Solo Mía

Pesadilla

-Abuelito ya me canse de caminar, y tengo mucho sueño - sigo somnoliento

- Guarda silencio mocoso y sigue caminando, está parte del bosque es peligrosa por los animales salvaje que viven en él, más siendo la hora en que salen de caza, además recuerda que debo dejarte mañana al medio día con tus padres - mi abuelo empieza a reír, no soy un niño asustadizo ya tengo 12 años soy todo un hombre.

-Seria mas rápido si nos hubiéramos ido en el tren -

- Aaa los jóvenes hoy en día solo saben quejarse, yo a tu edad acarreaba agua de los ríos hasta mi casa... - hay va otra vez el Abuelito con sus historias, solo quiero llegar a mi casa cuanto antes, no volveré a acampar con mi Abuelito, es muy intenso con su rutina dice que hay que ganarle al sol para seguir nuestra ruta, las graaaaandes caminatas sin ningún tipo de vehículo ya siento juanetes en mis pies, lo único bueno es que aprendí a usar el arco una habilidad para impresionar a las chicas jijijiji

-!AUCH! porque me pegas abuelito - me sobo mi cabecita :(

-Te falta disciplina muchacho otra vez andas pensando en mujeres, como un niño a tu edad tiene esos pensamientos - exclama agitando los brazos

-No... No pensaba en nada de eso abuelito - Desvío la mirada.

-Te falta mucho para poder engañarme muchacho, vamos a caminar - me toma del brazo y me arrastra, yo ando quejándome de que ya quiero dormir, y porque vamos por un camino tan rocoso.

-Shhh cierra la boca hijo - me quedo sorprendido normalmente mi Abuelito me llama hijo cuando es algo serio.

-¿Que pasa Abuelito?

-Hay demasiado silencio, ni siquiera se oye el sonido de las aves o insectos -

- Pues mejor, así no tendremos que soportarlos...AUCH-

-Idiota, todo buen campistas sabe que algo anda mal, escucha con atención cuando todo está muy silencioso quiere decir que los animales han huido, pero que el peligro anda cerca - trago saliva - Yoishiro no te separes de mi y no hagas ruido, sera mejor buscar un lugar para refugiarnos no debemos estar a la deriva -

Iba detrás del Abuelito escucho algún ruido y tiemblo, quiero llamarlo pero no debo hacer ruido.

-Que suerte, mira hijo una cabaña, nos refugiarnos aquí - estaba a punto de correr cuando siento como del cuello de mi camisa me jala mi Abuelito y caigo de pompas - nunca te lances así, primero hay que verificar que el lugar sea seguro, escondete detrás de ese roble, no hagas ruido te llamaré si es seguro, entendido.

-Si Abuelito -

-Ese es mi muchacho - me despeina a lo que yo solo rio un poco.

Corro a esconderme, pero no me di cuenta que caigo sobre un oyó debajo del roble por lo que me lleno todo de lodo, ¡que asco! como puedo asomo mi cabeza para ver a mi Abuelito, me regañara mi mamá al ver que la ropa nueva que me compró esta llena de lodo.

Regresó la mirada a mi Abuelito, se acerca lentamente a la cabaña con la pistola en alto, de una patada abre la puerta.

-¡AHHHHHHH! - Me asustó al ver a mi Abuelito caer de espaldas gritando a todo pulmón y empieza a disparar, llevo mis manos a mis oídos mamá tengo miedo.
Pero observó como una mano atraviesa a mi Abuelito del abdomen, llevo mis manos a la boca tratando de no soltar un grito. Mi Abuelito cae de espaldas y me mira con temor, logró leer sus labios

"no salgas"

Mientras su cara es pisoteada, estaba temblando, todo mi cuerpo me temblaba no podría creer lo que mis ojos me mostraban, acaba de ser asesinado por un hombre alto de tez blanca, rubio con un extrabajante traje pero sobre todo tenía ojos como el arcoiris, el tipo ve a mi dirección y me agachó rápidamente.

Oigo pasos acercándose, mi cuerpo tiembla, lágrimas gruesas salen de mis ojos, no quiero morir, siento que la respiración me falla pero no hago ningún ruido y me hago bolita en el roble.

-¿Eto, hola?, ¿hay alguien hay? - el tipo se detiene a escasos metros de mi, no respiro, siento que el alma se me va, escucho como si alguien se agachara, estoy temblando ¡me descubrirá! ¡¡¡voy a morir!!! Cierro mis ojos, no quiero ver...

De repente se oye el grito de una mujer, escucho como el asesino corre nuevamente a la cabaña. Necesito huir, era mi oportunidad estaba dispuesto a correr cuando recuerdo lo último que me dijo mi Abuelito, ya me había parado cuando vuelvo a escuchar otro grito, nuevamente me escondo en el árbol...
De repente no se oye ningún ruido todo vuelve a estar callado, no soporto este silencio es atroz, siento que en cualquier momento atravesará mi estómago, tan solo de pensarlo me hace querer vomitar pero me contengo ¿que hago?, ¡no se que hacer!
Escucho otra vez pasos en la cabaña, el ¡asesino va a salir! Me agachó, pero sale con una mujer en brazos, ¡está muerta! ¡Cuántos cadáveres hay en ese lugar!.

Siento que este es mi fin quería llorar y gritar pero se que si lo hago moriré, noto que la mujer se mueve y empieza a caminar por su cuenta en dirección al sur, el asesino agarra el cuerpo de mi Abuelito y lo avienta dentro de la cabaña para posteriormente prender fuego, siguiendo a la mujer.

Cuando los pierdo de vista corro dentro de la cabaña, tengo que sacar a mi Abuelito de hay, encuentro su cadáver y esta todo destrozado de la cara no puedo evitarlo vómito, vómito tanto hasta no sentir nada en el estómago

-Abuelitooooo- empiezo a toser me falta aire en mis pulmones observó al fondo de la habitación y veo muchos cuerpos de mujeres descuartizado y con mordidas por doquier. Me petrifico, no se como reaccionar. Siento que mi mano se quema y reaccionó del trance.

-Abuelito- sostengo su mano, es mentira verdad Abuelito, solo estoy soñando es una maldita pesadilla, trozos de manera empiezan a caer limpiandome la cara retiro su reloj de pulsera y salgo de la cabaña, esta se cae en pedazos tengo que irme de aquí, agarro el equipo de mi Abuelito y huyó del lugar en sentido contrario a donde se fueron esos asesinos.

Era mentira, esto es solo una pesadilla... Mi Abuelito no... no... No... ¡¡¡No está muerto!!!.

Lloro, lloro como nunca antes lo había hecho, tengo miedo no se adonde ir, corro sin rumbo hasta tropesar con una piedra y caer, no tengo fuerzas para seguir corriendo, me falta el aire, y mis piernas se niegan a moverse.

-Mamá, papá- es lo último que recuerdo antes de desmayarme.