No suelo despertarme de muy buen humor, en realidad todo lo contrario. Todas las personas que de verdad me conocen saben que hasta que no me tomo mi café tras despertar nadie debería dirigirme la palabra, porque la verdad es que estoy insoportable y de muy mal humor.
Me vestí con lo primero que encontré en el armario; unos pantalones cortos grises y una camiseta ajustada negra, y me dirigí a la planta de abajo para coger mi cartera y calzarme lo más rápido posible sin que nadie me viese, aunque todo fue en vano.
—Buenos días, hijo —respondió ella con una amplia sonrisa— ¿Ya te vas?
Respondí con un gruñido, cogí mi cartera, me puse unas deportivas y salí por la puerta para ir lo antes posible a por un café porque en esos momentos lo necesitaba y mucho.
Caminé un par de calles más hasta que al fin llegué a la cafetería de Lily; es una cafetería pequeña pero muy acogedora y la vieja Lily es de las personas más amables y encantadoras que hayas podido conocer nunca, además que hace los mejores cafés y postres de toda la ciudad.
Entré sin pensármelo dos veces y respiré profundamente dejando que el dulce olor a galletas recién hechas inundase mis pulmones; ese aroma me trae muchos recuerdos de mi abuela, a quién debía visitar muy pronto si no me quería llevar una buena reprimenda.
—¡Buenos días, Jason! —respondió Lily tan amable como siempre— ¿Te pongo algo?
—Claro, lo de siempre.
—Un café con leche y un trozo de bizcocho de chocolate— respondimos al unísono.
Recogí mi desayuno cuando estuvo listo y lo llevé hacia una mesa, en realidad hacia "mi mesa". Es el mismo sitio en el que me llevo sentando desde que encontré este establecimiento; y es el lugar perfecto: se encuentra cerca de la ventana para poder contemplar las vistas de la ciudad pero no muy lejos del mostrador y está lo suficientemente lejos de la puerta para en invierno no morir de frío.
Es un lugar muy acogedor, aunque lamentablemente no está muy transitado. La mayoría de las personas no conocen este lugar o prefieren ir al Starbucks, pero el café y los postres que Lily prepara son, sin duda alguna, mucho más deliciosos que los de cualquier otra cafetería o Starbucks de la ciudad.
—Sinceramente, creo que este lugar te gustaría. A pesar de que no te conozco, presiento que este lugar sería, al igual que el mío, de tus favoritos.
Y por si te lo estabas preguntando, sí, te estaba hablando a ti. Me percaté de que estabas ahí esa mañana al despertar, para ser más exactos me había despertado en el momento en el que te sentí.
Era una sensación muy extraña, como un escalofrío que iba recorriendo cada tramo de mi piel, llegando a erizar todo mi vello. Al principio se me hacía un poco extraño ya que era una sensación muy nueva para mí, pero poco a poco me fui acostumbrando y no se sentía nada mal, era... distinto y especial a su manera.
Volví a poner toda mi atención en mi café y mi pedazo de bizcocho. Me encantaba, y me sigue encantando, el bizcocho de chocolate desde que soy pequeño, me recuerda a cuando mi abuela me lo hacía y creo que podría comerlo todos los días que nunca me cansaría.
—Bueno, cambiando de tema, posiblemente sea un poco pronto, pero ¿qué te parece si te presento a mi grupo de amigos? No sé si es correcto decir "presentar" es estos casos porque no tengo ni idea de cómo va esto, pero yo lo voy a intentar hacer lo mejor posible porque conocer a mis amigos te ayudará a conocerme un poco mejor a mí.
Debo decirte de antemano que no soy para nada una persona muy sociable. En un principio pertenecía al grupo de "los populares", pero mi forma de ser no encajaba entre todos ellos; me parecían demasiado superficiales, así que decidí alejarme.
Al dejar ese grupo empecé poco a poco a entablar una gran amistad con un pequeño grupo con el que congenié desde el primer momento. Desde entonces nuestra amistad fue creciendo más y más, hasta convertirnos en amigos íntimos.
Poco a poco este capítulo llegaba a su final, y no sé si fue por lo extraño de la situación o qué fue, pero no pude evitar decir aquellas palabras.
—No tengo ni la más remota idea de cómo va a avanzar esta historia o si cuando acabe tú seguirás aquí, pero si algo sé es que por la intensidad de tu mirada y la forma en que rozas mis páginas llegarás a ser una persona especial en mi vida; no sé ni cómo ni cuándo, pero estoy seguro de que lo harás.
ESTÁS LEYENDO
Entre estas páginas
RomanceLa locura que siento por ti crece a medida que lees estas páginas, ha llegado un momento en el que no puedo distinguir al personaje del lector, ¿será que somos uno? Portada hecha por: @0Mxxxa0