Solo Mía

Patrón

 Corremos por el bosque, poco a poco voy perdiendo fuerza, al mismo tiempo siento mucho sueño.

-Tsk, no puedo tener más mala suerte que esto – observo que se aproxima una tormenta, eso es algo bueno, puedo burlar tanto a los demonios como a esos bastardos con la lluvia, son muy lentos así que les llevo una gran ventaja, además logre tomar una espada pero no tienen la misma calidad que las espadas Nichirin, suspiro y me detengo unos momentos cuanto siento que me caigo.

-Lo siento mucho señorita Shinobu debí hacerle caso – Michiru no dejaba de llorar mientras trata de secarse las lágrimas, toco su frente con la mía para calmarle pero noto que tiene temperatura alta, sus manos tiemblan ligeramente y sus labios están levemente moradas, miro sus ojos y puedo notar que están irritados pero no solo porque está llorando, se deja caer en mis brazos mientras sigue disculpándose dando respiraciones agitadas.

Maldigo varias veces porque esta envenenada, conozco la cura pero desgraciadamente no tengo la planta medicinal, ni cerca estoy para buscarla porque crece en lugares secos, y estamos en un clima húmedo tardaría semanas en encontrarla y sería muy tarde para ella.

Al mismo tiempo poco a poco me pesa más el cuerpo, estoy drogada a estas alturas debería estar inconsciente... un nudo se hace en mi estómago.

Debo regresar, seguramente él tendrá la cura. Busco un lugar para esconder a Michiru tapándola con varias hojas y prometiendo que regresaría con la cura.

Me dirijo nuevamente al dojo viendo como el paisaje se distorsiona más.

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¿Piensas pelear en ese estado?

-Vete, no estoy de ánimos para escuchar tus tonterías –

Me necesitas, solo lograras que te atrapen, Riroku juega sucio, debes matarlos

-Déjate de tonterías solo mato demonios, debo neutralizarlos –

La noche está cerca, que tal si logras obtener el antídoto pero ya es demasiado tarde para Michiru, aparte dudo mucho que salgas ilesa estando drogada –

-No te necesito –

Eso está por verse

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Llego al dojo, hay dos guardias afuera me abren la puerta, entro con paso firme y Riroku está sentado en medio de la habitación con dos guardias de cada lado, me mira con sonrisa burlona.

-¿Buscabas algo? – Muestra el antídoto en un frasco.

-Serias tan amable de entregármelo, no me gustaría que salgan personas lastimadas innecesariamente –

-No estás en condiciones de ponerte exigente, soy yo quien tiene la situación bajo control – Lo miro manteniendo mi cara de poker con mi habitual sonrisa – veras sé que eres buena con los venenos he visto como los preparas y no se te dificulta, al contrario apostaría que hasta con los ojos cerrado podrías crear más dosis... -

-Ve al grano – le interrumpo.

-¿Porque si apenas comienza la diversión? – se ríe - trabaja para mí, con tu habilidad me será muy fácil gobernar el mercado negro aparte estoy seguro que sabes hacer medicina, me serias de gran utilidad, si aceptas te daré el antídoto – ahora soy yo quien se ríe y me mira con el ceño fruncido.

-A perdona, es que fue gracioso, me disculpo, mmm... ¿qué es lo que hare? – me llevo un dedo a mis labios de forma pensativa. De repente todos apuntan sus espadas en mi dirección – Lo siento pero rechazo tu oferta – con un rápido movimiento y con la parte sin filo de la espada mando a volar a los que me rodeaban y me dirijo a donde esta Riroku, escucho un grito y miro una de las habitaciones, al fondo veo a otra chica pero con el uniforme de cazadores de demonios, me sorprendo al verla ocasionando que me distraiga, Riroku aprovecha la oportunidad y lanza una bomba de humo, no logro esquivarlo del todo, inhaló un poco y mi mareo aumenta, ¡está utilizando más droga quiere dejarme inconsciente!