaurante después de conversar un rato y disfrutar de una deliciosa pizza, "menú elegido por Azul", Louis se recostó en el espaldar de la silla, sus diamantes azules se enfocaron en las almendras de Azul, Su mirada desafiante y picara hicieron que la chiquilla desviará la miraba, no podía soportar el contacto visual de Louis en ese momento.
—Azul, ayer me lastimé mi mano izquierda —Expresó haciéndose el enfermo y dejando al descubierto su mano herida—, podrías ayudarme a tocar el piano hoy, todos en el restaurante esperan.
—¿Te lastimaste? —preguntó con incredulidad— ¡quiero ver!
Azul se levantó y tomó su mano con desconfianza —No la vendaste a propósito para hacer esto ¿cierto?
—Me crees capaz de fingir estar herido.
—¡Sí, lo creo! Sos muy capaz de fingir cualquier cosa para que yo toque el piano.
—Asssshhh eso duele Azul, no confías en mí —Louis se puso la mano en su corazón haciendo gestos exagerados de que moriría—, Haz hecho un hueco profundo, moriré Azul —dijo con una voz aguda.
Azul y Miranda rieron a carcajadas, por otro lado Robert comenzó a llorar.
—No, no, no mueras hermano ¡Louis no mueras! —vociferaba.
—Ves Azul, ahora mi hermano necesita una canción para calmarse.
Azul sujetó su mano dándole un jalón para dirigirse al piano, ambos se sentaron en el taburete —Te ayudaré esta vez, fingiré que tu mano está realmente herida.
Louis sonrió sastifecho de haber conseguido lo que queria, finalmente ambos tocaron la favorita de Robert "claro de luna" de Beethoven, se sentía realmente bien sentada enfrente de aquel hermoso piano con el mejor amigo que jamás hubiera imaginado.
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La cuenta regresiva comenzaba, faltaban solo dos días para el recital, Azul evitaba a Louis a toda costa en el colegio —¿Qué voy hacer? Tengo miedo, —se decía a sí misma, sentada en la orilla de las escaleras—, falta dos días, creo que voy a morir.
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La introvertida vida de Azul
Fiksi RemajaAlguna vez la introversión ha cortado tus alas, te ha impedido ver más allá de tus sueños, ha detenido tu marcha. Este es un mundo extraordinariamente extrovertido no podemos vivir ocultos. Azul es una niña que vive feliz en el núcleo de una fa...